Descripción general

Una lesión de la médula espinal implica un daño en cualquier parte de la médula espinal. También puede incluir un daño en los nervios del extremo de la médula espinal, lo que se conoce como cauda equina. La médula espinal envía y recibe señales que se intercambian entre el cerebro y el resto del cuerpo. A menudo, una lesión aquí provoca cambios permanentes en la fuerza, la sensación y otras funciones corporales debajo del lugar de la lesión.

Es probable que quienes hayan tenido una lesión de la médula espinal experimenten efectos secundarios mentales, emocionales y sociales.

Muchos científicos son optimistas y piensan que los avances en investigación permitirán, algún día, que sea posible reparar las lesiones de la médula espinal. En todo el mundo, hay estudios de investigación en curso. Mientras tanto, los tratamientos y la rehabilitación les permiten a las personas que padecen lesiones de la médula espinal llevar una vida productiva e independiente.

Síntomas

La capacidad de controlar tus brazos o piernas después de una lesión de la médula espinal depende de dos factores. Uno tiene que ver con la ubicación en la que ocurrió la lesión de la médula espinal. El otro tiene que ver con la gravedad de la lesión.

La parte más baja de la médula espinal que permanece intacta después de una lesión se conoce como el nivel neurológico de la lesión. La integridad de la lesión se refiere a la pérdida de sensibilidad (sensación). Se clasifica de la siguiente manera:

  • Completa. Si se pierde toda la sensibilidad y toda la capacidad para controlar el movimiento por debajo de la lesión de la médula espinal, la lesión se denomina completa.
  • Incompleta. Si hay un poco de sensibilidad y control del movimiento por debajo del área afectada, la lesión se denomina incompleta. Hay varios grados de lesión incompleta.

La pérdida de sensibilidad y control del movimiento se conoce como parálisis. La parálisis por una lesión de la médula espinal puede denominarse de las siguientes formas:

  • Tetraplejia, también conocida como cuadriplejia. Esto significa que los brazos, las manos, el tronco, las piernas y los órganos pélvicos están todos afectados por la lesión de la médula espinal.
  • Paraplejia. Esta parálisis afecta la totalidad o una parte del tronco, las piernas y los órganos pélvicos, pero no los brazos.

El equipo de atención médica llevará a cabo una serie de exámenes para determinar el nivel neurológico y la integridad de la lesión.

Las lesiones de la médula espinal pueden causar los siguientes síntomas:

  • Pérdida de movimiento
  • Perdida o alteración de la sensibilidad, incluido un cambio en la capacidad de sentir el calor, el frío y el tacto
  • Pérdida del control de los intestinos o de la vejiga
  • Actividades de reflejos exagerados o espasmos
  • Cambios en la función sexual, sensibilidad sexual y fertilidad
  • Dolor o una sensación intensa de pinchazos causada por el daño en las fibras nerviosas de la médula espinal
  • Dificultad para respirar, toser o eliminar las secreciones de los pulmones

Síntomas de emergencia

Los síntomas de una lesión de la médula espinal que constituyen una emergencia después de un accidente incluyen los siguientes:

  • Dolor intenso de espalda o presión en el cuello, la cabeza o la espalda
  • Debilidad, falta de coordinación o pérdida del control en cualquier parte del cuerpo
  • Entumecimiento, hormigueo o pérdida de sensibilidad en las manos, los pies y los dedos de las manos o los pies
  • Pérdida del control de la vejiga o de los intestinos
  • Dificultad para mantener el equilibrio y caminar
  • Dificultad para respirar luego de la lesión
  • Torcedura del cuello o la espalda

Cuándo consultar al médico

Toda persona que tenga una lesión en la cabeza o en el cuello necesita una evaluación médica de inmediato. Lo más seguro es asumir que la persona tiene una lesión la columna hasta que se compruebe lo contrario. Esto es importante por las siguientes razones:

  • Una lesión grave de la columna no siempre resulta evidente de inmediato. Si la columna sufre una lesión, pero se desconoce, pueden ocurrir daños más graves.
  • Un entumecimiento o una parálisis pueden presentarse de forma rápida, o bien aparecer progresivamente.
  • El tiempo transcurrido desde la lesión hasta el tratamiento puede ser crítico. Conocer el nivel de la lesión puede ayudar a determinar la posible recuperación.

