Descripción general
¿Qué es la diabetes tipo 1? Explicación de un experto de Mayo Clinic
Infórmate más sobre la diabetes tipo 1 con el doctor Yogish Kudva (endocrinólogo).
Soy el doctor Yogish C. Kudva, endocrinólogo de Mayo Clinic. En este video, hablaremos sobre los conceptos básicos de la diabetes tipo 1. ¿Qué es? ¿Quién puede tenerlo? Los síntomas, el diagnóstico y el tratamiento. Ya sea que busques respuestas para ti o para un ser querido, estamos aquí para darte la mejor información disponible. La diabetes tipo 1 es una afección crónica que afecta las células del páncreas que producen insulina. Se calcula que aproximadamente 1,25 millones de estadounidenses tienen esta afección. Las personas que tienen diabetes tipo 1 no producen la cantidad suficiente de insulina. La insulina es una hormona importante que produce el páncreas. La insulina permite a las células almacenar glucosa, o glucosa y grasa, y generar energía. Lamentablemente, no se conoce ninguna cura. Sin embargo, el tratamiento puede prevenir complicaciones y también mejorar la vida diaria de los pacientes con diabetes tipo 1. Muchas personas que tienen esta enfermedad llevan una vida plena. Asimismo, cuanto más sabemos y más tratamientos desarrollamos para este trastorno, mejores son los resultados.
No sabemos con exactitud qué es lo que causa la diabetes tipo 1. Creemos que es un trastorno autoinmunitario en el que el organismo destruye por error las células del páncreas que producen insulina. Normalmente, el páncreas secreta insulina en el torrente sanguíneo. La insulina circula y permite que la glucosa ingrese en las células. La glucosa es la principal fuente de energía de las células del cerebro, los músculos y otros tejidos. Sin embargo, cuando se destruye la mayoría de las células que producen insulina, el páncreas no puede crear insulina suficiente y la glucosa no llega a las células, lo que genera un exceso de glucosa en el torrente sanguíneo. Esto puede causar complicaciones que ponen en riesgo la vida. Esta afección se denomina cetoacidosis diabética. Aunque desconocemos la causa de la diabetes tipo 1, sabemos que hay ciertos factores que pueden contribuir a su aparición. Antecedentes familiares. Cualquier persona que tenga a sus padres o un hermano con diabetes tipo 1 presenta un riesgo levemente mayor de tener esta afección. Genética. La presencia de determinados genes también puede indicar un mayor riesgo. Ubicación geográfica. La diabetes tipo 1 es más frecuente a medida que uno se aleja del ecuador. Edad. Si bien se puede presentar a cualquier edad, hay dos momentos críticos. El primero se da en niños de entre cuatro y siete años, y el segundo, en niños de entre 10 y 14 años.
Los signos y síntomas de la diabetes tipo 1 pueden presentarse de forma bastante repentina, sobre todo en los niños. Estos pueden incluir aumento de la sed, micción frecuente, incontinencia urinaria en niños que anteriormente no mojaban la cama. Asimismo, pueden presentar hambre extrema, pérdida de peso involuntaria, fatiga y debilidad, visión borrosa, irritabilidad y otros cambios en el estado de ánimo. Si tú o tu hijo tienen cualquiera de estos síntomas, debes consultar al médico.
La mejor manera de determinar si tienes diabetes tipo 1 es con un análisis de sangre. Existen diferentes métodos, como la prueba de hemoglobina glucosilada A1c, una prueba de glucosa sanguínea aleatoria, o un examen de glucemia en ayunas. Todos estos métodos son eficaces y el médico puede ayudarte a determinar si los mejores para ti. Si se te diagnostica diabetes, es posible que el médico solicite otras pruebas para detectar los anticuerpos que son comunes en la diabetes tipo 1. Esto se hace con una prueba de péptido C, que mide la cantidad de insulina que se produce cuando se analiza en simultáneo con un examen de glucosa en ayunas. Estas pruebas pueden ayudar a distinguir entre la diabetes tipo 1 y tipo 2 cuando el diagnóstico es dudoso.
