Diagnóstico
Histeroecografía
Histeroecografía
Durante la histerosonografía, el proveedor de atención médica utiliza una sonda (catéter) delgada y flexible para inyectar agua salada (solución salina) en la parte hueca del útero. Una sonda ecográfica obtiene imágenes del interior del útero para verificar si hay algo inusual.
Histeroscopia
Histeroscopia
Durante la histeroscopia, un instrumento delgado e iluminado (histeroscopio) permite observar el interior del útero.
Es muy probable que el médico te pregunte sobre tu historia clínica y tus ciclos menstruales. Es posible que te indiquen que lleves un registro diario de los días de sangrado y los días sin sangrado, incluso que tomes nota de cuán copioso es el flujo y de cuánta protección sanitaria precisas para controlarlo.
El médico te realizará una exploración física y puede recomendar una o más pruebas o procedimientos, entre ellos:
- Análisis de sangre. Se evaluará una muestra de sangre para detectar la insuficiencia de hierro (anemia) y otras enfermedades, como trastornos de la tiroides o anomalías de la coagulación sanguínea.
- Papanicolaou. Esta prueba consiste en recolectar células del cuello uterino para analizar si existen infecciones, inflamación o alteraciones que podrían ser cancerosas o provocar cáncer.
- Biopsia endometrial. El médico puede tomar una muestra de tejido del interior del útero para que lo analice un patólogo.
- Ecografía. Una ecografía utiliza ondas sonoras para producir imágenes del útero, de los ovarios y de la pelvis.
Según los resultados de tus pruebas iniciales, el médico podría recomendarte otros análisis, entre ellos:
- Sonohisterografía. Esta prueba consiste en inyectar un líquido dentro del útero por medio de una sonda a través de la vagina y el cuello uterino. Luego el médico utiliza la ecografía para detectar problemas en el revestimiento del útero.
- Histeroscopia. Este examen consiste en insertar un instrumento iluminado y delgado a través de la vagina y el cuello uterino hasta el útero para que el médico pueda observar su interior.
Los médicos solo pueden estar seguros acerca del diagnóstico de menorragia después de descartar otros trastornos menstruales, enfermedades o medicamentos como posibles causas generadoras o agravantes de esta afección.
Tratamiento
El tratamiento específico para la menorragia se basa en diferentes factores, entre ellos:
- Tu salud general y tu historia clínica
- La causa y la gravedad de la enfermedad
- Tu tolerancia a medicamentos específicos, procedimientos o terapias
- La probabilidad de que tu período menstrual pronto disminuya su intensidad
- Tus planes futuros de tener hijos
- Efectos de la enfermedad en tu estilo de vida
- Tu opinión o preferencia personal
Medicamentos
El tratamiento médico para la menorragia puede comprender lo siguiente:
- Medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE). Los medicamentos antiinflamatorios no esteroides, como ibuprofeno (Advil, Motrin IB, otros) o naproxeno sódico (Aleve), ayudan a reducir la pérdida de sangre menstrual. Estos medicamentos además cuentan con el beneficio de aliviar los dolorosos calambres menstruales (dismenorrea).
- Ácido tranexámico. El ácido tranexámico (Lysteda) ayuda a reducir la pérdida de sangre menstrual y solo debe tomarse al momento del sangrado.
- Anticonceptivos orales. Además de prevenir embarazos, los anticonceptivos orales pueden ayudar a regular los ciclos menstruales y a reducir los episodios de sangrado menstrual excesivo o prolongado.
- Progesterona oral. La hormona progesterona puede ayudar a corregir el desequilibrio hormonal y a reducir la menorragia.
- DIU hormonal (Liletta, Mirena). Este dispositivo intrauterino libera un tipo de progestina llamado «levonorgestrel», que afina el recubrimiento del útero y disminuye el flujo menstrual y los calambres.
Si tienes menorragia por tomar medicamentos hormonales, es posible que tú y el médico puedan tratar esta enfermedad cambiando el medicamento o dejando de tomarlo.
Si también tienes anemia debido a la menorragia, es posible que tu médico recomiende que tomes suplementos de hierro con regularidad. Si tus niveles de hierro son bajos pero todavía no estás anémico, es posible que comiences a tomar suplementos de hierro en lugar de esperar a que estés anémico.
Procedimientos
Es posible que necesites un tratamiento quirúrgico para la menorragia si la terapia con medicamentos no tiene éxito. Algunas opciones de tratamiento son las siguientes:
- Dilatación y legrado. En este procedimiento, tu médico abre (dilata) el cuello del útero y luego retira o succiona tejido del recubrimiento del útero para reducir el sangrado menstrual. Si bien este es un procedimiento frecuente y a menudo tiene éxito en el tratamiento del sangrado agudo o activo, es posible que necesites procedimientos de dilatación y legrado adicionales si vuelve a presentarse la menorragia.
- Embolización de las arterias uterinas. Para las mujeres en las que la menorragia está causada por fibromas, el objetivo de este procedimiento es reducir el tamaño de los fibromas presentes en el útero mediante el bloqueo de las arterias uterinas y la reducción de la irrigación sanguínea. Durante la embolización arterial uterina, el cirujano pasa un catéter a través de la arteria grande del muslo (arteria femoral) y lo guía hasta las arterias uterinas, donde el vaso sanguíneo se inyecta con microesferas de plástico que disminuyen el flujo sanguíneo al fibroma.
