Descripción general
El cannabis, también llamado marihuana, se obtiene de las hojas y los cogollos secos de la planta Cannabis sativa. El cannabis también se conoce como hachís o hierba, pero el nombre preferido es cannabis. La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU. no ha aprobado el uso de la planta de cannabis como medicina, pero muchos estados han legalizado el consumo de cannabis. A veces se utiliza el cannabis para tratar afecciones de salud. Esto se conoce como cannabis medicinal, también llamado marihuana medicinal.
El cannabis contiene sustancias químicas llamadas cannabinoides, que son los compuestos activos. Hay más de 100 compuestos activos en el cannabis. Los cannabinoides más comunes son el delta-9 tetrahidrocannabinol, también llamado THC, y el cannabidiol, conocido como CBD. El THC del cannabis puede cambiar la forma de pensar y sentir de una persona. Este cambio se conoce como efecto psicoactivo. Hay muchos otros cannabinoides menores que se encuentran en la planta y que se están estudiando en relación con su uso médico.
La FDA ha aprobado tres medicamentos que contienen sustancias químicas que se encuentran en el cannabis. Se trata del dronabinol (Marinol) y la nabilona (Cesamet). Los profesionales de atención médica pueden recetarlos para ayudar a las personas con náuseas y vómitos graves causados por la quimioterapia, que consiste de medicamentos que se utilizan para tratar el cáncer. Algunas personas con afecciones médicas que causan inapetencia pueden tomar dronabinol para que las ayude a tener hambre.
La FDA también aprobó una forma líquida purificada de cannabidiol (Epidiolex). El cannabidiol, también llamado CBD, es una sustancia química que se encuentra en el cannabis. Los profesionales de atención médica recetan este medicamento para tratar afecciones raras que causan convulsiones en niños, como el síndrome de Lennox-Gastaut y el síndrome de Dravet.
El cannabis medicinal puede tomarse de muchas maneras. Puede inhalarse, ingerirse por vía oral como comestible o tintura, colocarse sobre la piel o aplicarse en un parche cutáneo (uso transdérmico).
Las personas pueden usar cannabis para tratar las náuseas y los vómitos causados por el tratamiento contra el cáncer, la pérdida de apetito, la epilepsia, el dolor crónico, los problemas para dormir y los espasmos musculares.
Lo que demuestran las investigaciones
En las investigaciones sobre el consumo de marihuana para afecciones específicas, se demostró lo siguiente:
- Glaucoma. Algunos estudios demuestran que el cannabis reduce el flujo sanguíneo al nervio de la vista. Esto podría aumentar el riesgo de cambios en la visión en personas con glaucoma, que es una enfermedad ocular que daña el nervio óptico. Sin embargo, el cannabis podría reducir la presión ocular elevada que causa esta afección, lo que podría ser útil. El efecto no parece durar más de unas horas. Es probable que no funcione tan bien como otros tratamientos para el glaucoma.
- Náuseas y vómitos relacionados con el tratamiento contra el cáncer. Las investigaciones han demostrado que el THC ayuda a disminuir las náuseas y los vómitos en las personas que reciben quimioterapia. Si los medicamentos estándar para las náuseas no funcionan, el uso de productos con THC puede ayudar a algunas personas.
- Dolor. El cannabis puede reducir la intensidad del dolor punzante o la sensación dolorosa de ardor que suelen producirse por lesiones nerviosas. Este tipo de dolor se conoce como dolor neuropático. Las personas con afecciones como el VIH y la diabetes pueden tener este tipo de dolor.
- Convulsiones. No está claro si el cannabis puede tratar las convulsiones. Algunas personas con afecciones que causan convulsiones en niños, como el síndrome de Lennox-Gastaut o el síndrome de Dravet, pueden tomar cannabidiol recetado, también llamado CBD, por vía oral para tratar las convulsiones.
- Espasticidad. El cannabis puede ayudar a tratar los movimientos musculares incontrolables en personas con esclerosis múltiple. Estos movimientos se denominan espasmos. La mayoría de los estudios analizaron una sustancia química del cannabis en forma de pastilla, no el cannabis que se fuma.
- Tratamiento contra el cáncer. Algunas personas utilizan el cannabis para tratar el cáncer. Algunos estudios en animales son prometedores. No hay estudios a gran escala que demuestren que el cannabis ayuda a tratar el cáncer. Es necesario investigar más.
Nuestra recomendación
Precaución
El cannabis, también llamado marihuana, puede ayudar a tratar las náuseas que pueden producirse durante la quimioterapia. También podría reducir los espasmos musculares en personas con esclerosis múltiple y ayudar a las personas con dolor crónico.
No obstante, el consumo de cannabis puede afectar la forma de pensar y sentir de una persona. Es posible que las personas con afecciones de salud mental deban consumirlo con precaución. El consumo de cannabis, incluso por razones médicas, no es legal en todas partes. Consumirlo en un lugar donde la ley no lo permite podría causar problemas legales.
