Por lo general, el dolor intenso después de la cirugía puede tratarse de manera satisfactoria. La anestesia y los analgésicos modernos pueden controlar el dolor después de una cirugía y colaborar con la curación de tu cuerpo.

Escrito por el personal de Mayo Clinic

Es natural que te preocupe el dolor después de una intervención quirúrgica, así como los riesgos asociados a los analgésicos potentes. El control del dolor y la reducción de los efectos secundarios son importantes para la comodidad, la recuperación y la rehabilitación posquirúrgicas.

El momento de hablar sobre el alivio del dolor posquirúrgico y los analgésicos es antes de la cirugía. Estar preparado puede ayudarte a controlar mejor el dolor.

Antes de la cirugía, es probable que hables con tu cirujano o con otros miembros de tu equipo de atención médica. Podrás hablar sobre el manejo del dolor, las opciones de tratamiento y tus necesidades particulares. Esta conversación puede incluir temas como:

  • Expectativas sobre el dolor. Pregúntale a tu médico sobre el dolor típicamente asociado con el procedimiento y sobre la duración probable de la recuperación.
  • Experiencias previas con el dolor. Habla con el médico sobre tu experiencia con el dolor y los diferentes métodos de control del dolor. Menciona lo que te funcionó y lo que no en el pasado.
  • Dolor crónico. Si tomas medicamentos para tratar el dolor crónico, enumera el uso diario típico de los medicamentos y tus niveles típicos de dolor. Tu médico analizará las opciones para tratar tanto el dolor crónico como el dolor posquirúrgico.
  • Lista de tus medicamentos. Incluye en tu lista todos los medicamentos con receta médica y los de venta libre. Incluye también cualquier suplemento o plantas medicinales que hayas tomado en el último mes. Tu médico necesita saber sobre cualquier cosa que pueda interactuar con los analgésicos posquirúrgicos. Es posible que necesites cambiar tus medicamentos antes y después de la cirugía.
  • Consumo de alcohol y de drogas ilícitas. Describe con precisión tu consumo actual de alcohol, de tabaco o de drogas ilícitas. Tu médico necesita saber si te estás recuperando de una adicción (o de un mal uso actual) al alcohol o a otras sustancias, lo que incluye los medicamentos de venta con prescripción, para poder planificar y hacer un seguimiento de tu control del dolor.
  • Antecedentes adicción a medicamentos o mal uso de estos. Si en proceso de recuperación o tienes antecedentes de abuso de sustancias, es importante que lo compartas con tu médico. Algunos medicamentos, como la naltrexona o la suboxona, que se usan para la adicción, tienen consecuencias importantes para tu cirugía.
  • Efectos secundarios. Pide información escrita sobre los medicamentos que se te recetarán y sus efectos secundarios. Pregunta qué puedes hacer para minimizar los efectos secundarios y cuándo obtener ayuda en caso de que estos sean graves.
  • Control adicional del dolor. Pregunta a tu médico sobre las intervenciones que pueden apoyar tu plan de tratamiento, como la consejería para tratar la ansiedad o la capacidad de afrontar una situación difícil.
  • Conversación sobre tus preocupaciones. Si tienes miedo de padecer efectos secundarios o una sobredosis de analgésicos, habla con tu médico. Pueden ayudarte a entender las estrategias para manejar tu dolor de manera segura.

El dolor posquirúrgico se suele controlar con varios medicamentos para reducirlo (analgésicos). El tipo, la administración y la dosis de medicamentos adecuados para ti dependen del tipo de cirugía, de la recuperación prevista y de tus necesidades.

