Diagnóstico

Como primer paso para obtener un diagnóstico de enfermedad renal, tu médico analizará contigo tus antecedentes familiares y personales. Entre otros aspectos, tu médico puede preguntarte si tienes un diagnóstico de presión arterial alta, si tomas medicamentos que afecten la función renal, si notaste cambios en tus hábitos urinarios y si algún miembro de tu familia padece una enfermedad renal.

A continuación, tu médico te realizará un examen físico y buscará señales de problemas en el corazón o los vasos sanguíneos. Además, llevará a cabo un examen neurológico.

Para el diagnóstico de la enfermedad renal, es posible que también necesites algunos análisis y procedimientos para determinar la gravedad de la enfermedad renal (el estadio). Las pruebas podrían ser las siguientes:

  • Análisis de sangre. Los análisis de la función renal permiten conocer el nivel de desechos, como los niveles de creatinina y urea, en tu sangre.
  • Análisis de orina. El análisis de una muestra de orina puede revelar anomalías que indiquen una insuficiencia renal crónica y puede ayudar a identificar la causa de la enfermedad renal crónica.
  • Pruebas por imágenes. Tu médico puede hacer una ecografía para evaluar la estructura y el tamaño de tus riñones. En algunos casos, se pueden utilizar otras pruebas por imágenes.
  • Extracción de una muestra de tejido renal para análisis. El médico puede recomendar una biopsia renal, que consiste en extraer una muestra de tejido renal. Por lo general, la biopsia renal se realiza con anestesia local y con una aguja larga y delgada que se introduce en el riñón a través de tu piel. La muestra de la biopsia se envía al laboratorio para ayudar a determinar cuál es la causa de tu problema renal.

Tratamiento

Según la causa, es posible tratar algunos tipos de enfermedad renal. Sin embargo, muchas veces, la enfermedad renal crónica no tiene cura.

Por lo general, el tratamiento consiste en medidas para controlar las señales y los síntomas, reducir las complicaciones y retrasar el progreso de la enfermedad. Si tus riñones manifiestan daños graves, podrías necesitar un tratamiento para una enfermedad renal en etapa terminal.

Tratar la causa

Tu médico trabajará para retrasar o controlar la causa de la enfermedad renal. Las opciones de tratamiento varían según la causa. Sin embargo, el daño renal puede continuar empeorando incluso cuando se haya controlado una afección subyacente, como la diabetes mellitus o la presión arterial alta.

Tratamiento de las complicaciones

Las complicaciones de una enfermedad renal pueden controlarse para que te sientas más cómodo. Los tratamientos pueden incluir lo siguiente:

  • Medicamentos para la presión arterial alta. La presión arterial alta puede empeorar en pacientes con enfermedad renal. Es posible que el médico te recomiende medicamentos para reducir la presión arterial (por lo general, inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina [ECA] o antagonistas del receptor de la angiotensina II) y mantener la función renal.

    Al comienzo, los medicamentos para la presión arterial alta pueden disminuir la función renal y cambiar los niveles de los electrolitos, por lo que es posible que necesites análisis de sangre frecuentes para controlar tu afección. El médico también puede recomendarte un diurético y una alimentación baja en sal.

