Diagnóstico
Un examen físico, que incluya exámenes articulares y neurológicos, y los resultados de las pruebas pueden ayudar al médico a determinar la causa de tu dolor y rigidez. Durante el examen, el médico puede mover suavemente tu cabeza y tus extremidades para evaluar la amplitud de movimiento.
El médico podría reevaluar el diagnóstico a medida que avanza el tratamiento. Algunas personas diagnosticadas inicialmente con polimialgia reumática se reclasificaron posteriormente como pacientes con artritis reumatoidea.
Estas son algunas de las pruebas que el médico puede recomendarte:
- Análisis de sangre. Además de revisar tu recuento sanguíneo completo, tu médico buscará dos indicadores de inflamación: la velocidad de sedimentación globular (tasa de sedimentación) y la proteína C reactiva. Sin embargo, en algunas personas con polimialgia reumática, estas pruebas son normales o solo ligeramente altas.
- Pruebas por imágenes. La ecografía se usa cada vez más para distinguir la polimialgia reumática de otras enfermedades con síntomas similares. La resonancia magnética también puede identificar otras causas de dolor en el hombro, como cambios en las articulaciones.
Monitoreo de la arteritis de células gigantes
El médico te controlará en busca de signos y síntomas que indiquen la aparición de arteritis de células gigantes. Habla con el médico de inmediato si tienes lo siguiente:
- Dolores de cabeza nuevos, inusuales o persistentes
- Dolor o sensibilidad en la mandíbula
- Visión doble o borrosa, o pérdida de la visión
- Sensibilidad en el cuero cabelludo
Si el médico sospecha que tienes arteritis de células gigantes, es probable que solicite una biopsia de la arteria que se encuentra en una de tus sienes. Este procedimiento, que se realiza con anestesia local, implica la extracción de una pequeña muestra de la arteria, que luego se examina en busca de inflamación.
Tratamiento
El tratamiento generalmente consiste en medicamentos para ayudar a aliviar los signos y síntomas. Las recaídas son frecuentes.
Medicamentos
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Corticosteroides. La polimialgia reumática generalmente se trata con una dosis baja de un corticosteroide oral, como la prednisona (Rayos). Es probable que empieces a sentir alivio del dolor y la rigidez en los primeros dos o tres días.
Después de las primeras dos a cuatro semanas de tratamiento, el médico puede comenzar a disminuir progresivamente la dosis según tus síntomas y los resultados de los análisis de sangre. Debido a los posibles efectos secundarios, el objetivo es mantener la dosis tan baja como sea posible sin provocar una recaída en los síntomas.
La mayoría de las personas con polimialgia reumática necesitan continuar el tratamiento con corticosteroides durante un año o más. Deberás concurrir a visitas de seguimiento frecuentes con el médico para controlar si el tratamiento está funcionando y si tienes efectos secundarios.
El consumo prolongado de corticosteroides puede ocasionar efectos secundarios graves, como aumento de peso, pérdida de densidad ósea, presión arterial alta, diabetes y cataratas. El médico te controlará con atención para detectar si surge algún problema. Quizás haga un ajuste de la dosis e indique tratamientos para controlar las reacciones al tratamiento con corticosteroides.
- Calcio y vitamina D. Es probable que el médico indique el consumo de dosis diarias de suplementos de calcio y vitamina D para ayudar a evitar la pérdida de masa ósea como resultado del tratamiento con corticosteroides. El American College of Rheumatology (Colegio Estadounidense de Reumatología) recomienda 1000 a 1200 miligramos de suplementos de calcio y 600 a 800 unidades internacionales de suplementos de vitamina D para cualquier persona que use corticosteroides durante tres meses o más.
- Metotrexato. Las pautas conjuntas de la American Academy of Rheumatology (Academia Estadounidense de Reumatología) y la European League Against Rheumatism (Liga Europea contra el Reumatismo) sugieren el uso de metotrexato (Trexall) con corticosteroides en algunos pacientes. Este es un medicamento inmunosupresor que se toma por vía oral. Podría ser útil en la etapa inicial del tratamiento o más tarde, si tienes una recaída o no respondes a los corticosteroides.