Si sospechas que alguien tiene una lesión en la espalda o el cuello:

  • No muevas a la persona lesionada. Se podría producir una parálisis permanente y otras complicaciones graves.
  • Llama al 911 o a la atención médica de emergencia local.
  • Mantén a la persona inmóvil.
  • Coloca toallas pesadas a ambos lados del cuello o sujeta la cabeza y el cuello para evitar que se muevan hasta que llegue la ayuda del equipo de atención médica de emergencia.
  • Brinda los primeros auxilios básicos, como detener el sangrado y hacer que la persona se sienta cómoda, sin moverle la cabeza ni el cuello

Causas

Las lesiones de la médula espinal pueden deberse a un daño producido directamente en ella o en los huesos que la rodean, conocidos como vértebras. También pueden aparecer como resultado del daño a ligamentos o discos de la columna vertebral.

Un golpe traumático repentino en la espina dorsal puede generar una fractura, una dislocación, un aplastamiento o una compresión en una o más vértebras. La herida provocada por un disparo o un cuchillo que penetre la médula espinal y haga un corte también puede generar una lesión allí.

Por lo general, los daños adicionales aparecen después de días o semanas como resultado del sangrado, la hinchazón o el líquido que se acumula dentro y alrededor de la médula espinal después de una lesión.

Otras causas de las lesiones de la médula espinal no están relacionadas con un traumatismo. La artritis, el cáncer, la inflamación, las infecciones o la degeneración de los discos de la espina dorsal también pueden considerarse causas.

El cerebro y el sistema nervioso central

El sistema nervioso central comprende el cerebro y la médula espinal. La médula espinal está compuesta por tejido blando y rodeada de huesos llamados vértebras. Se extiende desde la base del cerebro y contiene células nerviosas y grupos de nervios llamados tractos. Estos llegan hasta distintas partes del cuerpo.

El extremo inferior de la médula espinal se detiene un poco por encima de la cintura en la región que se llama cono medular. Debajo de esta región hay un grupo de raíces nerviosas que se llaman cauda equina.

Los tractos de la médula espinal trasportan mensajes entre el cerebro y el resto del cuerpo. Los tractos motores trasportan señales desde el cerebro para controlar el movimiento muscular. Los tractos sensoriales trasportan señales de las partes del cuerpo al cerebro que se relacionan con el calor, el frío, la presión, el dolor y la posición de los brazos y las piernas.

Daño a las fibras nerviosas

El daño de la médula espinal, sea o no por un traumatismo, afecta las fibras nerviosas que atraviesan el área lesionada. Esto puede incapacitar, de forma parcial o total, los músculos y nervios por debajo del lugar de la lesión.

Una lesión en el pecho o en la parte baja de la espalda puede afectar el torso, las piernas, los intestinos, la vejiga y la función sexual. Una lesión en el cuello afecta las mismas zonas, además del movimiento de los brazos y, posiblemente, la capacidad de respirar.

Causas frecuentes de las lesiones de médula espinal

Estas son las causas más comunes de lesiones de la médula espinal en los Estados Unidos:

  • Accidentes automovilísticos. Los accidentes automovilísticos y en motocicletas son la causa principal de lesiones de la médula espinal. Representan casi la mitad de los casos anuales de nuevas lesiones de la médula espinal.
  • Caídas. Las caídas son la causa principal de las lesiones de la médula espinal después de los 65 años.
  • Actos de violencia. Alrededor del 12 % de las lesiones de la médula espinal son el resultado de encuentros violentos, generalmente por heridas de bala. Las heridas por arma blanca también son comunes.
  • Lesiones deportivas y recreativas. Las actividades atléticas, como los deportes de impacto y el buceo en aguas poco profundas, causan alrededor del 10 % de las lesiones de la médula espinal.
  • Enfermedades. El cáncer, la artritis, la osteoporosis y la inflamación de la médula espinal también pueden causar lesiones en la médula espinal.

