Diagnóstico

Si te preocupa tu poco deseo sexual, habla con tu ginecólogo o con otro miembro del equipo de atención médica. En algunas mujeres, el bajo deseo sexual es parte de una afección crónica que se conoce como trastorno del interés o de la excitación sexual. Este implica tener al menos tres de los siguientes síntomas, que causan tristeza y ansiedad:

  • No desear tener ningún tipo de actividad sexual ni masturbarte
  • Tener pocos pensamientos o fantasías sexuales, o ninguno
  • No querer dar el primer paso en un encuentro sexual con una pareja
  • Sentir menos placer, o nada de placer, durante la actividad sexual
  • Tener poco interés, o no tener interés, en estímulos sexuales o eróticos de una pareja
  • Tener pocas sensaciones físicas, o ninguna, durante la actividad sexual en la mayoría de los encuentros sexuales

No es necesario encajar dentro de esta definición para buscar ayuda. Un profesional de atención médica puede buscar los motivos por los que tu deseo sexual no es tan alto como te gustaría.

Durante la cita médica, el profesional de atención médica te hará preguntas sobre tus antecedentes médicos y sexuales. También es probable que haga lo siguiente:

  • Hacerte un examen pélvico. De este modo, comprueba si hay cambios físicos que a veces influyen en el bajo deseo sexual. Estos cambios pueden incluir determinadas enfermedades de la vulva, el debilitamiento de los tejidos vaginales, la sequedad vaginal o lugares que causan dolor.
  • Recomendarte análisis. Los análisis de sangre pueden comprobar los niveles de hormonas. También pueden detectar problemas de tiroides, diabetes, colesterol alto y trastornos en el hígado.
  • Remitirte a un especialista. Un consejero o terapeuta sexual puede ayudar a saber si hay factores emocionales y de la relación que pueden causar poco deseo sexual.

Tratamiento

La mayoría de las mujeres se benefician de un enfoque de tratamiento orientado a las diversas causas detrás de esta afección. Las recomendaciones pueden incluir educación sexual, asesoramiento y, a veces, medicación y terapia hormonal.

Educación y terapia sexual

Hablar con un terapeuta sexual o asesor capacitado en abordar temas sexuales puede ayudar con el bajo deseo sexual. La terapia suele incluir educación sobre técnicas y la respuesta sexual. Es probable que tu terapeuta o asesor te recomiende leer material o hacer ejercicios en pareja. El asesoramiento psicológico de pareja que aborda temas de relaciones también puede aumentar el deseo y los sentimientos de intimidad.

Medicamentos

El profesional de atención médica revisará todos los medicamentos que tomas. Esta revisión se realiza para verificar si alguno de los medicamentos que tomas suele causar efectos secundarios a nivel sexual. Por ejemplo, los antidepresivos inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, como la paroxetina (Paxil) y la fluoxetina (Prozac), pueden disminuir el deseo sexual.

Si el antidepresivo que tomas podría ser la causa de tu bajo deseo sexual, el profesional de atención médica puede recomendarte lo siguiente:

  • Esperar para ver si tu deseo sexual mejora
  • Disminuir la dosis o cantidad de medicamento que tomas
  • Hacer un descanso del antidepresivo
  • Cambiar el tratamiento para la depresión

Cambiar a un tipo diferente de antidepresivo puede hacer que haya menos efectos secundarios a nivel sexual. El profesional de atención médica puede recomendar medicamentos como los siguientes:

  • Mirtazapina (Remeron)
  • Vilazodona (Viibryd)
  • Bupropión (Forfivo XL, Wellbutrin XL, otros)
  • Vortioxetina (Trintellix)

Si tomas un inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina, el profesional de atención médica podría agregar bupropión a tu tratamiento.

Aparte de recomendarte consejería, el profesional de atención médica puede recetarte un medicamento para aumentar la libido. Las opciones para las mujeres que no han llegado a la menopausia incluyen las siguientes:

  • Flibanserina (Addyi). Es una pastilla que se toma una vez al día a la hora de acostarse. Los efectos secundarios incluyen presión arterial baja, somnolencia, mareos, malestar estomacal y fatiga. Tomar alcohol puede empeorar estos efectos secundarios. También puede empeorarlos tomar fluconazol (Diflucan), un medicamento común para tratar la candidiasis vaginal.
  • Bremelanotida (Vyleesi). Debes administrarte esta inyección debajo de la piel del abdomen o el muslo antes de tener actividad sexual. Algunas mujeres tienen malestar estomacal después de administrarse este medicamento. Este efecto secundario es más común después de la primera inyección, Pero suele mejorar con la segunda inyección. Otros efectos secundarios incluyen vómitos, rubor, dolor de cabeza y reacción de la piel en el lugar de la inyección.

