La Dra. Jaroszewski estudió medicina para convertirse en cirujana torácica y se formó como cirujana general en Mayo Clinic, donde se integró al personal en el año 2006. "Desde entonces estoy aquí. Llegué hasta aquí por un camino muy largo y con desvíos, pero fue una de aquellas cosas muy importantes por las que hay que pasar. Cuando era más joven, no sabía lo que quería hacer y me llevó mucho tiempo darme cuenta. Pero cuando encontré mi camino, fue perfecto".
Una vez que se convirtió en cirujana torácica, nunca más miró atrás. Así lo cuenta: "Creé mi propia área de especialidad. Una de las ventajas de trabajar en un lugar como Mayo Clinic es que te provee los medios para especializarte en el área que quieras". Lo que la Dra. Jaroszewski hace mejor que nadie es tratar a adultos con tórax excavado, una deformidad congénita causada por el crecimiento anómalo del tejido conectivo que une las costillas con el esternón que hace que este se hunda dentro del pecho. Esta afección puede llevar a mucha falta de espacio y a una cavidad torácica hundida y cóncava.
"Son muchos los médicos que tratan el tórax excavado en niños, ya que cuando somos pequeños, tenemos más flexibilidad", explica. "Hay mucho cartílago en la pared torácica, por lo que se mueve con facilidad. Esa elasticidad permite colocar aparatos ortopédicos en la cavidad torácica para corregir la deformidad. Es parecido a cómo los frenos dentales mueven los dientes. A medida que crecemos, somos menos flexibles. A estos pacientes les dicen que ya no tienen edad para que sea posible mover sus huesos, y que no hay solución, o que se pueden sacar estos huesos para corregir el problema".
La elección entre un procedimiento muy doloroso y no hacer nada no significaba que había mucho donde elegir, según la Dra. Jaroszewski. "Descubrimos una manera mejor. Solo teníamos que cambiar la forma en que se hacía el procedimiento", explica. "Desarrollamos técnicas nuevas para manipular la cavidad torácica de tal manera que nos permitiera colocar los aparatos ortopédicos a los adultos y hacer el procedimiento mucho más razonable".
Se abrió un mundo de posibilidades para la Dra. Jaroszewski y sus pacientes. "De repente, hubo una cantidad de adultos en quienes se podía corregir el tórax; eran pacientes cuyas paredes torácicas estaban hundidas y presionaban el corazón y los pulmones. Esos pacientes me decían que se despertaban todos los días con un ataque de pánico porque sentían que no podían respirar. No podían subir un tramo de escaleras sin tener náuseas y la sensación de que iban a desmayarse".
"Descubrimos una manera mejor. Solo teníamos que cambiar la forma en que se hacía el procedimiento".
"Ahora ya no sienten eso", concluye. "Pueden respirar profundo por primera vez. Literalmente, les cambia la vida". Dado el poder transformador de esta cirugía, a la Dra. Jaroszewski le apasiona instruir a otros médicos para que aprendan el procedimiento. "La difusión de este método no ha sido tan rápida como esperaba. Lamentablemente, si el paciente consulta a su médico de atención primaria, pero el profesional desconoce la existencia de este procedimiento, posiblemente le diga que no hay nada que hacer y que debe vivir con ese problema".
"Desde hace décadas, intento instruir a los médicos porque aprendieron que este es un trastorno de tipo estético", explica. "Pero los informes de cardiología de Mayo Clinic muestran que no es así. Tenemos las ecocardiografías y los resultados cardiopulmonares. Publicamos esos datos y ahora nos queda hacer que la gente los lea. Nuestros pacientes con tórax excavado cuentan lo mucho que el procedimiento les ayuda. Es solo cuestión de hacer correr la voz y enseñarles las técnicas a otros cirujanos para que también puedan ayudar a los pacientes".
En definitiva, la Dra. Jaroszewski lo ve así: "¿Qué es importante para ti y qué te hace sentir importante? ¿Qué te hace conectar con otras personas? ¿Qué te da un propósito en la vida? Es diferente para cada persona. Para algunos, como yo, les lleva un largo tiempo averiguarlo. Es maravilloso ser cirujana torácica".
"Si alguien literalmente se asfixia, yo puedo solucionar ese problema en cuestión de horas", afirma con una gran sonrisa. "Lo mismo sucede con los pacientes que tienen cáncer. Haces la cirugía, extirpas el tumor y solucionas ese problema. ¿Quién más tiene la oportunidad de hacer algo así? Es un gran honor. Ayudar a otra persona es un privilegio".