Cirugía maxilar

Descripción general

La cirugía de mandíbula, también conocida como cirugía ortognática, corrige los huesos de la mandíbula que están torcidos, desiguales o presentan otras afecciones. La cirugía alinea la posición de los maxilares y los dientes para que trabajen mejor. Hacer estas correcciones también puede hacer que tu cara parezca más equilibrada.

La cirugía maxilar puede ser una opción correctiva si tienes una afección en la mandíbula que los frenos dentales por sí solos no pueden solucionar. Por lo general, también se colocan frenos dentales antes de la intervención y mientras te recuperas después de la cirugía, hasta que la cicatrización y la alineación se hayan completado. En colaboración con el ortodoncista, el cirujano de boca, mandíbula y cara, también conocido como cirujano maxilofacial, puede elaborar un plan de tratamiento.

Es preferible operar la mandíbula después de que haya dejado de crecer. Normalmente, suele ser de los 16 a los 18 años o más en el caso de las mujeres, y de los 18 a los 21 años o más en el caso de los hombres. Otros factores también pueden ayudar a determinar el mejor momento.

Por qué se realiza

La cirugía maxilar puede ayudar a:

• Facilitar la mordida y la masticación, y mejorar la masticación general
• Solucionar problemas para tragar o hablar.
• Evitar que los dientes se desgasten o se rompan.
• Solucionar problemas de encaje de la mordida o de cierre de la mandíbula, como cuando los molares se tocan pero los dientes frontales no. Esto se conoce como mordida abierta.
• Hacer que la cara se vea más equilibrada cuando hay un mentón pequeño, prognatismo mandibular, superposición vertical o mordida cruzada.
• Mejorar la capacidad de los labios para cerrarse completa y cómodamente.
• Aliviar el dolor causado por el trastorno de la articulación temporomandibular y otros problemas mandibulares.
• Arreglar lesiones faciales o anomalías congénitas de la cara y la mandíbula.
• Aliviar la apnea obstructiva del sueño.

Riesgos

La cirugía maxilar suele ser muy segura cuando la realiza un cirujano oral y maxilofacial con experiencia, quien a menudo planifica y trabaja con un ortodoncista.

Los riesgos para la cirugía pueden incluir:

• Pérdida de sangre.
• Infección.
• Lesión nerviosa.
• Fractura de mandíbula.
• Retroceso de la mandíbula a su posición original.
• Problemas de encaje de la mordida y dolor en la articulación mandibular.
• Necesidad de más cirugía.
• Necesidad de un procedimiento del canal radicular en determinados dientes.
• Pérdida de parte de la mandíbula.

Después de la cirugía, durante un tiempo puedes tener:

• Dolor e hinchazón.
• Problemas para comer. Tomar suplementos para nutrirse y hablar con un dietista puede ayudar en este sentido.

Cómo prepararse

El ortodoncista suele colocar los frenos dentales mucho antes de la intervención quirúrgica. Los frenos dentales suelen mantenerse de 12 a 18 meses para nivelar y alinear los dientes antes de la intervención quirúrgica. A veces es necesario llevar frenos dentales durante más tiempo para deshacer los movimientos dentales que se hicieron antes de que se detectara la necesidad de una intervención quirúrgica para corregir por completo los problemas de mandíbula y dientes.

En contadas ocasiones, la cirugía se realiza antes del tratamiento de ortodoncia. Cuando esto ocurre, se colocan frenos dentales justo antes de la cirugía, pero esto es poco frecuente.

El ortodoncista y el cirujano de boca y maxilofacial colaboran para elaborar el plan de tratamiento. Las radiografías, fotografías y modelos de los dientes forman parte de la planificación de los frenos dentales y la cirugía maxilar. A veces, debido a la diferencia en la forma en que encajan los dientes, es necesario remodelarlos o cubrirlos con coronas, o ambas cosas, para completar la corrección.

Las tomografías computarizadas tridimensionales, la planificación de tratamientos guiados por computadora y los dispositivos de sujeción de ortodoncia temporales ayudan con el movimiento de los dientes a fin de disminuir el tiempo de uso de frenos dentales. Si estos métodos funcionan bien, a veces no es necesaria la cirugía mandibular.

Para obtener los mejores resultados, el diseño quirúrgico virtual y la simulación pueden guiar al cirujano para ajustar y corregir la posición de la mandíbula antes de proceder a la cirugía en sí. Este proceso también puede ayudar a mostrar si será necesario realizar más trabajos, como frenos dentales, después de la cirugía para corregir otras diferencias de ajuste en los dientes.

La planificación quirúrgica virtual también se utiliza junto con la impresión 3D para proporcionar al cirujano guías de corte y placas de titanio que le ayuden a realizar cortes exactos en los huesos maxilares y a colocarlos de forma muy precisa durante la intervención quirúrgica.

Lo que puedes esperar

Antes del procedimiento

Los cirujanos de boca y maxilofaciales operan la mandíbula, normalmente con medicamentos que te hacen dormir durante la cirugía. La cirugía se realiza en un hospital. Es posible que tengas que permanecer en el hospital un par de días o que puedas irte el mismo día de la intervención quirúrgica. La duración de la hospitalización depende del tipo de cirugía y de su complejidad.

