Estrés de las personas encargadas del cuidado: Consejos para cuidarte a ti mismo
El cuidado de un ser querido pone a prueba incluso a las personas más resilientes. Si estás a cargo del cuidado de una persona, toma medidas para preservar tu propia salud y bienestar.
Escrito por el personal de Mayo Clinic
A medida que la población envejece, cada vez son más las personas que, sin ser profesionales de la salud, proporcionan cuidados. Aproximadamente 1 de cada 3 adultos en los Estados Unidos brinda cuidado a otro adulto como cuidador informal.
Un cuidador es una persona que brinda ayuda a otra que lo necesita, como a un cónyuge o pareja enfermo, un niño discapacitado o un pariente anciano. Sin embargo, los familiares que están cuidando activamente a un anciano a menudo no se identifican a sí mismos como «cuidadores». Reconocer esta función puede ayudar a los cuidadores a recibir el apoyo que necesitan.
Cuidar a personas enfermas es gratificante, pero estresante
Cuidar a personas enfermas puede tener muchas recompensas. Para la mayoría de los cuidadores, estar presente cuando un ser querido te necesita es un valor fundamental y algo que deseas dar.
Pero es casi seguro que ocurra un cambio de roles y emociones. Es natural sentirse enojado, frustrado, exhausto, solo o triste. El estrés del cuidador, el estrés emocional y físico del cuidado, es común.
Los cuidadores que experimentan estrés pueden ser vulnerables a cambios en su propia salud. Los factores de riesgo del estrés del cuidador incluyen los siguientes:
- Vivir con la persona a la que cuida
- Aislamiento social
- Depresión
- Dificultades financieras
- Mayor número de horas dedicadas al cuidado
- Falta de habilidades de afrontamiento y dificultad para resolver problemas
- Falta de elección por ser cuidador
Signos de estrés del cuidador
Como cuidador, podrías estar tan concentrado en tu ser querido que no te das cuenta de que tu propia salud y bienestar están en riesgo. Presta atención a los signos de estrés del cuidador:
- Sentirse abrumado o constantemente preocupado
- Sentir cansancio gran parte del tiempo
- Dormir demasiado o no dormir lo suficiente
- Subir o bajar de peso
- Irritarse o enojarse con facilidad
- Perder el interés en actividades que solías disfrutar
- Sentirse triste
- Tener dolores de cabeza frecuentes, dolor corporal u otros problemas físicos
- Consumir alcohol o drogas en exceso, incluso medicamentos recetados
Sufrir mucho estrés, en especial, por mucho tiempo, puede perjudicar tu salud. Como cuidador, tienes más probabilidades de presentar síntomas de depresión o de ansiedad. Además, es posible que no duermas ni te ejercites lo suficiente, ni lleves una alimentación equilibrada; esto aumenta el riesgo que corres de tener problemas de salud, como enfermedades cardíacas y diabetes.
Estrategias para controlar el estrés de los cuidadores
Las exigencias emocionales y físicas que supone el cuidado de una persona pueden estresar incluso a la persona más resiliente. Por ello, es tan importante aprovechar todos los recursos y las herramientas disponibles que te ayuden con el cuidado de tu ser querido. Recuerda que si no cuidas de ti mismo, no podrás cuidar a alguien más.
Para controlar el estrés del cuidador, haz lo siguiente:
- Acepta ayuda. Prepara una lista de formas en las que otros pueden ayudarte y permite que la persona que te ayudará elija qué le gustaría hacer. Por ejemplo, un amigo puede ofrecerse a llevar a la persona que cuidas a dar un paseo algunas veces por semana. O bien, un amigo o un familiar puede hacer algún mandado, hacer las compras o cocinar para ti.
- Concéntrate en lo que puedes dar. A veces, es normal sentir culpa, pero entiende que no existe el cuidador «perfecto». Piensa que estás haciendo lo mejor que puedes y tomando las mejores decisiones posibles en todo momento.