Factores de riesgo

Generalmente, las lesiones de la médula espinal se producen como consecuencia de un accidente. Es algo que le puede pasar a cualquiera. Sin embargo, existen ciertos factores que incrementan el riesgo de sufrir una lesión así. Estos son algunos de los factores:

  • Ser hombre. Las lesiones de la médula espinal afectan principalmente a los hombres. De hecho, en Estados Unidos, las mujeres representan solo alrededor del 20 % de las lesiones traumáticas de la médula espinal.
  • Tener entre 16 y 30 años. Más de la mitad de las lesiones de la médula espinal suceden en este grupo etario.
  • Tener 65 años o más. Otro aumento súbito en las lesiones de la médula espinal ocurre a los 65 años. Las caídas causan la mayoría de las lesiones en los adultos mayores.
  • Consumo de alcohol. El consumo de alcohol está involucrado en alrededor del 25 % de las lesiones traumáticas de la médula espinal.
  • Tener conductas de riesgo. Los accidentes automovilísticos son la causa principal de lesiones de la médula espinal en las personas menores de 65 años. Otras conductas que podrían ponerte en riesgo son zambullirte en aguas poco profundas y hacer deportes sin el equipo de seguridad adecuado o sin tomar las precauciones necesarias.
  • Tener ciertas enfermedades. Si tienes una enfermedad que afecta los huesos o articulaciones, como la osteoporosis, una herida leve podría dañar la médula espinal.

Complicaciones

Una lesión de la médula espinal puede derivar en muchas complicaciones. El equipo de rehabilitación te ayuda a desarrollar herramientas para abordar estas complicaciones. También te recomienda equipamientos y recursos para promover tu calidad de vida e independencia. Estas son algunas de las áreas que suelen verse afectadas:

  • Control de la vejiga. Después de una lesión de la médula espinal, la vejiga sigue almacenando la orina de los riñones. No obstante, la lesión puede interferir en la recepción de los mensajes que el cerebro necesita para controlar la vejiga.

    Los cambios en el control de la vejiga aumentan el riesgo de contraer infecciones de las vías urinarias. También pueden causar infecciones en los riñones y cálculos tanto en los riñones como en la vejiga. Durante la rehabilitación, aprenderás distintas formas de ayudarte a vaciar la vejiga.

  • Control intestinal. Aunque el estómago y los intestinos funcionan de manera muy similar a como lo hacían antes de la lesión, el control de las evacuaciones suele verse afectado. Una alimentación rica en fibra puede ayudar a regular los intestinos. También puedes aprender distintas formas de controlar tu intestino.
  • Lesiones por presión. Por debajo del nivel neurológico de la lesión, es posible que hayas perdido parcial o completamente la sensación en la piel. Por lo tanto, la piel no podrá enviarle un mensaje al cerebro cuando se lesiona por ciertas razones, como la presión prolongada.

    Esto puede aumentar el riesgo de desarrollar úlceras por presión. Una forma de prevenir las úlceras puede ser cambiar de posición continuamente, con la ayuda de alguien si es necesario. El cuidado adecuado de la piel también puede ayudar a prevenir las úlceras.

  • Control circulatorio. Las personas con lesión de la médula espinal pueden tener baja la presión arterial al levantarse, lo que se conoce como hipotensión ortostática. Además, se les pueden hinchar los brazos y las piernas. Esto puede aumentar el riesgo de que se formen coágulos de sangre, como una trombosis venosa profunda o un émbolo pulmonar.

    Otro problema con el control circulatorio es un aumento de la presión arterial que potencialmente puede poner en riesgo la vida y se conoce como disreflexia autonómica. Tu equipo de rehabilitación te puede enseñar cómo tratar estos problemas si los padeces.

