La violencia doméstica es una amenaza grave para muchas mujeres. Conoce los signos de una relación abusiva y cómo salir de una situación peligrosa.

Escrito por el personal de Mayo Clinic

Tu pareja pide perdón y afirma que el comportamiento dañino no se repetirá. Pero temes que sí lo hará. A veces, dudas si estás imaginando el abuso. Aun así, el dolor físico o emocional es real. Si estas afirmaciones te resultan familiares, es posible que estés en una relación en la que hay violencia doméstica.

La violencia doméstica ocurre entre personas que tienen o tuvieron una relación estrecha. La violencia doméstica también se conoce como violencia de pareja. Este tipo de violencia puede adoptar muchas formas, entre ellas, el abuso emocional, sexual y físico, el acecho y las amenazas de abuso.

Cualquiera puede vivir violencia doméstica. Pero, en general, está dirigida a las mujeres. La violencia doméstica puede ocurrir en relaciones heterosexuales u homosexuales.

En las relaciones abusivas, una persona tiene poder y control sobre la otra. El abusador usa tanto palabras como comportamientos amenazantes e hirientes para controlar a su pareja. Al principio de la relación, puede que la pareja abusiva parezca atenta, generosa y protectora. Pero, después, esa atención puede tornarse controladora y causar miedo. Aunque al principio el abuso podría ser algo infrecuente, con el tiempo, podría volverse más intenso y frecuente.

Podrías ser víctima de violencia doméstica si tu pareja tiene comportamientos como los siguientes:

  • Te insulta, te denigra o te desprecia.
  • Tiene actitudes celosas o posesivas.
  • Trata de controlar tus gastos o tu acceso al dinero.
  • Controla a dónde vas, qué haces en Internet o con quién hablas por teléfono.
  • No te permite ir al trabajo o a la escuela.
  • Te impide ver a familiares o amigos.
  • Te amenaza con que no te dejará ver a tus hijos.
  • Se enfada o te intimida cuando bebe alcohol o consume drogas.
  • Trata de controlar si puedes consultar a un profesional de atención médica.
  • Los amenaza a ti, a tus hijos o a tus mascotas con violencia o un arma.
  • Te da golpes, patadas, empujones o bofetadas, te estrangula o lastima de otras maneras a ti, a tus hijos o a tus mascotas.
  • Te obliga a tener relaciones sexuales o a participar en actos sexuales contra tu voluntad.
  • Controla tus métodos anticonceptivos o exige que quedes embarazada.
  • Te culpa por los problemas de la relación o su comportamiento violento, o te dice que te lo mereces.

Si eres gay, bisexual, transgénero o de género diverso, también podrías ser víctima de violencia doméstica si tu pareja hace lo siguiente:

  • Te amenaza con hablar con amigos, familiares, compañeros de trabajo o miembros de la comunidad sobre tu orientación sexual o identidad de género sin tu consentimiento
  • Te dice que terminar la relación es una forma de admitir que las relaciones homosexuales, bisexuales o transgénero están mal.
  • Justifica el abuso diciéndote que tu identidad de género u orientación sexual no es "real".
  • Te dice que la policía no ayudará a una persona gay, bisexual, transgénero o de género diverso.

Una pareja abusiva podría tener las siguientes características:

  • Un abusador amenaza con usar la violencia.
  • Un abusador lastima a su pareja. El daño puede ser emocional, sexual o físico.
  • Un abusador se disculpa y promete que cambiará. La disculpa puede incluir regalos o favores.
  • Se genera tensión en la pareja y el ciclo vuelve a repetirse.
  • Con el tiempo, los episodios de violencia pueden empeorar y producirse con más frecuencia.

Aunque estas son características comunes de la violencia doméstica, puede que tu situación sea distinta.

Las víctimas de violencia doméstica pueden intentar actuar verbal o físicamente contra el abusador. Esto puede incluir gritos, empujones o golpes durante los conflictos. Un abusador podría utilizar estas acciones para manipularte y afirmar que son la prueba de que tú eres la persona abusiva. Un abusador también podría minimizar o explicar sus propias acciones de una manera que te haga dudar sobre tus experiencias de abuso. Esto se conoce como "gaslighting" o luz de gas.

Muchas personas que se enfrentan a situaciones de violencia doméstica desarrollan comportamientos poco saludables. Por ejemplo, tratar de evitar o ignorar ciertas situaciones, pensamientos o sentimientos. Algunas personas pueden consumir demasiadas bebidas alcohólicas o drogas ilícitas. Otras podrían intentar dañarse a sí mismas con acciones como cortarse para tratar de lidiar con el estrés. Adoptar estos comportamientos no significa que seas culpable del abuso o que lo merezcas.

