Descripción general
La encefalopatía hepática es una afección grave que se produce cuando el hígado no puede filtrar las toxinas de la sangre, incluido el amoníaco de los intestinos. La acumulación de toxinas afecta la capacidad del cerebro para funcionar. Si no se trata o no se trata con éxito, la encefalopatía hepática puede causar falta de respuesta, estado de coma o muerte.
La encefalopatía hepática puede ser causada por una lesión del hígado, cáncer o una enfermedad hepática crónica que produce insuficiencia hepática, como la cirrosis. La encefalopatía hepática se presenta en el 30 % al 40 % de las personas con cirrosis. El consumo de alcohol, las infecciones, el uso de algunos medicamentos y los coágulos sanguíneos en las venas también pueden causar encefalopatía hepática.
La encefalopatía hepática requiere tratamiento inmediato para prevenir consecuencias graves. Llama al 911 o busca atención médica de emergencia si crees que tú o alguien cercano podría tener encefalopatía hepática.
Tipos
Hay tres tipos principales de encefalopatía hepática:
- Tipo A. La encefalopatía hepática de tipo A es el resultado de una insuficiencia hepática aguda, que es la pérdida de la función hepática que ocurre rápidamente, en días o semanas.
- Tipo B. La encefalopatía hepática tipo B ocurre cuando la sangre que debería ir al hígado a través de la derivación portosistémica pasa al torrente sanguíneo. La derivación es una abertura entre la vena porta y la vena hepática, que transporta sangre desde el hígado hasta el corazón.
- Tipo C. La encefalopatía hepática de tipo C ocurre en personas con cirrosis, que es una cicatrización avanzada del hígado. Las personas con insuficiencia hepática aguda crónica, que es un deterioro rápido en personas con insuficiencia hepática crónica, también pueden tener el tipo C.
La encefalopatía hepática aguda aparece de repente. La encefalopatía hepática crónica es de larga duración. Las personas que padecen encefalopatía hepática pueden presentar una amplia gama de cambios cognitivos o mentales, que van de apenas perceptibles al estado de coma. Cuando los síntomas son evidentes, la afección se denomina encefalopatía hepática manifiesta. Cuando los síntomas no son perceptibles, la afección se denomina encefalopatía encubierta.
Síntomas
Algunos de los síntomas más comunes de la encefalopatía hepática son:
- Dificultad para concentrarse o prestar atención.
- No saber dónde estás.
- Somnolencia durante el día o dificultad para dormir por la noche.
- Pérdida de la memoria o confusión.
- Temblor en las extremidades.
- Cambios de estado de ánimo o personalidad.
- Dificultad para hablar o moverse.
- Caer en estado de coma.
Con el tiempo, los síntomas de la encefalopatía hepática pueden llevar a una menor calidad de vida y capacidad para funcionar. Tener otras afecciones crónicas además de la encefalopatía hepática puede hacer que la vida diaria sea aún más difícil.
Cuándo debes consultar a un médico
Si tú o alguien con enfermedad hepática presenta confusión repentina, dificultad para despertar o un comportamiento inusual, comunícate de inmediato con el profesional de atención médica o dirígete a una sala de emergencias.
Causas
La encefalopatía hepática es causada por una acumulación de toxinas, especialmente amoníaco, cuando el hígado no puede filtrar los desechos de la sangre. Esta acumulación puede ser causada por:
- Consumo de alcohol y afecciones derivadas, como la cirrosis.
- Desequilibrios de electrolitos en el organismo, como un nivel bajo de potasio o de sodio.
- Infecciones.
- Sangrado en el aparato digestivo.
- Complicaciones de un trasplante de hígado.
- Cirugía para colocar derivaciones en el hígado a fin de mejorar el flujo sanguíneo.
Otros factores que pueden causar encefalopatía hepática incluyen los siguientes:
- Ciertos medicamentos, como diuréticos, opioides y sedantes.
- Deshidratación derivada de vómitos, diarrea u otras causas.
- Estreñimiento.
- Edad avanzada.
Factores de riesgo
Tienes más probabilidades de desarrollar encefalopatía hepática si presentas lo siguiente:
- Diabetes.
- Enfermedad hepática avanzada, como cirrosis.
- Enfermedad renal.
- Epilepsia.
- Baja masa muscular, a veces llamada sarcopenia.
- Grandes derivaciones portosistémicas en el hígado.
- Niveles bajos de sodio o altos de amoníaco en la sangre.
- Ciertos factores de riesgo genéticos.
También tienes un riesgo más alto para encefalopatía hepática si:
- Eres un adulto mayor.
- Consumes alcohol.
- Tienes hábitos alimenticios poco saludables.
- Tomas diuréticos, inhibidores de la bomba de protones, opioides o medicamentos benzodiazepínicos.
- Tienes antecedentes médicos de encefalopatía hepática.
El profesional de atención médica puede informarte sobre otros factores de riesgo relacionados con tu salud o estilo de vida.
Complicaciones
Algunas complicaciones de la encefalopatía hepática pueden ser muy graves. Estas son algunas de las complicaciones comunes:
- Dificultades para desenvolverse en la vida diaria o el trabajo.
- Caídas y lesiones.
- Problemas duraderos de memoria y atención.
- Problemas para conducir un auto.
- Alteraciones del sueño.
- Hospitalizaciones.
- Estado de coma.
- Muerte.
Prevención
Es posible reducir las probabilidades de padecer encefalopatía hepática si cuidas tu salud. Algunas formas de prevenir la encefalopatía hepática incluyen lo siguiente:
- Toma los medicamentos recetados según las indicaciones.
- Consume proteínas de plantas y productos lácteos.
- Evita el alcohol y los medicamentos sedantes.
- Evita los opioides.
- Mantente hidratado.
- Evita el estreñimiento.
- Trata las infecciones en cuanto aparezcan.
- Acude a controles regulares para detectar enfermedades hepáticas.