Un yeso no resulta útil sin el cuidado adecuado. Obtén información sobre los aspectos básicos del cuidado del yeso, desde cómo mantenerlo limpio hasta cuándo llamar al médico.
Escrito por el personal de Mayo Clinic
Si tu hijo se quiebra un hueso, la colocación de un yeso puede ayudar a sostener y proteger la lesión mientras se cura. Pero un yeso puede no resultar útil sin el cuidado adecuado. Aprende la información básica sobre el cuidado del yeso.
Los yesos se hacen a medida para ajustarse a la extremidad lesionada y sostenerla. Existen dos tipos principales de yeso:
- Yesos tradicionales: Los yesos tradicionales son más fáciles de moldear para algunos usos que los yesos de fibra de vidrio. Los moldes de yeso también suelen ser menos costosos.
- Yesos de fibra de vidrio: Estos moldes de plástico tienden a ser más livianos y duraderos que los moldes de yeso. Además, los rayos X pueden ver a través de los yesos de fibra de vidrio mejor que a través de los yesos. Por eso es más fácil para un profesional de atención médica examinar los huesos de tu hijo cuando se utiliza un yeso de fibra de vidrio.
La hinchazón puede hacer que el yeso esté muy ajustado y que tu hijo se sienta incómodo. Para reducir la hinchazón:
- Levanta el área afectada: Durante las primeras 24 a 72 horas posteriores a la colocación del yeso, usa almohadas para elevar el yeso de tu hijo por encima del nivel del corazón. Si el yeso está en una pierna, es posible que tu hijo deba recostarse sobre cojines o acostarse.
- Aplica hielo: Coloca sin apretar una compresa de hielo envuelta en una toalla fina. Luego, colócala alrededor del yeso en el lugar general de la lesión. El hielo compactado de manera rígida y que solo toca el yeso en un punto no será tan eficaz. Asegúrate de envolver el hielo para que el yeso no se moje.
- Mantente en movimiento: Alienta a tu hijo para que mueva con frecuencia los dedos de la extremidad lesionada.
Un yeso puede causar picazón en la piel que cubre. Para aliviar la picazón en la piel, enciende un secador de cabello en la opción de aire frío y apunta debajo del yeso.
No permitas que tu hijo introduzca objetos dentro del yeso para rascarse la piel. Esto podría causar lesiones o una infección.
En general, los yesos deben mantenerse secos. Un yeso húmedo puede derivar en irritación o infección de la piel. Pero si un yeso se puede mojar o no puede depender del tipo de yeso que tenga tu hijo.
Los yesos tradicionales y los yesos de fibra de vidrio con rellenos tradicionales no son impermeables. Mantén el yeso de tu hijo seco cuando se bañe o se duche cubriéndolo con dos capas de plástico, sellado con una liga elástica o cinta adhesiva. Evita nadar cuanto tengas puesto un yeso que no sea impermeable.
Un yeso de fibra de vidrio que tenga un recubrimiento impermeable puede mojarse. Solo determinados tipos de fracturas pueden tratarse con un yeso y un recubrimiento impermeables. Pregúntale a tu profesional de atención médica si es seguro mojar el yeso.
Si el yeso se moja, tal vez puedas secar el relleno interior con un secador de cabello. Usa poco calor para evitar quemar o irritar la piel.
Prueba estos consejos para mantener el yeso de tu hijo en buen estado:
- Mantenlo limpio: Evita que ingresen tierra y arena al interior del yeso del niño.
- No uses artículos de tocador: Evita aplicar talco, loción o desodorante directamente sobre el yeso o cerca de este.
- Deja que el equipo de atención médica del niño realice los ajustes. No retires el acolchado del yeso. No recortes el yeso ni rompas los bordes ásperos sin consultar primero con el profesional de atención médica de tu hijo.
Comunícate de inmediato con el equipo de atención médica de tu hijo si ocurre lo siguiente:
- Siente cada vez más dolor y rigidez en la extremidad lesionada.
- Siente entumecimiento u hormigueo en la mano o en el pie lesionado.
- Siente picazón o ardor debajo del yeso.
- Aumenta excesivamente la hinchazón debajo del yeso.
- No puede mover los dedos de los pies o de las manos de la extremidad lesionada, o los dedos de los pies o de las manos se ponen azules o fríos.
- Si dice que siente el yeso demasiado apretado o demasiado flojo.
- Su piel tiene heridas abiertas o presenta cambios en el color de la piel alrededor del yeso. Podría adquirir un tono rojo, morado o marrón, según el color de su piel.
- Presenta fisuras, fontanelas o un olor desagradable en el yeso.
- Moja demasiado el yeso y no lo seca adecuadamente.
Cuidar del yeso de un niño no siempre es fácil. Recuérdale a tu hijo que si cuida el yeso se sentirá más cómodo durante el proceso de recuperación.
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June 11, 2025Original article: https://www.mayoclinic.org/es/healthy-lifestyle/childrens-health/in-depth/cast-care/art-20047159