¿Conoces los signos típicos del trabajo de parto? Comprende los cambios que atraviesa el cuerpo cuando te preparas para dar a luz.

Escrito por el personal de Mayo Clinic

En las películas, los bebés a menudo nacen de forma rápida e impresionante. Las madres se retuercen del dolor de una única contracción y, de repente, aparece el bebé. No obstante, en la realidad, el trabajo de parto generalmente lleva tiempo, y sus signos tempranos pueden ser sutiles. Esto es lo que necesitas saber sobre los signos frecuentes del trabajo de parto.

La parte inferior del útero se llama cuello del útero. Antes del trabajo de parto, el cuello del útero suele medir entre 3,5 y 4 centímetros. Cuando comienza el trabajo de parto, el cuello del útero empieza a ablandarse, acortarse y adelgazar (borrarse). Es posible que sientas contracciones leves e irregulares o que no sientas nada.

El borramiento suele expresarse en porcentajes. Cuando el borramiento es de 0%, el cuello del útero mide al menos 2 centímetros, o está muy grueso. El cuello del útero debe tener un borramiento del 100%, o estar completamente dilatado, antes de un parto vaginal.

Otro signo de trabajo de parto es que el cuello del útero comienza a abrirse (dilatarse). El proveedor de atención médica medirá la dilatación en centímetros desde cero (sin dilatación) hasta 10 (totalmente dilatado).

Al principio, estos cambios en el cuello del útero pueden ser muy lentos. Una vez que estés en trabajo de parto activo, es de esperar que la dilatación sea más rápida.

Durante el embarazo, un tapón grueso de mucosidad bloquea la apertura del cuello de útero para evitar que entren bacterias a este. Terminando el tercer trimestre, este tapón puede presionar hacia la vagina. Quizás notes un aumento de flujo vaginal trasparente, rosado o con un poco de sangre. Esto puede suceder varios días antes del comienzo del trabajo de parto o a su comienzo.

Sin embargo, si tienes sangrado vaginal en que es más intenso que un período menstrual común, comunícate de inmediato con tu proveedor de atención médica. Un sangrado vaginal intenso podría indicar un problema.

Podrías despertar una mañana y sentirte lleno de energía, con ganas de llenar el congelador con comidas preparadas, preparar la cuna y acomodar las prendas de tu bebé según el color. A esta necesidad urgente se la suele llamar instinto de anidación.

La anidación puede comenzar en cualquier momento del embarazo, pero para algunas mujeres es signo de que se acerca el trabajo de parto. Haz lo que debes, pero no te desgastes. Reserva tu energía para el momento arduo que te espera en el trabajo de parto.

Encajamiento es el término usado para describir cuando la cabeza del bebé se coloca en la pelvis. Esto podría causar un cambio de la forma del abdomen. Este cambio puede suceder en cualquier momento desde algunas semanas hasta pocas horas antes de que comience el trabajo de parto.

El saco amniótico es una membrana rellena de líquido que acolchona al bebé en el útero. Al principio o durante el trabajo de parto, esas membranas se rompen, lo que se conoce como ruptura de la fuente.

Cuando se produzca la ruptura de la fuente, es posible que sientas un goteo intermitente o constante de pequeñas cantidades de un líquido de la vagina, o bien un chorro más obvio de líquido. Si se produce la ruptura de la fuente, o si no estás segura de si el líquido es líquido amniótico, orina u otra cosa, llama a tu proveedor de atención médica o dirígete a tu centro de parto. Te evaluarán a ti y a tu bebé para determinar los siguientes pasos.

Una vez que el saco amniótico ya no está intacto, el tiempo se vuelve importante. Cuanto más tiempo tarde el trabajo de parto en comenzar después de que rompas la fuente, si ya no ha comenzado, mayor será el riesgo de que tú o tu bebé contraigan una infección. Tu proveedor de atención médica podría estimular las contracciones uterinas antes de que el trabajo de parto comience por sí solo (inducción del trabajo de parto).

Durante los últimos meses de embarazo, es posible que sientas contracciones ocasionales y a veces dolorosas; estas generan una sensación como si el útero se tensara y relajara. Se les llama contracciones Braxton-Hicks.

Para diferenciar las contracciones Braxton-Hicks de una contracción real, ten en cuenta las preguntas siguientes:

  • ¿Las contracciones son regulares? Toma el tiempo de tus contracciones entre el comienzo de una y el comienzo de otra. Busca detectar un patrón regular de contracciones que progresivamente sea cada vez más frecuente. Las contracciones de un trabajo de parto en curso por lo general se producen con un intervalo de 2 a 5 minutos. Las contracciones de un falso trabajo de parto seguirán siendo irregulares.
  • ¿Cuánto duran? Toma el tiempo de duración de cada contracción. Las contracciones reales duran entre 60 y 90 segundos.
  • ¿Las contracciones se detienen? Las contracciones reales continúan independientemente de tu nivel de actividad o posición. En un falso trabajo de parto, las contracciones podrían detenerse al caminar, reposar o cambiar de posición.
  • ¿Las contracciones se vuelven más intensas? Las contracciones reales se intensifican progresivamente. Las contracciones de un falso trabajo de parto generalmente son poco intensas, o pueden ser intensas al comienzo y luego debilitarse.

Recuerda que nadie sabe con certeza qué es lo que desencadena el trabajo de parto y que tu experiencia es única. A veces es difícil determinar cuándo comienza el trabajo de parto.

No dudes en llamar a tu proveedor de atención médica si no sabes si estás en trabajo de parto. El parto prematuro puede ser particularmente sigiloso. Si tienes algún signo de trabajo de parto antes de la semana 37 (sobre todo si también presentas manchado vaginal), consulta a tu proveedor de atención médica.

Si llegas al hospital con un falso trabajo de parto, no te sientas avergonzada ni frustrada. Considéralo como un simulacro.

Feb. 04, 2022