Si se te diagnosticó diabetes tipo 1, es posible que te preguntes cuál es el tratamiento. El tratamiento podría consistir en recibir insulina, contar carbohidratos, grasas y proteínas, controlar con frecuencia la glucosa, consumir alimentos saludables y hacer ejercicio con regularidad para mantener un peso saludable. En general, las personas que tienen diabetes tipo 1 necesitan tratamiento con insulina de por vida. Existen muchos tipos diferentes de insulina y hay otros en desarrollo que son más eficientes. Además, la insulina que uses puede cambiar. Como dijimos, el médico te ayudará a determinar lo mejor para tu caso. Un avance importante en el tratamiento que se dio en los últimos años fue el desarrollo y la disponibilidad de glucómetros continuos y bombas de insulina que ajustan automáticamente la insulina en función del glucómetro continuo. Actualmente, este es el mejor tratamiento para la diabetes tipo 1. Este es un momento interesante para los pacientes y los médicos que están dispuestos a desarrollar y prescribir este tipo de terapias. Otra opción es la cirugía. Con un trasplante exitoso de páncreas se puede eliminar la necesidad de insulina adicional. Sin embargo, los trasplantes no siempre están disponibles, no siempre son exitosos y el procedimiento conlleva grandes riesgos. A veces, sus riesgos pueden ser mayores que los de la propia diabetes. Por eso, los trasplantes se reserven para quienes presentan afecciones muy difíciles de controlar. Un trasplante exitoso puede cambiar la vida por completo. Sin embargo, la cirugía siempre es una intervención importante que requiere mucha investigación y concentración de ti, tu familia y el equipo médico.
El hecho de que no conozcamos la causa de la diabetes tipo 1 puede ser preocupante. Asimismo, el hecho de que no exista una cura, es aún más preocupante. Sin embargo, con el médico, el equipo médico y el tratamiento pertinentes, la diabetes tipo 1 se puede controlar. De esta manera, aquellas personas que tienen esta afección pueden seguir adelante con su vida. Si quieres tener aún más información acerca de la diabetes tipo 1, mira nuestros otros videos relacionados o visita mayoclinic.org. Te deseamos lo mejor.
La diabetes mellitus se refiere a un grupo de enfermedades que afecta la forma en que el cuerpo utiliza la glucosa en la sangre. La glucosa es una importante fuente de energía para las células que forman los músculos y tejidos. También es la principal fuente de combustible del cerebro.
La causa principal de la diabetes varía según el tipo. Pero, independientemente del tipo de diabetes que tengas, puede provocar un exceso de glucosa en la sangre. Demasiada glucosa en la sangre puede causar problemas de salud graves.
Las afecciones de diabetes crónica comprenden diabetes tipo 1 y diabetes tipo 2. Las afecciones de diabetes potencialmente reversibles incluyen prediabetes y diabetes gestacional. La prediabetes ocurre cuando tus niveles de glucosa en la sangre son más elevados de lo normal. Pero esos niveles de glucosa en la sangre no son tan altos como para ser denominados diabetes. La prediabetes puede convertirse en diabetes, a no ser que se tomen medidas para prevenirla. La diabetes gestacional ocurre durante el embarazo, pero puede desaparecer después de que el bebé nace.
Síntomas
Los síntomas de la diabetes dependen del nivel de glucosa sanguínea. Es posible que algunas personas no presenten síntomas, especialmente si tienen prediabetes, diabetes gestacional o diabetes tipo 2. En el caso de la diabetes tipo 1, los síntomas tienden a aparecer rápido y a ser más intensos.
Algunos de los síntomas de la diabetes tipo 1 y tipo 2 incluyen los siguientes:
- Más sed de lo habitual.
- Micción frecuente.
- Pérdida de peso involuntaria.
- Presencia de cetonas en la orina. Las cetonas son un producto secundario de la descomposición de músculo y grasa que ocurre cuando no hay suficiente insulina.
- Sensación de cansancio y debilidad.
- Sensación de irritabilidad u otros cambios en el estado de ánimo.
- Visión borrosa.
- Llagas que tardan en cicatrizar.
- Infecciones frecuentes, como en las encías, la piel o la vagina.
Si bien la diabetes tipo 1 puede manifestarse a cualquier edad, suele ocurrir en la infancia o la adolescencia. La diabetes tipo 2, el tipo más común, también puede manifestarse a cualquier edad, pero es más frecuente en personas mayores de 40 años. Sin embargo, están aumentando los casos de diabetes tipo 2 en niños.
Cuándo debes consultar con un médico
- Si crees que tú o tu hijo tienen diabetes. Comunícate con el proveedor de atención médica si notas cualquier síntoma posible de diabetes. Cuanto antes se diagnostique la enfermedad, más rápido puede comenzar el tratamiento.