Si tienes problemas para identificar lo que sucede, toma distancia. Analiza los principales patrones de tu relación. Piensa si esos patrones parecen ser signos de una relación saludable o no. Luego, revisa los signos de violencia doméstica. En una relación abusiva, la persona que tiene estos comportamientos de manera rutinaria es el abusador. La persona que sufre las consecuencias de estos comportamientos es la víctima del abuso.

A veces, la violencia doméstica comienza o empeora durante el embarazo. La violencia doméstica pone en riesgo la salud de la persona embarazada y del bebé no nacido, también llamado feto. Y el peligro continúa después del nacimiento.

La violencia doméstica tiene un impacto en los niños. Esto es cierto independientemente de si les hacen daño físico a ellos o no. La violencia doméstica en casa hace que los niños sean más propensos a tener problemas emocionales, sociales y de desarrollo. Además, hay un riesgo más alto para enfermedades de salud mental, problemas en la escuela, comportamientos agresivos y baja autoestima.

Algunas personas creen que buscar ayuda podría poner en mayor peligro a sus hijos. O bien, que eso significaría separar a la familia. A algunos padres, madres y cuidadores les preocupa que las parejas abusivas intenten quitarles sus hijos. Sin embargo, obtener ayuda es la mejor manera de protegerte a ti y a tus hijos.

Cualquier persona que se sienta amenazada, vulnerable o asustada en una relación necesita ayuda. Además de causar daños físicos, la violencia doméstica puede derivar en muchos otros problemas, como depresión, ansiedad y trastorno por estrés postraumático. También puede aumentar el riesgo de abusar de las drogas o el alcohol.

Sin embargo, buscar ayuda no siempre es fácil. En algunas situaciones, puede ser más difícil pedir ayuda a otros.

  • Los inmigrantes que no tienen estado legal permanente podrían no pedir ayuda por miedo a que los deporten. Las barreras idiomáticas, la dependencia económica y la existencia de menos apoyo social podrían hacer que algunos inmigrantes no reciban la ayuda que necesitan.

    Las leyes de los Estados Unidos garantizan la protección contra el abuso doméstico, independientemente del estatus de inmigrante de la persona. Hay disponibles recursos gratuitos o de abajo costo. Estos incluyen abogados, alojamiento y atención médica. Algunas personas podrían ser elegibles para recibir las protecciones legales que permiten a los inmigrantes que sufren violencia doméstica permanecer en los Estados Unidos.

  • Las mujeres mayores podrían enfrentar desafíos relacionados con la edad y la duración de sus relaciones. Es posible que hayan crecido en una época en la que no se hablaba de la violencia doméstica. Los problemas de salud podrían aumentar la dependencia de las mujeres mayores en una pareja o su sentido de responsabilidad hacia esa persona.
  • Las personas lesbianas, gais, trans, bisexuales e intersexuales podrían tener menos probabilidades de pedir ayuda después de una agresión si no quieren que otras personas sepan sobre su orientación sexual o identidad de género. Algunas podrían tener miedo a la discriminación. A veces, las mujeres que son agredidas por otras mujeres no buscan ayuda porque piensan que no les van a creer.

Sin embargo, recuerda que, independientemente de la situación, si eres víctima de abuso, no tienes la culpa.

Hay ayuda disponible. Comienza por contárselo a alguien. Podría ser un familiar o un amigo cercano. También podría ser un miembro del equipo de atención médica, un defensor de una línea de ayuda contra la violencia doméstica u otra persona en quien confíes. La línea de ayuda nacional contra la violencia doméstica, 800-799-SAFE (800-799-7233), ofrece ayuda las 24 horas del día, los 7 días de la semana, en muchos idiomas

Al principio, puede ser difícil hablar del abuso. Sin embargo, probablemente sientas alivio y recibas el apoyo que tanto necesitas.