Entre los analgésicos, pueden mencionarse los siguientes:

  • Los opioides, que son analgésicos potentes que disminuyen la percepción del dolor, pueden indicarse después de una cirugía. El fentanilo, la hidromorfona, la morfina, la oxicodona, la oximorfona y el tramadol son opioides que se administran por vía intravenosa. Entre los ejemplos de los opioides de venta con receta que se administran en pastillas después de una cirugía, pueden mencionarse la oxicodona (OxyContin, Roxicodone, etc.) y la oxicodona con acetaminofén (Percocet).
  • Los anestésicos locales, como la lidocaína y la bupivacaína, causan una pérdida de sensibilidad a corto plazo en una zona determinada del cuerpo.
  • Los antiinflamatorios no esteroides, como el ibuprofeno (Advil, Motrin IB, etc.), el naproxeno sódico (Aleve, Anaprox DS, etc.), el celecoxib (Celebrex) o el ketorolaco, disminuyen la actividad inflamatoria que empeora el dolor.
  • El acetaminofén (Tylenol, etc.) y la ketamina (Ketalar) son otros de los analgésicos no opioides.
  • Otros fármacos psicoactivos que pueden utilizarse para tratar el dolor posquirúrgico son el ansiolítico midazolam o los anticonvulsivos gabapentina (Gralise, Horizant, Neurontin) y pregabalina (Lyrica).

Si bien administrar opioides puede o no ser adecuado tras una cirugía, el cirujano probablemente te indique una combinación de tratamientos para controlar el dolor, disminuir los efectos secundarios, permitirte reanudar la actividad adecuada para que te recuperes y disminuir los riesgos asociados con este tipo de medicamento.

En general, los opioides son fundamentales para el control del dolor posquirúrgico debido a su potente efecto. Pero sus efectos secundarios pueden ser significativos e incluir náuseas, vómitos, estreñimiento, retención urinaria, somnolencia, deterioro de la capacidad de razonamiento y mala función respiratoria.

La sobredosis y el mal uso de los opioides también constituyen riesgos, en particular cuando los opioides se utilizan para tratar el dolor continuo (crónico). Aunque el uso de opioides después de la cirugía está previsto como una estrategia a corto plazo para aliviar el dolor mientras el cuerpo se recupera, el riesgo del mal uso sigue siendo motivo de preocupación.

Debido a los riesgos asociados a los opioides y a sus posibles efectos secundarios, estos medicamentos deben utilizarse con cuidado, si es que se utilizan. Los opioides deben utilizarse en la dosis más pequeña que sea eficaz durante el menor tiempo posible.

Tú y tu médico deben analizar las medidas que pueden tomar para reducir los riesgos asociados con el uso de opioides, incluido lo siguiente:

  • Tomar los medicamentos solo según las indicaciones, minimizando la dosis y la duración del uso de los opioides
  • Hablar con tu médico cuando el dolor no esté bajo control
  • No consumir alcohol mientras se toman opioides
  • Seguir las instrucciones de tu médico sobre otros medicamentos que no debes tomar mientras usas opioides
  • Almacenar los medicamentos de manera segura
  • Eliminar los medicamentos no utilizados, idealmente a través de un programa de devolución a farmacias
  • No compartir tus medicamentos con otras personas

El objetivo principal del control del dolor después de una cirugía mayor es que te despiertes relativamente cómodo y que sientas una transición ininterrumpida hacia el control del dolor, pero es común que sientas algunas molestias que deben preverse después de la cirugía.

  • Analgésicos intravenosos Antes de la cirugía, probablemente se te coloque un tubo plástico delgado (catéter) en una vena de la mano o el brazo para administrarte líquidos, sedantes, anestésicos, antibióticos o analgésicos. El catéter puede utilizarse para administrarte analgésicos hasta que puedas tomar pastillas por vía oral.

    Los analgésicos, como los opioides, suelen inyectarse en el catéter intravenoso en intervalos regulares. La mayoría de los hospitales también ofrecen analgesia controlada por el paciente, un sistema que te permite darte una dosis fija del medicamento al pulsar un botón. De esta manera no tienes que pedirle a un miembro del personal de enfermería cada dosis de analgésicos.

    El sistema de analgesia controlada por el paciente tiene incorporados mecanismos de protección para evitar una sobredosis de analgésicos. Si presionas el botón más de una vez dentro de un período determinado, el dispensador ignora el segundo pedido.

  • Infiltración de herida con anestesia Tu cirujano puede inyectarte un medicamento anestésico en el lugar de la herida durante el procedimiento o colocar un catéter para la administración de medicamentos posquirúrgicos. Este método de administración de anestesia local puede reducir el uso de opioides durante tu recuperación.
  • Anestesia raquídea Algunas cirugías pueden hacerse con anestesia raquídea, que consiste en inyectar medicamentos directamente en el líquido cefalorraquídeo.