- Si ya te han diagnosticado diabetes. Después de recibir el diagnóstico, necesitarás un riguroso seguimiento médico hasta que tus niveles de glucosa en la sangre se estabilicen.
Causas
Para comprender la diabetes, es importante entender cómo el cuerpo usa habitualmente la glucosa.
Cómo funciona la insulina
La insulina es una hormona que proviene de una glándula situada detrás y debajo del estómago (páncreas).
- El páncreas libera insulina en el torrente sanguíneo.
- La insulina circula y permite que el azúcar entre en las células.
- La insulina reduce la cantidad de azúcar presente en el torrente sanguíneo.
- A medida que el nivel de glucosa sanguínea baja, también lo hace la secreción de insulina del páncreas.
La función de la glucosa
La glucosa, un tipo de azúcar, es la principal fuente de energía de las células que forman los músculos y otros tejidos.
- La glucosa proviene de dos fuentes principales: los alimentos y el hígado.
- La glucosa se absorbe en el torrente sanguíneo, en donde ingresa en las células con la ayuda de la insulina.
- El hígado elabora y almacena glucosa.
- Cuando los niveles de glucosa son bajos, como cuando no has comido por un buen rato, el hígado convierte el glucógeno almacenado en glucosa. Así mantiene tu nivel de glucosa dentro de un nivel normal.
La causa exacta de la mayoría de los tipos de diabetes se desconoce. En todos los casos, la glucosa se acumula en el torrente sanguíneo. Esto se debe a que el páncreas no produce suficiente insulina. Ambas clases de diabetes, tipo 1 y tipo 2, pueden causarse por una combinación de factores genéticos y ambientales. No se conoce realmente cuáles son estos factores.
Factores de riesgo
Los factores de riesgo para la diabetes dependen del tipo de diabetes que tienes. Los antecedentes familiares pueden desempeñar un papel en todos los tipos. Los factores ambientales y la geografía pueden aumentar el riesgo de padecer diabetes tipo 1.
En ocasiones, a los familiares de las personas con diabetes tipo 1 se les hacen análisis clínicos para comprobar la presencia de células del sistema inmunitario de la diabetes (autoanticuerpos). Si tienes estos autoanticuerpos, tendrás mayores probabilidades de padecer la enfermedad. Sin embargo, no todas las personas que tienen estos autoanticuerpos llegan a tener diabetes.
La raza o el origen étnico también pueden aumentar el riesgo de presentar diabetes tipo 2. Aunque no se sabe con certeza el motivo, determinadas personas, como las afroamericanas, las hispanas, las indígenas estadounidenses y las asiáticas americanas, corren un mayor riesgo.
La prediabetes, la diabetes tipo 2 y la diabetes gestacional son más frecuentes en personas con sobrepeso u obesidad.
Complicaciones
Las complicaciones a largo plazo de la diabetes aparecen progresivamente. Cuanto más tiempo hayas tenido diabetes (y cuanto menos te hayas controlado la glucosa sanguínea), mayor será el riesgo de sufrir complicaciones. Con el tiempo, las complicaciones de la diabetes podrían provocar discapacidad o incluso poner en riesgo la vida. De hecho, la prediabetes puede derivar en diabetes tipo 2. Algunas de las posibles complicaciones incluyen las siguientes:
- Enfermedades cardíacas y de los vasos sanguíneos (cardiovasculares). La diabetes aumenta en gran medida el riesgo de sufrir muchos problemas cardíacos. Entre ellos, se pueden incluir la enfermedad de las arterias coronarias con dolor de pecho (angina de pecho), ataque cardíaco, accidente cerebrovascular y estrechamiento de las arterias (ateroesclerosis). Si tienes diabetes, eres más propenso a desarrollar una enfermedad cardíaca o un accidente cerebrovascular.
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Daño a los nervios por diabetes (neuropatía diabética). El exceso de azúcar puede dañar las paredes de los vasos sanguíneos pequeños (capilares) que alimentan los nervios, especialmente en las piernas. Esto puede provocar hormigueo, entumecimiento, ardor o dolor, que generalmente comienza en las puntas de los dedos de los pies o las manos y se extiende progresivamente hacia arriba.
El daño en los nervios relacionados con la digestión puede causar problemas de náuseas, vómitos, diarrea o estreñimiento. En los hombres, puede derivar en disfunción eréctil.
- Daño a los riñones por diabetes (nefropatía diabética). Los riñones contienen millones de pequeños grupos de vasos sanguíneos (glomérulos) que filtran los desechos de la sangre. La diabetes puede dañar este delicado sistema de filtración.
