Descripción general
Radioterapia
Radioterapia
La radiación de haz externo utiliza haces de energía de alta potencia para destruir las células cancerosas. Los haces de radiación se dirigen con precisión al cáncer usando una máquina que se mueve alrededor de tu cuerpo.
La radioterapia es un tipo de tratamiento oncológico que utiliza haces de energía intensa para destruir las células cancerosas. La radioterapia usa mayormente rayos X, aunque también se pueden usar protones u otros tipos de energía.
El término «radioterapia» en la mayoría de los casos se refiere a la radioterapia con haces externos. Durante este tipo de radiación, los haces de alta energía provienen de una máquina que se halla fuera del cuerpo y que apunta los rayos a un punto preciso del cuerpo. Durante un tipo diferente de radioterapia denominado «braquirradioterapia», la radiación se coloca dentro del cuerpo.
La radioterapia daña las células mediante la destrucción del material genético que controla el crecimiento y división de las células. Si bien la radioterapia daña tanto las células sanas como las cancerosas, el objetivo de la radioterapia es destruir la menor cantidad posible de células normales y sanas. Con frecuencia, las células normales pueden reparar gran parte del daño causado por la radiación.
Por qué se realiza
Más de la mitad de todas las personas con cáncer reciben radioterapia como parte de su tratamiento oncológico. Los médicos utilizan la radioterapia para tratar cualquier tipo de cáncer. La radioterapia también es útil para tratar algunos tumores no cancerosos (benignos).
Cómo se utiliza la radioterapia en personas con cáncer
Tu médico puede sugerirte la radioterapia como una opción en diferentes momentos durante el tratamiento oncológico y por diferentes razones, entre ellas:
- Como tratamiento único (primario) para el cáncer
- Antes de la cirugía, para reducir un tumor canceroso (terapia neoadyuvante)
- Después de la cirugía, para detener el crecimiento de cualquier célula cancerosa restante (terapia adyuvante)
- En combinación con otros tratamientos, como la quimioterapia, para destruir las células cancerosas
- En un cáncer avanzado, para aliviar los síntomas provocados por el cáncer
Riesgos
Los efectos secundarios de la radioterapia dependen de la parte del cuerpo que se exponga a la radiación y la cantidad de radiación utilizada. Es posible que no presentes ningún efecto secundario o que experimentes varios. La mayoría de los efectos secundarios son temporales, se pueden controlar y generalmente desaparecen con el tiempo una vez que finaliza el tratamiento.
Parte del cuerpo tratada | Efectos secundarios frecuentes |
Fuente: Instituto Nacional del Cáncer, 2016 |
Cualquier parte | Caída del cabello en la zona del tratamiento (a veces permanente), irritación de la piel en la zona del tratamiento, fatiga |
Cabeza y cuello | Sequedad de boca, saliva espesa, dificultad al tragar, dolor de garganta, cambios en el gusto de las comida, náuseas, llagas en la boca, caries |
Tórax | Dificultad al tragar, tos, falta de aire |
Abdomen | Náuseas, vómitos, diarrea |
Pelvis | Diarrea, irritación de la vejiga, necesidad de orinar a menudo, disfunción sexual |
Algunos efectos secundarios pueden manifestarse más tarde. Por ejemplo, en raras circunstancias, podría aparecer años después un nuevo cáncer (segundo cáncer primario) que es diferente del primero tratado con radiación. Consulta con tu médico los posibles efectos secundarios, tanto a corto como a largo plazo, que podrían presentarse después del tratamiento.
Cómo prepararse
Antes de someterte a una radioterapia de haz externo, tu equipo de atención médica te guiará a lo largo del proceso de planificación para garantizar que la radiación alcance el lugar preciso del cuerpo que la necesita. La planificación comúnmente comprende lo siguiente:
- Simulación de la radiación. Durante la simulación, el equipo de radioterapia trabajará contigo para encontrar una posición que te resulte cómoda durante el tratamiento. Es imprescindible que permanezcas recostado y quieto durante el tratamiento; por lo tanto, es fundamental encontrar una posición cómoda. Para hacer esto, te recostarás sobre el mismo tipo de camilla que se utiliza durante la radioterapia. Se utilizan almohadones y sujetadores para colocarte de la manera adecuada y ayudarte a mantenerte quieto. El equipo de radioterapia marcará el área del cuerpo en la cual recibirás la radiación. Según tu situación individual, podrán realizar marcas transitorias con un marcador o podrían hacerte pequeños tatuajes permanentes.
- Exploraciones de planificación. El equipo de radioterapia te someterá a estudios de tomografía computarizada (TC) para determinar qué área del cuerpo recibirá tratamiento.
Después del proceso de planificación, el equipo de radioterapia decide qué tipo de radiación y qué dosis recibirás en función del tipo y el estadio del cáncer, tu estado general de salud y los objetivos del tratamiento.
La dosis exacta y el objetivo de los haces de radiación utilizados en tu tratamiento se programan detenidamente para optimizar la radiación contra las células cancerosas y reducir la lesión del tejido sano que las rodea.
Lo que puedes esperar
Radioterapia de haz externo
Radioterapia de haz externo
Durante la radioterapia de haz externo, te recuestas sobre una camilla mientras una máquina grande se mueve a tu alrededor enviando haces de radiación en zonas específicas de tu cuerpo.
En general, la radioterapia con haces externos se realiza por medio de un acelerador lineal (una máquina que dirige haces de radiación de alta energía hacia el cuerpo).
Mientras permaneces recostado sobre una mesa, el acelerador lineal se mueve a tu alrededor para administrar la radiación desde diversos ángulos. El acelerador lineal puede ajustarse a tu situación personal, de modo que administre la dosis exacta de radiación que haya indicado el médico.
Por lo general, recibirás radiación de haces externos de manera ambulatoria cinco días a la semana, durante un determinado período. En la mayoría de los casos, los tratamientos se extienden por varias semanas para que las células sanas puedan recuperarse entre una sesión de radioterapia y la siguiente.
Cada sesión de tratamiento puede durar aproximadamente entre 10 y 30 minutos. En algunos casos, es posible que se utilice un único tratamiento para ayudar a aliviar el dolor u otros síntomas asociados con los cuadros de cáncer más avanzados.
En una sesión de tratamiento, permanecerás recostado en la posición determinada durante tu sesión de simulación de la radiación. Es posible que te coloquen moldes para mantenerte en la posición deseada.
El acelerador lineal puede girar alrededor de tu cuerpo para alcanzar el objetivo desde diferentes direcciones. Esta máquina emite un zumbido.
Durante el tratamiento, que solo tardará unos minutos, deberás permanecer recostado y respirar normalmente. Es posible que a algunos pacientes con cáncer de pulmón o de mama se les solicite que contengan la respiración mientras la máquina administra el tratamiento.
El equipo de radioterapia permanece cerca, en una sala con conexiones de video y audio, para que puedas hablar con ellos. Si no estás cómodo, debes decirlo, ya que no debes sentir ningún tipo de dolor durante la sesión de radioterapia.
Resultados
Si estás recibiendo radiación para tratar un tumor, el médico podría pedirte que te realices pruebas periódicas después del tratamiento, para evaluar cómo respondió el cáncer a la radioterapia.
En algunos casos, el cáncer puede responder al tratamiento de inmediato. En otros casos, tal vez pasen semanas o meses para que el cáncer responda. A algunas personas la radioterapia no les resulta útil.
Estudios clínicos
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