    La anestesia raquídea es más fácil y rápida que la analgesia epidural, pero no dura tanto porque no hay un catéter que permita la administración de medicamentos adicionales. Aparte de la anestesia raquídea, el médico puede añadir un opioide de acción prolongada que puede aliviar el dolor postoperatorio hasta 24 horas.

  • Bloqueo nervioso. Un bloqueo nervioso usa un anestésico local para proporcionar alivio del dolor en una zona específica del cuerpo, como un brazo o una pierna. Evita que los mensajes de dolor viajen por la vía nerviosa hasta el cerebro. Los bloqueos nerviosos pueden usarse para procedimientos ambulatorios o para cirugías más complejas en pacientes internados.

    Para que el alivio del dolor dure varias horas, se usa una inyección para el bloqueo nervioso. Para un control del dolor más prolongado, se puede insertar un catéter para la administración continua de medicamentos o la administración controlada por el paciente.

  • Analgesia epidural En la analgesia epidural, los analgésicos se inyectan a través de un catéter que se inserta en el espacio epidural dentro del canal medular pero fuera del líquido cefalorraquídeo. A menudo se utiliza un catéter epidural para el trabajo de parto y el parto y, a veces, también antes de una operación, como una cesárea o una cirugía abdominal mayor.

    Si es necesario, el catéter epidural puede dejarse colocado durante varios días para controlar el dolor postoperatorio. Se puede administrar una infusión continua de analgésicos, que incluyen anestésicos locales u opioides, a través del catéter para controlar el dolor.

    La analgesia epidural controlada por el paciente, similar a la analgesia controlada por el paciente, te permite darte una dosis del analgésico al pulsar un botón. Asimismo, tiene mecanismos de seguridad incorporados para que no te administres demasiado medicamento.

Tu médico te dará instrucciones para los cuidados generales postoperatorios, como el descanso, las compresas de hielo, los ejercicios de rehabilitación y el cuidado de las heridas. Pide que te den instrucciones escritas para llevarte a tu casa.

En el caso de las cirugías menores, estas instrucciones pueden ser el medio principal para el control del dolor. Después de una cirugía mayor, te ayudarán a realizar una transición más cómoda para dejar los medicamentos.

Es probable que cambies a analgésicos orales antes de salir del hospital y que continúes tomándolos en casa para controlar el dolor. Probablemente tomarás una combinación de medicamentos en forma de píldoras, que pueden incluir lo siguiente:

  • Opioides
  • Paracetamol
  • Medicamentos antiinflamatorios no esteroideos, como el ibuprofeno y el naproxeno

Asegúrate de entender qué ingrediente activo tiene cada analgésico, cuál es la dosis apropiada y con qué frecuencia debes tomar tu medicamento. También pregúntale a tu médico sobre las posibles interacciones con los medicamentos de venta libre que estés tomando, como los medicamentos para el resfriado, u otros medicamentos o suplementos de venta con receta médica que tomes regularmente.

Después de la cirugía, trabaja con el equipo de atención médica para que tu recuperación sea lo más rápida y menos dolorosa posible. Deberás hablar con los médicos y con el personal de enfermería para que puedan evaluar y ajustar el plan de manejo del dolor.

  • Sé honesto sobre el dolor que sientes después de la cirugía. Diles a los médicos y al personal de enfermería cuánto te duele, dónde te duele y qué actividades o posiciones mejoran o empeoran el dolor. El equipo de atención médica querrá saber la intensidad del dolor en una escala de 0 a 10, donde 0 es ningún dolor y 10 es el peor dolor que puedas imaginar. Cuanto más específico puedas ser, mejor podrán ayudarte los médicos.
  • No ignores los efectos secundarios. Avísale al equipo de atención médica si tienes somnolencia, estreñimiento, náuseas o algún otro efecto secundario de los medicamentos. A veces, un analgésico o una dosis diferente pueden reducir los incómodos efectos secundarios, los cuales, a menudo, se pueden tratar para aliviarlos.
March 08, 2022