Durante el procedimiento

Por lo general, la cirugía puede realizarse dentro de la boca, por lo que no quedan cicatrices faciales en la barbilla, la mandíbula ni alrededor de la boca. En contadas ocasiones, puede que sea necesario realizar pequeños cortes fuera de la boca. Si es así, estos cortes se hacen donde es menos probable que se vean y suelen ser muy pequeños.

El cirujano realiza cortes en la mandíbula y la mueve en la posición correcta. Después de que el cirujano coloque la mandíbula en su sitio, pueden utilizarse pequeñas placas óseas, tornillos y alambres para fijar los huesos en sus nuevas posiciones. Suelen fijarse gomas elásticas a los frenos dentales. Los tornillos, que son más pequeños que un bracket utilizado para los frenos dentales, suelen combinarse con la estructura ósea con el paso del tiempo, pero algunos pueden retirarse más adelante.

A veces se añade hueso adicional a la mandíbula. Para ello, el cirujano transfiere hueso de la cadera, la pierna o la costilla y lo fija con placas y tornillos. A veces se puede tomar un injerto óseo disponible en el mercado, que no requiere tomar hueso de otra parte del cuerpo. En ocasiones, el cirujano remodela el hueso para conseguir un mejor ajuste.

La cirugía de mandíbula puede realizarse en el maxilar superior, el maxilar inferior, el mentón o en cualquier combinación de estas zonas.

Cirugía de hueso maxilar superior

Puede realizarse una cirugía en el hueso maxilar superior, conocida como osteotomía maxilar, para corregir:

• Un hueso maxilar superior que se hunde o sobresale demasiado.
• Mordida cruzada.
• Los dientes se muestran demasiado o muy poco.
• Mordida abierta.
• Un hueso maxilar superior estrecho y demasiado pequeño en comparación con el hueso maxilar inferior.
• Crecimiento facial reducido de la parte media de la cara, también conocido como hipoplasia mediofacial.

El cirujano corta el hueso por encima de los dientes para que todo el hueso maxilar superior, incluido el paladar y los dientes superiores, pueda moverse como una unidad. Para ello, desplaza la mandíbula y los dientes superiores hacia delante, hacia atrás, hacia arriba o hacia abajo hasta que encajen correctamente con los dientes inferiores. En algunos casos, el cirujano puede ensanchar un hueso maxilar superior estrecho durante esta cirugía haciendo cortes adicionales a través del paladar desde el lado de la nariz del maxilar superior.

La mordida abierta se produce cuando crece demasiado hueso por encima de los molares. Esto hace que lo que suele ser una superficie plana y uniforme se vuelva angular. Para corregir un crecimiento óseo excesivo, el cirujano rasura o extirpa el exceso de hueso.

Una vez que el cirujano alinea la mandíbula, las placas y los tornillos sujetan el hueso en su nueva posición.

Cirugía de hueso maxilar inferior

La cirugía del hueso maxilar inferior, denominada osteotomía mandibular, puede corregir un maxilar inferior que se hunde o sobresale demasiado. El cirujano efectúa cortes detrás de los molares y a lo largo de la mandíbula para que el frente de la mandíbula pueda moverse como una unidad. Luego, puede mover la mandíbula hacia delante o hacia atrás hasta su nueva posición. Las placas y los tornillos mantienen unido el hueso maxilar mientras se consolida.

Cirugía de mentón

Una cirugía de mentón, también conocida como genioplastia u osteotomía del borde inferior, puede corregir un mentón pequeño, también llamado mentón deficiente. A menudo puede aparecer un mentón pequeño junto con una mandíbula inferior que se hunde demasiado.

Por lo general, los cirujanos pueden cambiar la mandíbula y reestructurar el mentón durante la misma cirugía. El cirujano corta un trozo del hueso del mentón en la parte anterior de la mandíbula, lo desplaza hacia delante y lo fija en una nueva posición con placas y tornillos.

Después del procedimiento

Después de la cirugía, el profesional de atención médica te dará instrucciones. Estas instrucciones suelen incluir:

• Qué comer, como alimentos en forma líquida durante un tiempo seguido de una dieta blanda y fácil de masticar.
• Cómo mantener la boca limpia.
• No consumir tabaco.
• No hacer actividades ni levantamientos que requieran mucha energía o esfuerzo.
• Cómo tomar medicamentos para controlar el dolor.
• Cuándo volver al trabajo o al colegio, que suele ser de 1 a 3 semanas.

La recuperación inicial de la mandíbula después de la cirugía suele durar unas 6 semanas, pero la recuperación completa puede tardar llevar 12 semanas.

Tras la recuperación inicial de la mandíbula, aproximadamente a las 6 semanas, el ortodoncista puede empezar a alinear los dientes con frenos dentales. Todo el proceso de ortodoncia, como la cirugía y los frenos dentales, puede durar varios años. Una vez que el ortodoncista te quite los frenos dentales, es posible que te coloque un retenedor para mantener los dientes en su posición.

Resultados

Corregir la alineación de los maxilares y los dientes con cirugía maxilar puede:

• Hacer que la parte inferior de la cara se vea equilibrada.
• Hacer que los dientes trabajen mejor.
• Ofrecer beneficios para la salud al mejorar el sueño, la respiración, la masticación y la deglución.
• Mejorar el habla si tenías problemas debido a la mandíbula.

También es posible que estés más satisfecho con tu aspecto, lo que puede hacer que te sientas mejor contigo mismo.