  • Medicamentos para aliviar la hinchazón. Las personas con enfermedad renal crónica suelen tener retención de líquidos. Esto puede ocasionar hinchazón en las piernas y presión arterial alta. Los medicamentos llamados diuréticos ayudan a mantener el equilibrio de los líquidos en el cuerpo.
  • Medicamentos para tratar la anemia. Los suplementos de la hormona eritropoyetina, a veces con hierro agregado, ayudan a producir más glóbulos rojos. Esto podría aliviar la fatiga y la debilidad asociadas a la anemia.
  • Medicamentos para reducir los niveles de colesterol. El médico puede recomendarte unos medicamentos conocidos como estatinas para disminuir el colesterol. Los pacientes con enfermedad renal crónica suelen tener niveles altos de colesterol malo, lo que aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas.
  • Medicamentos para proteger los huesos. Los suplementos de calcio y vitamina D pueden ayudar a prevenir la debilidad de los huesos y a reducir el riesgo de fracturas. También podrías tomar un medicamento, llamado quelante de fosfato, para disminuir la cantidad de fosfato en la sangre y proteger los vasos sanguíneos contra los daños que ocasionan los depósitos de calcio (calcificación).
  • Dieta baja en proteína para minimizar los desechos presentes en la sangre. A medida que el cuerpo procesa las proteínas de los alimentos, genera los desechos que los riñones deben filtrar de la sangre. Para reducir la cantidad de esfuerzo que deben hacer tus riñones, el médico puede recomendarte que consumas menos proteínas. Un dietista matriculado puede recomendarte maneras de disminuir el consumo de proteínas sin dejar de tener una alimentación saludable.

Es posible que el médico te recomiende pruebas de seguimiento periódicas para determinar si la enfermedad renal se mantiene estable o evoluciona.

Tratamiento de la enfermedad renal en etapa final

Si tus riñones no pueden eliminar los desechos y el líquido por sí mismos, y manifestaste una insuficiencia renal total o parcial, entonces padeces una enfermedad renal en etapa terminal. En este punto, necesitas diálisis o un trasplante de riñón.

  • Diálisis. La diálisis elimina los desechos y el exceso de líquido de la sangre artificialmente cuando los riñones ya no pueden hacerlo. En la hemodiálisis, una máquina filtra los desechos y el exceso de líquido de la sangre.

    En la diálisis peritoneal, un tubo delgado que se inserta en el abdomen llena la cavidad abdominal con una solución para diálisis que absorbe los desechos y el líquido excedente. Luego de un tiempo, la solución para diálisis sale del cuerpo y se lleva los desechos.

  • Trasplante de riñón. Un trasplante de riñón consiste en colocar un riñón sano de un donante en tu cuerpo mediante una cirugía. Los riñones trasplantados pueden ser de donantes vivos o fallecidos.

    Después de un trasplante, deberás tomar medicamentos durante el resto de tu vida para evitar que el cuerpo rechace el órgano nuevo. No es necesario recibir diálisis para necesitar un trasplante de riñón.

Para aquellos que no deseen someterse a una diálisis o un trasplante de riñón, la tercera opción es tratar la insuficiencia renal con métodos tradicionales. Los métodos tradicionales probablemente incluirán el control de los síntomas, la planificación anticipada de los cuidados médicos y los cuidados para que estés cómodo (cuidado paliativo).

Estilo de vida y remedios caseros

Como parte de tu tratamiento de la enfermedad renal crónica, tu médico puede recomendarte una dieta especial para aliviar el trabajo de tus riñones y ayudar al funcionamiento. Pide a tu médico que te derive a un dietista matriculado que pueda analizar tu dieta y sugerirte maneras de mejorar tu dieta para facilitar la función renal.

Dependiendo de tu situación, de la función renal y la salud en general, las recomendaciones dietéticas podrían incluir lo siguiente:

  • Evitar los productos con sal agregada. Reduce la cantidad de sodio que consumes cada día al evitar consumir productos con sal añadida, incluidas muchas comidas de preparación rápida, como las cenas congeladas, las sopas enlatadas y la comida rápida. Otros alimentos con sal agregada son los refrigerios salados, las verduras enlatadas y las carnes y los quesos procesados.
  • Elegir alimentos con bajo contenido de potasio. Los alimentos ricos en potasio son los plátanos, las naranjas, las papas, las espinacas y los tomates. Algunos ejemplos de alimentos con bajo contenido de potasio incluyen manzanas, repollo, zanahorias, habichuelas, uvas y fresas. Ten en cuenta que muchos sustitutos de la sal contienen potasio, por lo que, en general, debes evitarlos si tienes insuficiencia renal.
  • Limita la cantidad de proteínas que consumes diariamente. Tu dietista matriculado calculará la cantidad de gramos de proteína que necesitas cada día y te hará las recomendaciones en función de esa cantidad. Entre los alimentos con alto contenido de proteína se incluyen las carnes magras, los huevos, la leche, el queso y los frijoles. Los alimentos con bajo contenido proteico incluyen vegetales, frutas, panes y cereales.