- Cirugía con ultrasonido concentrado. De manera similar a la embolización arterial uterina, la cirugía con ultrasonido concentrado trata el sangrado causado por fibromas reduciendo el tamaño de los fibromas. Este procedimiento utiliza ondas de ultrasonido para destruir el tejido del fibroma. Este procedimiento no requiere incisiones.
- Miomectomía. Este procedimiento implica la eliminación de fibromas uterinos. Dependiendo del tamaño, la cantidad y ubicación de los fibromas, es posible que tu cirujano elija realizar la miomectomía con una cirugía abdominal abierta, a través de varias incisiones pequeñas (laparoscopia) o a través de la vagina y el cuello del útero (histeroscopia).
Ablación endometrial. Este procedimiento implica destruir (extirpar) el revestimiento del útero (endometrio). En este procedimiento, se aplica láser, radiofrecuencia o calor al endometrio para destruir el tejido.
Después de la ablación endometrial, la mayoría de las mujeres tienen períodos menstruales mucho más leves. El embarazo después de la ablación del endometrio presenta muchas complicaciones relacionadas. Si has tenido ablación del endometrio, se recomienda el uso de anticonceptivos permanentes o fiables hasta la menopausia.
- Resección endometrial. Este procedimiento quirúrgico utiliza un asa de alambre electroquirúrgico para extraer el recubrimiento del útero. Tanto la ablación endometrial como la resección endometrial benefician a las mujeres que tienen un sangrado menstrual muy intenso. No se recomienda el embarazo después de este procedimiento.
- Histerectomía. Es la cirugía con la que se retiran el útero y el cuello del útero. La histerectomía es un procedimiento permanente que causa esterilidad y pone fin a los períodos menstruales. La histerectomía se realiza con anestesia y requiere hospitalización. Es posible que la extracción adicional de los ovarios (ooforectomía bilateral) cause menopausia prematura.
Muchos de estos procedimientos quirúrgicos son ambulatorios. Si bien es posible que necesites anestesia general, es probable que te puedas ir a tu casa más tarde el mismo día. En general, una miomectomía abdominal o una histerectomía requieren una estancia hospitalaria.
Cuando la menorragia es un signo de otra enfermedad, como enfermedad tiroidea, el tratamiento de esa enfermedad usualmente da como resultado períodos menstruales más leves.
Más información
Preparación para la consulta
Si tus períodos son tan abundantes que limitan tu estilo de vida, pide una consulta con tu médico u otro proveedor de atención médica.
La siguiente información te ayudará a prepararte para la consulta y a saber qué esperar del profesional de la salud.
Qué puedes hacer
Como preparación para tu consulta:
- Pregunta si hay instrucciones previas a la consulta. El médico puede pedirte el seguimiento de tus ciclos menstruales en un calendario, tomando nota del tiempo que duran y de la abundancia del sangrado.
- Anota cualquier síntoma que tengas y la duración. Además de la frecuencia y el volumen de tus períodos, informa al médico acerca de otros síntomas que se producen típicamente en el momento del período, como sensibilidad en los senos, cólicos menstruales o dolor pélvico.
- Anota tu información personal más importante, incluso lo que te genere mayor estrés o cualquier cambio reciente en tu vida. Estos factores pueden afectar tu ciclo menstrual.
- Anota tu información médica más importante, que comprenda otros trastornos para los cuales estés recibiendo tratamiento, así como nombres de medicamentos, vitaminas o suplementos que tomas.
- Anota las preguntas que desees hacerle al médico, a fin de aprovechar al máximo el tiempo juntos.
Algunas preguntas básicas para hacerle al médico acerca de la menorragia son las siguientes:
- ¿Mis períodos son anormalmente abundantes?
- ¿Necesito realizarme algún examen?
- ¿Qué enfoque de tratamiento me recomiendas?
- Estos tratamientos, ¿tienen efectos secundarios asociados?
- Estos tratamientos, ¿afectarán mi capacidad para quedar embarazada?
- ¿Puedo hacer cambios en el estilo de vida que me ayuden a controlar los síntomas?
- Mis síntomas, ¿podrían cambiar con el tiempo?
No dudes en hacer cualquier otra pregunta que te surja durante la consulta.
Qué esperar del médico
Es probable que el médico te haga una serie de preguntas, como las siguientes:
- ¿Cuándo comenzó tu último período?
- ¿A qué edad comenzaste a menstruar?
- ¿De qué manera cambiaron tus períodos con el tiempo?
- ¿Tienes sensibilidad en los senos o dolor pélvico durante tu ciclo menstrual?
- ¿Cuánto duran tus períodos?
- ¿Con qué frecuencia tienes que cambiar el tampón o la compresa cuando estás menstruando?
- ¿Tienes cólicos intensos durante el período menstrual?
- ¿Tu peso corporal ha cambiado recientemente?
- ¿Eres sexualmente activa?
- ¿Qué tipo de método anticonceptivo usas?
- ¿Tienes antecedentes familiares de trastornos hemorrágicos?
- Tus síntomas, ¿limitan tu capacidad de desempeño? Por ejemplo, ¿has tenido que faltar alguna vez a la escuela o al trabajo debido a tu período?
- ¿Recibes o has recibido tratamiento recientemente por alguna otra afección?
Qué puedes hacer mientras tanto
Mientras esperas la consulta, averigua entre tus familiares si a alguien le han diagnosticado trastornos hemorrágicos. Por otra parte, comienza a tomar nota acerca de la frecuencia y la cantidad del sangrado cada mes. Para determinar el volumen del sangrado, cuenta cuántos tampones o compresas saturas durante un período menstrual promedio.