Dolor a causa del cáncer: el alivio es posible
Descubre qué provoca el dolor a causa del cáncer y cómo puedes trabajar con tu médico para garantizar que el dolor a causa del cáncer esté controlado.
Escrito por el personal de Mayo Clinic
Dr. Timothy Moynihan
No todas las personas con cáncer tienen dolor oncológico, pero algunas sí. Si tienes cáncer que se ha expandido o ha vuelto a aparecer, tus probabilidades de sentir dolor son mayores.
El dolor oncológico adopta diversas formas. Puede ser un dolor sordo, intenso, agudo o con ardor. Puede ser constante, intermitente, leve, moderado o intenso. La intensidad del dolor depende de varios factores, como el tipo de cáncer que tienes, cuán avanzado está, dónde se ubica y cuál es tu nivel de tolerancia al dolor.
Ten presente que la mayoría de los dolores oncológicos son controlables y que controlar el dolor es fundamental para tu tratamiento.
Timothy J. Moynihan, M.D., especialista en cáncer de Mayo Clinic en Rochester, Minnesota, ofrece cierta perspectiva sobre el dolor oncológico, los motivos por los que las personas podrían no recibir el tratamiento que necesitan para el dolor y lo que pueden hacer al respecto.
¿Cuál es la causa del dolor oncológico?
Si el dolor proviene del cáncer, puede ser porque el cáncer está creciendo dentro del tejido circundante o lo está destruyendo. A medida que el tumor crece, puede presionar nervios, huesos u órganos. También es posible que el tumor segregue sustancias químicas que pueden provocar dolor. O bien, la reacción del organismo a las sustancias químicas puede provocar dolor.
El tratamiento del cáncer puede ayudar con el dolor en estos casos. Sin embargo, los tratamientos oncológicos, como la cirugía, la radiación y la quimioterapia, también pueden causar dolor.
¿Cómo se trata el dolor oncológico?
Existen varias formas. Una de ellas consiste en eliminar la causa del dolor mediante cirugía, quimioterapia, radiación u otro tratamiento.
Si esto es imposible, los analgésicos generalmente pueden controlar el dolor. Algunos de estos medicamentos son:
- Analgésicos de venta libre y recetados, como aspirina, paracetamol/acetaminofeno (Tylenol y otros) e ibuprofeno (Advil, Motrin IB y otros)
- Medicamentos opioides débiles (derivados del opio), como la codeína
- Medicamentos opioides fuertes, como la morfina (Kadian, Ms Contin y otros), oxicodona (Oxycontin, Roxicodone y otros), hidromorfona (Dilaudid, Exalgo), fentanilo (Actiq, Fentora y otros), metadona (Dolophine, Methadose) u oximorfona (Opana)
Algunos medicamentos vienen en tabletas o líquidos que se tragan; otros se disuelven rápidamente en la boca. Puedes recibir algunos medicamentos a través de vacunas, ya sea por debajo de la piel o en una vena; mediante supositorios rectales; o mediante el uso de un parche cutáneo.
Otros medicamentos que se utilizan para tratar el dolor oncológico son los antidepresivos, los medicamentos anticonvulsivos y los esteroides.
Además, existen tratamientos especializados, como un bloqueo nervioso, que consiste en la inyección de un anestésico local en un nervio o alrededor de este. El bloqueo evita que los mensajes de dolor que viajan a lo largo de esa vía nerviosa lleguen al cerebro.
Otras terapias, como la acupuntura, la acupresión, los masajes, la fisioterapia, la relajación, la meditación y la hipnosis pueden ser de ayuda.
¿Cuáles son algunos de los motivos para no recibir un tratamiento adecuado para el dolor relacionado con el cáncer?
Lamentablemente, el dolor oncológico no suele tratarse bien. Son muchos los factores que contribuyen a esto, entre ellos los siguientes:
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Poca disposición de los médicos para preguntar sobre el dolor u ofrecer tratamientos. Los profesionales de atención médica deben preguntarles a las personas con cáncer sobre el dolor en cada visita. Algunos médicos no saben lo suficiente sobre el tratamiento del dolor. En ese caso, solicita una remisión a un especialista en dolor.
Dadas las preocupaciones actuales sobre el uso y el abuso de opioides, muchos médicos pueden ser reacios a recetar estos medicamentos. Trabajar en estrecha colaboración con tus especialistas en cáncer es esencial para el uso adecuado de estos medicamentos.
- Rechazo de la gente a mencionar su dolor. Algunas personas no quieren "molestar" a sus médicos o tienen miedo de que el dolor signifique que el cáncer está empeorando. A otros les preocupa que sus médicos crean que se quejan mucho o que no pueden pagar los medicamentos analgésicos.