- Daño a los ojos por diabetes (retinopatía diabética). La diabetes puede dañar los vasos sanguíneos del ojo. Esto podría derivar en ceguera.
- Daños en el pie. El daño en los nervios de los pies o el flujo sanguíneo insuficiente a los pies aumentan el riesgo de muchas complicaciones.
- Afecciones de la piel y la boca. La diabetes puede hacer que seas más propenso a tener problemas de la piel, como infecciones bacterianas y micóticas.
- Deterioro de la audición. Los problemas de audición son más frecuentes en las personas que tienen diabetes.
- Enfermedad de Alzheimer. La diabetes tipo 2 puede aumentar el riesgo de demencia, como la enfermedad de Alzheimer.
- Depresión relacionada con la diabetes. Los síntomas de depresión son comunes en personas con diabetes tipo 1 y tipo 2.
Complicaciones de la diabetes gestacional
La mayoría de las mujeres con diabetes gestacional da a luz a bebés sanos. No obstante, los niveles de glucosa en la sangre sin tratar o sin controlar pueden causarles problemas a ti y a tu bebé.
La diabetes gestacional puede provocar complicaciones en tu bebé, entre ellas:
- Crecimiento excesivo. El exceso de glucosa puede atravesar la placenta. El exceso de glucosa provoca que el páncreas del bebé produzca una cantidad excesiva de insulina. Como consecuencia, tu bebé podría crecer demasiado, lo que puede provocar dificultades en el parto o, en ocasiones, la necesidad de una cesárea.
- Nivel bajo de glucosa sanguínea. A veces, los bebés de madres con diabetes gestacional tienen un nivel bajo de glucosa sanguínea (hipoglucemia) poco después del nacimiento. Esto se debe a que su propia producción de insulina es elevada.
- Diabetes tipo 2 en el futuro. Los bebés de madres con diabetes gestacional tienen un mayor riesgo de padecer obesidad y diabetes tipo 2 en el futuro.
- Muerte. Una diabetes gestacional no tratada puede provocar la muerte del bebé antes o poco después del parto.
La diabetes gestacional también puede provocar complicaciones en la madre, entre ellas:
- Preeclampsia. Entre los síntomas de esta afección se encuentran la presión arterial alta, el exceso de proteínas en la orina, y la hinchazón en las piernas y los pies.
- Diabetes gestacional. Si tuviste diabetes gestacional en un embarazo, tienes más probabilidades de tenerla otra vez en el embarazo siguiente.
Prevención
La diabetes tipo 1 no puede prevenirse. Sin embargo, las mismas elecciones de estilo de vida saludable que ayudan a tratar la prediabetes, la diabetes tipo 2 y la diabetes gestacional también pueden ayudar a prevenirla:
- Come alimentos saludables. Elige alimentos ricos en fibra, con bajo contenido graso y pocas calorías. Céntrate en las frutas, las verduras y los granos integrales. Come variado para evitar el aburrimiento.
- Haz más actividad física. Haz unos 30 minutos de actividad aeróbica moderada la mayoría de los días de la semana. Intenta realizar al menos 150 minutos de actividad aeróbica moderada a la semana. Por ejemplo, puedes dar un paseo diario a paso ligero. Si no puedes realizar un entrenamiento prolongado, divídelo en sesiones más cortas durante el día.
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Pierde el exceso de peso. Si tienes sobrepeso, bajar incluso el 7 % de tu peso corporal puede reducir el riesgo de tener diabetes. Por ejemplo, si pesas 200 libras (90,7 kilogramos), perder 14 libras (6,4 kilogramos) puede reducir el riesgo de diabetes.
Sin embargo, no intentes bajar de peso durante el embarazo. Consulta con tu proveedor de atención médica qué cantidad de peso es saludable que aumentes durante el embarazo.
Para mantener tu peso en un rango saludable, céntrate en cambios a largo plazo en los hábitos de alimentación y de ejercicio. Recuerda los beneficios de perder peso, como tener un corazón más sano, más energía y una mayor autoestima.
A veces, los fármacos son una alternativa. Los fármacos orales para la diabetes, como la metformina (Glumetza, Fortamet y otros), pueden reducir el riesgo de diabetes tipo 2; sin embargo, la elección de un estilo de vida saludable es importante. Si tienes prediabetes, haz que te controlen el nivel de glucosa sanguínea al menos una vez al año para comprobar que no tengas diabetes tipo 2.