Diagnóstico

Es probable que el proveedor de atención médica comience con el historial médico y con un examen físico minucioso. Esas evaluaciones pueden bastar si la indigestión es leve y no presentas determinados síntomas, como pérdida de peso y vómitos repetidos.

Sin embargo, si la indigestión empezó de repente y tienes síntomas graves o eres mayor de 55 años, el proveedor de atención médica puede recomendar:

  • Pruebas de laboratorio, para saber si hay anemia u otros trastornos metabólicos.
  • Pruebas de aliento y de heces, para saber si hay Helicobacter pylori, la bacteria asociada a las úlceras pépticas, que puede causar indigestión.
  • Endoscopia, para saber si hay anomalías en el aparato digestivo superior, sobre todo en personas mayores con síntomas que no desaparecen. Puede tomarse una muestra de tejido, que se conoce como biopsia, para su análisis.
  • Estudios por imágenes (radiografías o tomografías computarizadas), para saber si hay obstrucción en los intestinos u otro problema.

Tratamiento

Los cambios en el estilo de vida pueden ayudar a aliviar la indigestión. Es posible que el proveedor de atención médica recomiende lo siguiente:

  • Evitar los alimentos que desencadenan la indigestión.
  • Comer cinco o seis comidas pequeñas al día en lugar de tres comidas grandes.
  • Reducir o eliminar el consumo de alcohol y cafeína.
  • Evitar ciertos analgésicos, como la aspirina, el ibuprofeno (Advil, Motrin IB, entre otros) y el naproxeno sódico (Aleve).
  • Encontrar alternativas a los medicamentos que desencadenan la indigestión.
  • Controlar el estrés y la ansiedad.

Si no desaparece la indigestión, los medicamentos pueden ayudar. Los antiácidos de venta sin receta suelen ser la primera opción. Otras opciones incluyen las siguientes:

  • Inhibidores de la bomba de protones, que pueden reducir la acidez estomacal. Se pueden recomendar inhibidores de la bomba de protones especialmente si experimentas acidez estomacal junto con indigestión.
  • Bloqueadores de los receptores H2, que también pueden reducir el ácido del estómago.
  • Procinéticos, que pueden ser útiles si tu estómago se vacía lentamente.
  • Antibióticos, que pueden ayudar si la bacteria H. pylori está causando la indigestión.
  • Antidepresivos o ansiolíticos, que pueden aliviar el malestar de la indigestión al disminuir la sensación de dolor.

Estilo de vida y remedios caseros

La indigestión leve a menudo puede aliviarse con cambios en el estilo de vida, entre ellos:

  • Ingerir comidas en porciones más pequeñas y frecuentes. Mastica la comida de manera lenta y completa.
  • No comer ciertos alimentos. Los alimentos grasos y picantes, los alimentos procesados, las bebidas carbonatadas, la cafeína, el alcohol y fumar pueden provocar indigestión.
  • Mantener un peso saludable. El peso excesivo presiona el abdomen, empuja el estómago hacia arriba y hace que el ácido regrese al esófago.
  • Hacer ejercicio de forma regular. El ejercicio ayuda a mantener el peso y mejora la digestión.
  • Controlar el estrés. Crea un ambiente tranquilo a la hora de comer. Practica técnicas de relajación, como la respiración profunda, la meditación o el yoga. Dedica tiempo a hacer cosas que disfrutas. Duerme lo suficiente.
  • Cambiar tus medicamentos. Con la aprobación de tu proveedor de atención médica, deja de tomar o reduce el consumo de analgésicos u otros medicamentos que puedan irritar la mucosa del estómago. Si eso no es posible, asegúrate de tomar estos medicamentos con alimentos.

Medicina alternativa

Los tratamientos alternativos y complementarios se han usado durante muchos años para aliviar la indigestión, aunque su eficacia varía de persona a persona. Estos son algunos de ellos:

  • Terapias a base de plantas medicinales, que incluyen la yerbabuena natural o una combinación de aceites de yerbabuena y alcaravea y la fórmula herbal japonesa rikkunshito.
  • STW 5 (Iberogast), un suplemento líquido que contiene extractos de nueve plantas medicinales, puede funcionar reduciendo la producción de ácido gástrico.
  • La acupuntura, que puede funcionar bloqueando las vías de los nervios que trasportan las sensaciones de dolor al cerebro.
  • El tratamiento psicológico, incluida la modificación de la conducta, las técnicas de relajación, la terapia cognitivo conductual y la hipnoterapia, suelen ser muy útiles.

Siempre consulta al proveedor de atención médica antes de tomar suplementos para asegurarte de que estás usando una dosis segura. Esto también es importante para asegurarse de que el suplemento no interactúe de manera adversa con otros medicamentos que estés tomando.

Preparación para la consulta

Probablemente, lo primero que hagas será consultar al proveedor principal de atención médica o es posible que te remitan a un gastroenterólogo, que es un proveedor de atención médica especializado en enfermedades digestivas. A continuación, incluimos información que te ayudará a prepararte para la cita médica y a saber qué puedes esperar.

Qué puedes hacer

  • Ten en cuenta cualquier restricción previa a la cita, como por ejemplo no comer alimentos sólidos el día antes.
  • Anota tus síntomas, detallando cuándo comenzaron y si han cambiado o empeorado con el tiempo.
  • Lleva una lista de todos tus medicamentos, vitaminas y suplementos.
  • Anota tu información médica importante, incluidas otras afecciones diagnosticadas.
  • Anota información personal importante, incluido cualquier cambio o situación estresante reciente en tu vida, y una descripción detallada de tu alimentación diaria habitual.
  • Anota las preguntas que quieras hacer durante la cita médica.

Algunas preguntas básicas son las siguientes:

  • ¿Cuál es la causa más probable de mis síntomas?
  • ¿Cree que la afección es temporal o que es crónica?
  • ¿Qué tipo de pruebas necesito hacerme?
  • ¿Qué tratamientos pueden ayudar?
  • ¿Necesito seguir alguna restricción en mi alimentación?
  • ¿Es posible que alguno de mis medicamentos esté provocando los síntomas?

Además de las preguntas que hayas preparado, no dudes en hacer otras que surjan durante la cita.

Qué esperar del médico

Prepárate para responder las preguntas que el proveedor de atención médica te puede hacer:

  • ¿Cuándo comenzaste a tener los síntomas y cuál es su intensidad?
  • ¿Los síntomas han sido continuos u ocasionales?
  • ¿Existe algo que parezca mejorar o empeorar los síntomas?
  • ¿Qué medicamentos o analgésicos tomas?
  • ¿Qué comes y bebes en un día normal? ¿Bebes alcohol habitualmente?
  • ¿Cómo te has sentido emocionalmente?
  • ¿Consumes tabaco? Si es así, ¿lo fumas, lo masticas o lo consumes de ambas formas?
  • ¿Tus síntomas mejoran o empeoran con el estómago vacío?
  • ¿Vomitaste sangre o algo de color negro?
  • ¿Tuviste cambios en tus hábitos intestinales, como heces de color negro?
  • ¿Bajaste de peso?
  • ¿Tuviste náuseas, vómitos o ambos?