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Miedo a la adicción. Si tomas medicamentos cuando no sientes dolor o para drogarte, hay una gran probabilidad de que se cree una adicción. Pero el riesgo de adicción para las personas que toman los medicamentos analgésicos según lo indicado para el dolor oncológico es bajo.
Tal vez empieces a tener tolerancia a los medicamentos analgésicos, lo que significa que podrías necesitar una dosis más alta para controlar el dolor. La tolerancia no es adicción. Si tu medicamento no está funcionando tan bien como antes, habla con tu médico acerca de la posibilidad de recibir una dosis más alta o un fármaco diferente. No aumentes la dosis por tu cuenta.
- Miedo de los efectos secundarios. A algunas personas les atemoriza tener sueño, no poder comunicarse, actuar de manera extraña o que las consideren dependientes de los medicamentos. Es posible que tengas estos efectos secundarios cuando comiences a tomar medicamentos analgésicos fuertes, pero a menudo estos se resuelven una vez que tus médicos encuentran la dosis correcta para ti y una vez que se alcanza un nivel estable de estos medicamentos en el cuerpo.
¿Cuáles son los efectos secundarios del tratamiento para el dolor oncológico? ¿Y qué puedes hacer al respecto?
Cada tipo de tratamiento tiene sus propios efectos secundarios.
- Cirugía. La extirpación quirúrgica del cáncer puede causar dolor en la zona donde se realiza la cirugía. Se cree que gran parte del dolor posquirúrgico está relacionado con la lesión nerviosa provocada durante la cirugía. Las personas a las que se les extirpó una extremidad o un pecho podrían sentir dolor como si la extremidad o el pecho aún estuvieran presentes (dolor fantasma).
- Radioterapia. Estos tratamientos pueden causar enrojecimiento y sensación de ardor en la piel. Según la parte del cuerpo en la que se aplique la radiación, esta puede causar diarrea, llagas en la boca u otros problemas, como fatiga.
- Quimioterapia. Los efectos secundarios pueden incluir náuseas, fatiga, infección, caída del cabello y dolor neural (neuropatía). Los medicamentos pueden ayudar a aliviar estos efectos secundarios. Las técnicas de relajación también pueden ayudar.
Analgésicos fuertes. Uno de los efectos secundarios frecuentes de los opioides es el estreñimiento. Puede tratarse con ablandadores de heces y laxantes recomendados por el médico. Prevenir el estreñimiento es más fácil que tratarlo; por lo tanto, antes de comenzar a tomar opioides, pregúntale a tu médico qué deberías tomar para estimular la actividad intestinal.
Otros efectos secundarios de los analgésicos fuertes comprenden náuseas, vómitos y somnolencia. Por lo general, estos síntomas ocurren con las primeras dosis y desaparecen después de algunos días de tomar el medicamento.
- Otros analgésicos. Los analgésicos comunes de venta libre pueden ser perjudiciales para los riñones, producir úlceras o aumentar la presión arterial. La aspirina puede causar sangrado gastrointestinal y el paracetamol/acetaminofeno (Tylenol u otros) puede causar daño hepático, si se toman en grandes cantidades o junto con alcohol.
Habla con tu médico sobre los posibles efectos secundarios de los medicamentos antes de tomarlos.
¿Cómo puedes ayudar a tu médico para que entienda tu dolor causado por el cáncer?
Si el dolor persiste o interfiere en tu vida, infórmalo. Para ayudar a controlar el dolor, podría ser útil registrar por escrito:
- Qué tan intenso es
- De qué tipo es (punzante, sordo, leve pero constante)
- Dónde te duele
- Qué causa el dolor
- Qué empeora o mejora el dolor
- Qué medidas empleas para aliviar el dolor - medicamentos, masajes, compresas calientes of frías - si te ayudan o no y cuáles son sus efectos secundarios
Una escala para medir el dolor del 0 al 10, en la que 0 significa que no tienes dolor y 10 significa que tienes el peor dolor que te puedas imaginar, te podría ayudar a informarle al médico cómo es tu dolor.
¿Qué medidas puedes tomar para asegurarte de que estás recibiendo el tratamiento adecuado para el dolor oncológico?
Primero, habla con el médico o el proveedor de atención médica acerca de tu dolor.
Segundo, tú y el médico pueden establecer una meta para el control del dolor y supervisar el éxito del tratamiento. El médico deberá hacer un seguimiento del dolor con una escala de dolor, para evaluar su intensidad. La meta debería ser que te sientas cómodo. Si no te sientes cómodo, habla con el médico.
Si no obtienes las respuestas que necesitas, solicita una derivación a un centro capacitado en la atención del dolor. Todos los centros oncológicos importantes ofrecen programas para el control del dolor. Por lo general, los medicamentos y tratamientos para el dolor están cubiertos por el seguro estándar.
Nov. 03, 2018
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