Diagnóstico

Para diagnosticar la anemia, es probable que el proveedor de atención médica te pregunte acerca de tus antecedentes médicos y familiares, te haga un examen físico y solicite análisis de sangre. Las pruebas podrían incluir las siguientes:

  • Hemograma completo. El hemograma completo se usa para contar el número de células sanguíneas en una muestra de sangre. En el caso de la anemia, este análisis mide la cantidad de glóbulos rojos en la sangre, lo que se conoce como hematocrito, así como el nivel de hemoglobina en la sangre.

    Los valores típicos de hemoglobina en adultos son generalmente de 14 a 18 gramos por decilitro para los hombres y de 12 a 16 gramos por decilitro para las mujeres. Los valores típicos de hematocrito en adultos varían según las diferentes prácticas médicas, pero generalmente se encuentran entre el 40 % y el 52 % en el caso de los hombres, y entre el 35 % y el 47 % en el caso de las mujeres.

  • Una prueba que muestra el tamaño y la forma de los glóbulos rojos. Se analiza el tamaño, la forma y el color de los glóbulos rojos.

Otras pruebas de diagnóstico

Si te diagnostican anemia, tal vez necesites otras pruebas para determinar la causa. A veces puede ser necesario estudiar una muestra de la médula ósea para diagnosticar la anemia.

Tratamiento

El tratamiento de la anemia depende de la causa.

  • Anemia por deficiencia de hierro. El tratamiento para esta forma de anemia generalmente implica tomar suplementos de hierro y cambiar la alimentación.

    Si la causa de la deficiencia de hierro es la pérdida de sangre, es necesario encontrar el origen del sangrado y detenerlo. Esto podría implicar cirugía.

  • Anemias por deficiencia de vitaminas. El tratamiento para la deficiencia de ácido fólico y vitamina B 12 incluye suplementos dietéticos y el aumento de estos nutrientes en tu dieta.

    Las personas con problemas para absorber la vitamina B 12 de la sangre pueden necesitar inyecciones de vitamina B 12. Al principio, las inyecciones son cada dos días. Con el tiempo, las inyecciones serán solo una vez al mes, probablemente de por vida.

  • Anemia por enfermedad crónica. El tratamiento de este tipo de anemia se centra en la enfermedad que la causa. Si los síntomas se agravan, el tratamiento puede incluir recibir sangre, lo que se denomina una transfusión, o inyecciones de una hormona llamada eritropoyetina.
  • Anemias asociadas con la enfermedad de la médula ósea. El tratamiento de las distintas enfermedades puede incluir medicamentos, quimioterapia o recibir médula ósea de un donante, lo que se denomina un trasplante.
  • Anemia aplásica. El tratamiento para esta anemia puede incluir transfusiones de sangre para aumentar los niveles de glóbulos rojos. Si la médula ósea no puede fabricar células sanguíneas sanas, será necesario un trasplante de médula ósea.
  • Anemias hemolíticas. El tratamiento de anemias hemolíticas incluye dejar de tomar los medicamentos que puedan provocarlas y tratar las infecciones. Si el sistema inmunitario está atacando los glóbulos rojos, el tratamiento puede implicar tomar medicamentos que reduzcan la actividad del sistema inmunitario.
  • Anemia de células falciformes. El tratamiento puede incluir oxígeno, analgésicos e hidratación con líquidos administrados por vía intravenosa para reducir el dolor y prevenir complicaciones. También puede ser necesario recibir sangre, lo que se denomina una transfusión, y tomar suplementos de ácido fólico y antibióticos.

    Un medicamento para el cáncer llamado hidroxiurea (Droxia, Hydrea, Siklos) también se utiliza para tratar la anemia de células falciformes.

  • Talasemia. La mayoría de las formas de talasemia son leves y no requieren tratamiento. Las formas más graves de talasemia generalmente requieren transfusiones de sangre, suplementos de ácido fólico, medicamentos, un trasplante de células madre de médula ósea y sangre o, en casos excepcionales, la extirpación del bazo.

Preparación para la consulta

Pide una cita con tu proveedor principal de atención médica si tienes fatiga persistente u otros síntomas que te preocupen. Es posible que acabes consultando a un médico especializado en el tratamiento de trastornos de la sangre, llamado hematólogo; del corazón, llamado cardiólogo; o del aparato digestivo, llamado gastroenterólogo.

A continuación, encontrarás información que te ayudará a prepararte para la cita.

Qué puedes hacer

Antes de la cita, prepara una lista de lo siguiente:

  • Los síntomas y cuándo comenzaron.
  • Información personal clave, incluidas situaciones de estrés importantes, dispositivos médicos que tengas en el cuerpo, toxinas o sustancias químicas a las que hayas estado expuesto y cambios recientes en tu vida.
  • Todos los medicamentos, vitaminas y otros suplementos que tomes; anota también las dosis.
  • Preguntas para hacerle al proveedor de atención médica.

Para la anemia, las preguntas básicas que puedes plantear son las siguientes:

  • ¿Cuál es la causa más probable de mis síntomas?
  • ¿Existen otras causas posibles?
  • ¿Qué pruebas será necesario hacerme?
  • ¿Es probable que tenga anemia de corta duración o de larga duración?
  • ¿Qué tratamientos hay y cuál me recomienda?
  • ¿Qué efectos secundarios puedo esperar del tratamiento?
  • Tengo otras enfermedades. ¿Cuál es la mejor manera de controlar estas enfermedades de manera conjunta?
  • ¿Debo cambiar mi dieta?
  • ¿Hay algún folleto u otro material impreso que pueda llevarme? ¿Qué sitios web me recomienda?

Lo que puedes esperar del médico

Es probable que el proveedor de atención médica te haga algunas preguntas, como las siguientes:

  • ¿Los síntomas aparecen y desaparecen, o son constantes?
  • ¿Cuál es la gravedad de los síntomas?
  • ¿Hay algo que parezca mejorar los síntomas?
  • ¿Hay algo que haga empeorar los síntomas?
  • ¿Eres vegetariano?
  • ¿Cuántas porciones de fruta y verdura comes al día?
  • ¿Bebes alcohol? Si es así, ¿con qué frecuencia y cuántas bebidas tomas?
  • ¿Eres fumador?
  • ¿Donaste sangre más de una vez recientemente?