Si tu pareja te hace sentir vulnerabilidad, miedo o que estás en peligro, es importante elaborar un plan de seguridad. Este plan puede ser útil en caso de que decidas dejarla. También es buena idea tener un plan de seguridad si estás en peligro y necesitas huir rápido. Adopta las siguientes medidas:

  • Llama a un refugio para mujeres o a una línea de ayuda para la violencia doméstica a fin de pedir ayuda y asesoramiento. Los consejeros de la línea de ayuda pueden hablarte sobre recursos útiles para crear un plan de seguridad. Llama cuando tu pareja no esté. También puedes llamar desde la casa de un familiar o amigo, o desde un lugar seguro. Se recomienda que uses el teléfono de otra persona para mayor privacidad y seguridad.
  • Empaca un bolso de emergencia. Incluye los artículos que necesitarás si te vas, como ropa, un juego de llaves, un cargador de teléfono y un par de anteojos o lentes de contacto de repuesto. Guarda el bolso en un lugar seguro. Si es posible, guárdalo en un sitio que no sea tu casa.
  • Ten a mano papeles personales importantes, dinero y medicamentos de venta con receta médica. De esa forma, podrás llevártelos rápidamente.
  • Ten un teléfono lo más cerca que puedas. Deja números de emergencia y contactos clave en el teléfono para poder llamar rápido si necesitas ayuda.
  • Decide con anticipación a dónde irás si te vas y cómo llegarás allí.

Un abusador puede usar la tecnología para vigilar tu teléfono y comunicación en línea, y rastrear el lugar donde te encuentras. Si te preocupa tu seguridad, busca ayuda. Para mantener tu privacidad:

  • Usa los teléfonos con cuidado. Un abusador puede impedir que recibas llamadas o puede escuchar tus conversaciones. Un abusador podría usar el identificador de llamadas, revisar tu teléfono celular o buscar en los registros de facturación de tu teléfono para ver tu historial de llamadas y mensajes de texto. Presta atención a las nuevas aplicaciones que se agreguen a tu teléfono o a los teléfonos de tus hijos sin tu conocimiento. Se podrían utilizar para vigilarte o grabarte.
  • Usa las computadoras de tu casa con cuidado. Un abusador podría usar programas espía para revisar tus correos electrónicos y los sitios web que visitas. Cuando busques ayuda, usa otra computadora en un lugar seguro. Podría ser una computadora en el trabajo, en la biblioteca o en la casa de un amigo.
  • Ten en cuenta los dispositivos de localización de tu vehículo. Si tu vehículo tiene un GPS u otro dispositivo de localización, un abusador podría usarlo para encontrar tu ubicación.
  • Cambia con frecuencia la contraseña de tu correo electrónico. Elige contraseñas que tu pareja no pueda adivinar.
  • Borra el historial de visitas de la computadora. Sigue las instrucciones del navegador de tu computadora para borrar cualquier registro de sitios web o gráficos que hayas visto.

En caso de emergencia, llama al 911, al número de emergencia local o a la policía. Los siguientes recursos también pueden ayudar:

  • Alguien en quien confíes. Acude a un familiar, amigo cercano, vecino, compañero de trabajo o consejero religioso o espiritual para pedir apoyo.
  • Un profesional de atención médica. Los médicos, el personal de enfermería y otros miembros del equipo de atención médica pueden curar las lesiones. También pueden comunicarte con recursos locales para víctimas de violencia doméstica.
  • Línea de ayuda nacional contra la violencia doméstica: 800-799-SAFE (800-799-7233). Puedes llamar a la línea de ayuda en cualquier momento. Está disponible las 24 horas, los 7 días de la semana y los 365 días del año. La línea de ayuda ofrece herramientas y apoyo en muchos idiomas para las víctimas de violencia doméstica. Es gratuita y confidencial. La línea de ayuda está disponible mediante un dispositivo de telecomunicaciones para sordos (TDD, por sus siglas en inglés) si se llama al 800-787-3224.
  • Un refugio para mujeres o un centro de crisis locales. Los refugios y los centros de crisis, por lo general, brindan alojamiento de emergencia las 24 horas. Muchos también brindan asesoría legal y servicios de soporte.
  • Un centro de asesoramiento o de salud mental. En la mayoría de las comunidades, existen grupos de asesoramiento y apoyo para las personas en relaciones abusivas. Si necesitas ayuda para encontrar uno en tu área, pregunta a un profesional de atención médica, como un miembro del personal de enfermería, un trabajador social, un psicólogo, un psiquiatra o un médico de atención primaria.
  • Un tribunal local. Un tribunal puede ayudarte a conseguir una orden de protección o una orden de alejamiento. Esa orden significa que, si el abusador se comunica contigo o se acerca a ti, lo arrestarán. Es posible que haya disponible un defensor especializado en abuso doméstico que pueda orientarte respecto del proceso. Pide ayuda a un miembro del equipo de atención médica para encontrar un defensor en tu comunidad.

La violencia doméstica puede tener efectos devastadores. Aunque quizás no sea posible detener el comportamiento abusivo de tu pareja, puedes buscar ayuda. Recuerda que nadie merece recibir abuso.

May 06, 2025