Estrategias de afrontamiento y apoyo

Recibir el diagnóstico de una enfermedad renal crónica puede resultar angustiante. A fin de ayudarte a afrontar tus sentimientos, prueba lo siguiente:

  • Ponte en contacto con otras personas que tienen enfermedad renal, ya que entienden lo que sientes y pueden ofrecerte apoyo como nadie podrá. Pídele al médico que te brinde información sobre los grupos de apoyo de tu zona. También puedes comunicarte con organizaciones como la American Association of Kidney Patients (Asociación Americana de Pacientes Renales), la Fundación Nacional del Riñón (NKF, por sus siglas en inglés) o el American Kidney Fund (Fondo Estadounidense del Riñón) para conocer los grupos de tu área.
  • Siempre que sea posible, realiza tu rutina normal. Trata de seguir haciendo las actividades que disfrutas y continúa trabajando, si la afección te lo permite. Esto puede ayudarte a lidiar con los sentimientos de tristeza o pérdida que podrías tener.
  • Mantente activo la mayoría de los días de la semana. Con el consejo de tu médico, trata de hacer al menos 30 minutos de actividad física la mayoría de los días de la semana. Esto puede ayudarte a sobrellevar la fatiga y el estrés.
  • Habla con alguien en quien confíes. Quizás tengas algún amigo o familiar que sepa escuchar,o bien, puedes hablar con un líder espiritual o alguien más en quien confíes. Pídele al médico que te remita a un asesor o trabajador social.

Preparación para la consulta

Es probable que primero consultes con tu médico de atención primaria. Si los análisis de laboratorio revelan que tienes daño renal, es posible que te deriven a un médico que se especialice en problemas renales (nefrólogo).

Lo que puedes hacer

Para prepararte para la cita médica, pregunta si hay algo que debes hacer con anticipación, como limitar tu dieta. Luego, prepara una lista de lo siguiente:

  • Tus síntomas, incluidos los que no parezcan estar relacionados con tus riñones o tu función urinaria y cuándo comenzaron
  • Todos los medicamentos, vitaminas u otros suplementos que tomes, incluidas las dosis
  • Otras afecciones médicas que tengas y familiares con enfermedad renal
  • Preguntas para hacer acerca de tu afección

Si es posible, lleva a un familiar o a un amigo para que te ayuden a recordar la información que recibas, o bien, usa una grabadora durante tu visita.

En el caso de la enfermedad renal crónica, algunas preguntas básicas son las siguientes:

  • ¿Cuál es el nivel de daño a mis riñones?
  • ¿Está empeorando mi función renal?
  • ¿Tengo que hacerme más pruebas?
  • ¿Qué está causando mi afección?
  • ¿Se puede revertir el daño a mis riñones?
  • ¿Cuáles son mis opciones de tratamiento?
  • ¿Cuáles son los posibles efectos secundarios de cada tratamiento?
  • Tengo otras afecciones médicas. ¿Cómo puedo controlarlas de manera conjunta?
  • ¿Necesito seguir una dieta especial?
  • ¿Me puede remitir a un dietista que me pueda ayudar a planear mis comidas?
  • ¿Hay folletos u otro material impreso que pueda llevarme? ¿Qué sitios web me recomienda?
  • ¿Con qué frecuencia debo realizarme pruebas de la función renal?

Si se te ocurren otras preguntas no dudes en hacérselas al médico.

Qué puedes esperar de tu médico

Es probable que el médico te haga preguntas como las siguientes:

  • ¿Por cuánto tiempo has tenido síntomas?
  • ¿Te diagnosticaron presión arterial alta o recibiste tratamiento para esa enfermedad?
  • ¿Notaste cambios en tus hábitos para orinar?