Fisioterapia
La mayoría de las personas que consumen corticosteroides para tratar la polimialgia reumática regresan a sus niveles normales de actividad. Sin embargo, si tus niveles de actividad han sido limitados por un largo período, quizás necesites fisioterapia. Consulta con el médico acerca de cuál puede ser la mejor opción de fisioterapia para ti.
Autocuidados
No se suelen recomendar los medicamentos antiinflamatorios no esteroides de venta libre como ibuprofeno (Advil, Motrin IB, otros) o naproxeno sódico (Aleve) para aliviar los signos y síntomas de la polimialgia reumática.
Las elecciones de un estilo de vida saludable pueden ayudar a controlar los efectos secundarios que el tratamiento con corticosteroides puede causar:
- Seguir una dieta saludable. Sigue una dieta de frutas, verduras, granos enteros, y productos lácteos y de proteínas bajos en grasa. Limita la cantidad de sal (sodio) presente en la dieta para evitar la acumulación de líquidos y la presión arterial alta.
- Haz ejercicio con regularidad. Habla con tu médico sobre el ejercicio apropiado para mantener un peso saludable y fortalecer los huesos y los músculos.
- Descansa lo suficiente. El descanso es necesario para que el cuerpo se recupere del ejercicio y las actividades cotidianas.
- Usa dispositivos de asistencia. Considera usar equipaje y carritos de compra con ruedas, dispositivos para alcanzar objetos lejanos o altos, barras para sostenerte en la ducha y otros dispositivos de asistencia que pueden facilitar las tareas cotidianas.
Estrategias de afrontamiento y apoyo
Si bien puedes empezar a sentirte mejor inmediatamente después del tratamiento, puede ser frustrante tener que tomar medicamentos todos los días, especialmente si pueden causar efectos secundarios graves. Consulta con tu equipo de atención médica sobre qué pasos puedes seguir para mantenerte sano mientras tomas corticosteroides.
El médico también puede tener información sobre grupos de apoyo locales en tu área. Podría ser útil hablar con otras personas que están sufriendo la misma enfermedad y enfrentan los mismos desafíos.
Preparación para la consulta
Es probable que comiences por consultar con tu médico de atención primaria, que puede derivarte con un especialista en trastornos inflamatorios de músculos y del sistema esquelético (reumatólogo).
A continuación, se presenta información que te ayudará a prepararte para tu consulta.
Qué puedes hacer
Cuando programes la cita, pregunta si hay algo que debas hacer con anticipación, como restringir tu dieta.
Prepara una lista de lo siguiente:
- Los síntomas, incluidos aquellos que quizás no parezcan estar relacionados con la razón por la cual programaste la cita y cuándo comenzaron
- Información personal clave, incluidas situaciones de estrés importantes o cambios recientes en tu vida y antecedentes médicos personales y familiares
- Todos los medicamentos, vitaminas y otros suplementos que tomes, incluidas las dosis
- Preguntas para hacerle al médico
De ser posible, pídele a un familiar o a un amigo que te acompañen para ayudarte a recordar la información que recibas.
En el caso de la polimialgia reumática, estas son preguntas para hacerle al médico:
- ¿Cuál es la causa más probable de mis síntomas?
- ¿Cuáles son otras causas posibles de mis síntomas?
- ¿Qué pruebas necesito hacerme? ¿Requieren alguna preparación especial?
- ¿Esta afección es temporal o permanente?
- ¿Cuáles son los tratamientos disponibles y cuál me recomienda?
- ¿Qué efectos secundarios podría provocar el tratamiento?
- ¿Cuáles son las alternativas al enfoque principal que me indica?
- Tengo otras afecciones médicas. ¿Cómo puedo controlarlas de manera conjunta?
- ¿Tiene algunos folletos o material impreso que pueda llevarme? ¿Qué sitios web me recomienda?
Qué esperar del médico
Es probable que el médico te haga preguntas, como las siguientes:
- ¿Dónde está el dolor o la rigidez?
- ¿Cómo calificarías el dolor en una escala del 1 al 10?
- ¿Los síntomas empeoran en determinados momentos del día o la noche?
- ¿Cuánto dura la rigidez después de que despiertas por la mañana o después de un período de inactividad?
- ¿El dolor o la rigidez limitan las actividades que realizas?
- ¿Tienes o has tenido dolores de cabeza o mandíbula nuevos o más intensos?
- ¿Has notado cambios en la vista?