- Establece objetivos realistas. Divide las tareas grandes en pasos más pequeños que puedes hacer de uno a la vez. Prioriza, haz listas y establece una rutina diaria. Empieza a decir que no a pedidos que son agotadores, como organizar comidas los días festivos.
- Conéctate. Entérate de los recursos que ofrece tu comunidad para cuidadores. Muchas comunidades ofrecen clases específicas sobre la enfermedad que tu ser querido está afrontando. También hay servicios de cuidado, como transporte, servicio de comidas a domicilio y limpieza, disponibles.
- Únete a un grupo de apoyo. Un grupo de apoyo puede brindar validación y motivación, así como estrategias para afrontar situaciones difíciles. Las personas que asisten a los grupos de apoyo comprenden lo que estás atravesando. Un grupo de apoyo también puede ser un buen lugar para cultivar relaciones significativas.
- Busca apoyo social. Haz un esfuerzo por mantenerte conectado con familiares y amigos que pueden ofrecerte apoyo emocional sin prejuicios. Reserva tiempo cada semana para conectarte, incluso si solo se trata de una caminata con un amigo.
Establece objetivos personales de salud. Por ejemplo, establece objetivos para lograr una rutina de sueño adecuada, encuentra tiempo para estar activo físicamente la mayoría de los días de la semana, mantén una alimentación saludable y bebe una cantidad abundante de agua.
Muchos cuidadores tienen problemas para dormir. No dormir bien durante un período prolongado puede generar problemas de salud. Consulta al médico si tienes problemas para dormir bien durante la noche.
- Consulta al médico. Aplícate las vacunas recomendadas y hazte las exploraciones correspondientes. Asegúrate de contarle al médico que eres cuidador. No dudes en mencionar las inquietudes o los síntomas que tengas.
Servicio de relevo
Quizás te resulte difícil imaginar que dejas a tu ser querido al cuidado de otra persona; pero tomarte un descanso puede ser una de las mejores cosas que puedes hacer por ti y por la persona a la que cuidas. La mayoría de las comunidades cuentan con algún tipo de servicio de relevo disponible, como los siguientes:
- Relevo en el hogar. Los asistentes para la atención médica van a tu casa y ofrecen compañía, servicios de enfermería o ambos.
- Programas y centros de atención para adultos. Algunos centros ofrecen atención tanto para adultos mayores como para niños pequeños, y los dos grupos pueden pasar tiempo juntos.
- Casas de reposo a corto plazo. Algunas residencias de apoyo, casas para la atención de la memoria y casas de reposo aceptan a personas que necesitan atención por estadías breves mientras sus cuidadores no están.
El cuidador que trabaja fuera de casa
Casi el 60 por ciento de los cuidadores trabaja fuera de su casa. Si trabajas fuera de tu casa y eres un cuidador, es posible que empieces a sentirte abrumado. En ese caso, considera la posibilidad de pedir una licencia en tu trabajo durante un tiempo.
Los empleados alcanzados por la Ley federal de licencias familiares y médicas pueden tener hasta 12 semanas de licencia sin goce de sueldo por año para cuidar a sus familiares. Averigua en la oficina de recursos humanos cuáles son tus opciones de licencia sin goce de sueldo.
No estás solo
Si eres como muchos cuidadores, te cuesta pedir ayuda. Desafortunadamente, esta actitud puede llevar a sentirse aislado, frustrado e incluso deprimido.
En lugar de luchar por tu cuenta, aprovecha los recursos locales para los cuidadores. Para empezar, consulta el Localizador de cuidados para ancianos o ponte en contacto con la Agencia de la tercera edad (AAA) local para conocer los servicios de tu comunidad. Puedes encontrar tu Agencia de la tercera edad (AAA) local en línea o en la sección de gobierno de tu directorio telefónico.
Dec. 16, 2020
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