El cannabis puede generar dependencia. Cuando el consumo de cannabis crea problemas en la vida cotidiana, como en el trabajo, los estudios o el hogar, se denomina trastorno por consumo de cannabis. Las personas que consumen cannabis con regularidad pueden tener síntomas de abstinencia. Estos pueden incluir insomnio, sudoración, dolor abdominal, ira o cambios en el estado de ánimo.
Evita consumir cannabis si estás cursando un embarazo o en período de lactancia. El consumo de cannabis puede hacer que el bebé nazca antes de tiempo o que tenga un peso bajo al nacer. Las personas embarazadas pueden sufrir alteraciones del ritmo cardíaco o de la presión arterial debido al consumo de marihuana.
Las personas con enfermedades cardíacas y trastornos de salud mental actuales o antecedentes de abuso de sustancias deben evitar el consumo de cannabis.
Seguridad y efectos secundarios
El cannabis medicinal, también llamado marihuana, generalmente se considera seguro. La mayoría de los efectos secundarios del cannabis se deben al contenido de THC, pero los distintos tipos de cannabis tienen cantidades diferentes de THC. Por esto, puede ser muy difícil saber la cantidad correcta que se debe consumir. Los efectos secundarios parecen ser peores cuanto mayor sea la dosis de THC que consume una persona.
El cannabis puede causar lo siguiente:
- Dolores de cabeza.
- Sequedad en la boca.
- Ojos rojos y secos.
- Mareos y un riesgo más alto para caídas.
- Somnolencia, incluidos problemas de concentración.
- Fatiga.
- Tos.
- Sibilancia.
Otros efectos secundarios pueden incluir lo siguiente:
- Náuseas y vómitos.
- Sensación de ansiedad.
- Ver, escuchar u oler cosas que no existen (alucinaciones) y psicosis.
- Problemas de memoria.
- Latidos cardíacos demasiado rápidos.
- Latidos cardíacos irregulares.
Consumir dosis de cannabidiol superiores a 300 miligramos al día puede causar náuseas, vómitos, diarrea y afecciones hepáticas.
El cannabis afecta tu capacidad de atención y el movimiento. También puede afectar tu capacidad para pensar con claridad. No conduzcas ni utilices maquinaria cuando consumas cannabis.
Si padeces alguna afección de salud mental, ten precaución con el consumo de cannabis. Si padeces trastorno bipolar, el cannabis puede hacer que te sientas irritable o inquieto con pensamientos acelerados, lo que también se conoce como manía. Consumir cannabis con frecuencia podría aumentar el riesgo de depresión o empeorar sus síntomas. Las investigaciones realizadas en personas con esquizofrenia sugieren que el consumo de cannabis puede aumentar el riesgo de psicosis, que implica alejarse de la realidad.
El cannabis hace más lentos los mensajes que se envían al cerebro y a la médula espinal, lo que también se conoce como sistema nervioso central. Este sistema a veces se denomina SNC. Consumir cannabis puede cambiar tu forma de pensar y sentir. Algunas personas pueden sufrir alteraciones cardíacas, como hipertensión arterial. Consumir cannabis con frecuencia durante años puede empeorar las afecciones pulmonares y causar hiperémesis cannabinoide, un síndrome que causa vómitos intensos y frecuentes.
Evita consumir cannabis durante las dos semanas previas a recibir medicamentos que te induzcan un estado similar al sueño antes de una cirugía, conocidos como anestesia. El consumo de cannabis puede hacer que necesites más anestesia. El consumo de cannabis también puede aumentar el riesgo de complicaciones con la anestesia, como una frecuencia cardíaca muy rápida.
Interacciones
Se incluyen las siguientes posibles interacciones:
- Alcohol. El cannabis puede intensificar los efectos del alcohol. Esto puede incluir cambios en el estado de ánimo y en el tiempo de reacción.
- Medicamentos, plantas medicinales y suplementos anticoagulantes o antiplaquetarios. Este tipo de medicamentos, plantas medicinales y suplementos pueden aumentar el sangrado si sufres un corte o una lesión. Combinarlos con cannabis podría aumentar el riesgo de sangrado, especialmente para quienes toman warfarina (Jantoven).
- Depresores del sistema nervioso central. Consumir cannabis junto con medicamentos que reducen la actividad del cerebro y la médula espinal (sistema nervioso central) puede causar somnolencia y hacer más lento el tiempo de respuesta.
- Inhibidores de la proteasa. Consumir cannabis puede hacer que estos medicamentos no funcionen adecuadamente.
- Medicamentos para prevenir las convulsiones. Evita consumir cannabis cuando estés tomando medicamentos para tratar las convulsiones. Es posible que los medicamentos no funcionen con la misma eficacia o que causen otros efectos secundarios, como afecciones hepáticas.
Evita consumir cannabis hasta que revises tus medicamentos con un profesional de atención médica o farmacéutico.
Oct. 17, 2025
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