  • Sistema respiratorio. Si la lesión afecta a los músculos del estómago y del pecho, puede ser difícil respirar y toser.

    El nivel neurológico de la lesión determina qué tipo de problemas respiratorios puedes tener. Si la lesión afecta al cuello y al pecho, posiblemente tengas un mayor riesgo de contraer neumonía u otras afecciones pulmonares. Los medicamentos y la terapia pueden ayudar como tratamiento y prevención.

  • Densidad ósea. Una lesión de la médula espinal aumenta el riesgo de osteoporosis y fracturas por debajo del nivel de la lesión.
  • Tono muscular. Algunas personas con lesiones de la médula espinal experimentan rigidez o dificultad para mover los músculos, lo que se conoce como espasticidad. Otras personas, pueden tener músculos blandos y débiles debido a la pérdida del tono muscular, lo que se conoce como flacidez.
  • Condición física y bienestar. Perder peso y masa muscular es muy común poco después de una lesión de la médula espinal. La movilidad limitada puede derivar en un estilo de vida más sedentario, que conlleva el riesgo de aumentar de peso y desarrollar enfermedades cardiovasculares y diabetes.

    Un dietista puede ayudarte a llevar una alimentación nutritiva para mantener un peso saludable. Los fisioterapeutas y terapeutas ocupacionales pueden ayudarte a desarrollar un programa de ejercicios y acondicionamiento físico.

  • Salud sexual. Una lesión de la médula espinal puede llevar a cambios en la erección y la eyaculación, o bien en la lubricación. Los profesionales de la salud especializados en urología o fertilidad pueden ofrecer opciones para el funcionamiento sexual y la fertilidad.
  • Dolor. Algunas personas tienen dolor, como dolor muscular o articular, por el uso excesivo de determinados grupos musculares. La neuralgia puede ocurrir después de una lesión de la médula espinal, especialmente en una persona con una lesión incompleta.
  • Depresión. El dolor y los cambios que causa una lesión de la médula espinal pueden causar depresión en algunas personas.

Prevención

Si sigues estos consejos, podrías reducir el riesgo de una lesión de la médula espinal:

  • Conduce de manera segura. Los accidentes automovilísticos son una de las causas más frecuentes de lesiones en la médula espinal. Usa el cinturón de seguridad cada vez que estés en un vehículo en movimiento.

    Asegúrate de que tus hijos usen el cinturón de seguridad o usa un asiento de seguridad para niños que sea adecuado para su edad y peso. Para protegerlos de las lesiones de las bolsas de aire, los niños menores de 12 años deben viajar siempre en el asiento trasero.

  • Comprueba la profundidad del agua antes de zambullirte. No te tires de clavado en una piscina, a menos que tenga una profundidad de 9 pies (2,74 metros, aproximadamente) y que haya carteles que indiquen que está permitido y que es seguro hacerlo. Para los clavados de competición, se requiere una mayor profundidad. Tampoco te tires de clavado en una piscina sobre el nivel del suelo o en aguas que no sabes qué profundidades tienen.
  • Evita las caídas. Usa un taburete con una barra de agarre para alcanzar objetos en lugares altos. Añade pasamanos a las escaleras. Coloca alfombrillas antideslizantes en pisos de cerámica y en la bañera o ducha. Si tienes niños pequeños, usa puertas de seguridad para bloquear las escaleras y considera la posibilidad de instalar rejas en las ventanas.
  • Toma precauciones cuando practiques deportes. Usa siempre el equipo de seguridad recomendado. Cuando hagas deportes, evita los impactos en la cabeza. Por ejemplo, en el béisbol no te desplaces con la cabeza hacia delante. En el fútbol americano, no taclees con la parte superior del casco. Si vas a hacer movimientos nuevos en gimnasia, asegúrate de que te acompañe un observador.
  • Si vas a conducir, no bebas. No conduzcas si bebiste alcohol o estás bajo los efectos de drogas. No viajes con un conductor que haya estado bebiendo.