En los Estados Unidos, estos medicamentos no están aprobados para su uso después de la menopausia.

Terapia hormonal

La sequedad o el estrechamiento de la vagina es uno de los síntomas distintivos del síndrome genitourinario de la menopausia. Esta afección podría hacer que las relaciones sexuales se vuelvan incómodas para ti y, a la vez, reducir tu deseo sexual. Ciertos medicamentos hormonales que tienen como objetivo aliviar los síntomas del síndrome genitourinario de la menopausia podrían ayudar a que las relaciones sexuales sean más cómodas. Y estar más cómoda durante las relaciones sexuales puede aumentar tu deseo.

Los medicamentos hormonales incluyen los siguientes:

  • Estrógeno. El estrógeno se comercializa en muchas formas, como pastillas, parches, atomizadores y geles. En las cremas vaginales y en un supositorio o anillo de liberación lenta hay cantidades menores de estrógeno. El profesional de atención médica puede ayudarte a comprender los riesgos y beneficios de cada una de estas formas. No es probable que el estrógeno vaginal usado en dosis pequeñas aumente el riesgo para cáncer de mama. Pero el estrógeno no mejorará el funcionamiento sexual relacionado con el trastorno del interés o de la excitación sexual.
  • Testosterona. Esta hormona tiene un papel clave en la función sexual femenina, aunque el nivel de testosterona sea mucho más bajo en las mujeres que en los hombres. En los Estados Unidos, la testosterona no está aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) para tratar afecciones sexuales en mujeres. Sin embargo, a veces se receta para ayudar a aumentar la libido baja. Después de la menopausia, para algunas mujeres puede ser útil la testosterona administrada en la sangre a través de la piel. Al principio, puede probarse este tratamiento por hasta seis meses. Si ayuda, puede continuarse con la vigilancia cercana de un profesional de atención médica. Usar testosterona en mujeres puede causar acné, aumento de vello corporal y cambios en el estado de ánimo y la personalidad.
  • Prasterona (Intrarosa). Este óvulo vaginal suministra la hormona dehidroepiandrosterona directamente a la vagina para ayudar a aliviar el dolor durante las relaciones sexuales. Este medicamento se emplea todas las noches para aliviar los síntomas de la sequedad vaginal moderada a grave vinculada al síndrome genitourinario en la menopausia.
  • Ospemifeno (Osphena). Si se la toma a diario, esta píldora puede ayudar a aliviar los síntomas sexuales dolorosos en mujeres con síndrome genitourinario de la menopausia de moderado a grave. Este medicamento no está aprobado para su uso en mujeres que tuvieron cáncer de mama o que tienen un alto riesgo para cáncer de mama.

Estilo de vida y remedios caseros

Los cambios saludables en el estilo de vida pueden hacer una gran diferencia en tu deseo de tener relaciones sexuales:

  • Ejercicio. Hacer ejercicio aeróbico y de fortalecimiento muscular de forma regular es bueno para ti a nivel general. Pero también puede mejorar tu imagen corporal y estado de ánimo, y aumentar tu energía y tu libido.
  • Reduce el estrés. Encontrar formas de lidiar con el estrés relacionado con el trabajo, el dinero y los problemas cotidianos puede mejorar tu deseo sexual. Por ejemplo, podrías intentar llevar un diario o hacer meditación.
  • Habla con tu pareja. Las parejas que aprenden a conversar de manera abierta y honesta suelen mantener una conexión emocional más sólida, lo que puede derivar en relaciones sexuales más satisfactorias. Hablar sobre las relaciones sexuales es importante. Compartir lo que te gusta o lo que no te gusta puede ayudar a tener más intimidad.
  • Reserva tiempo para la intimidad. Programa tener relaciones sexuales en tu calendario. Puede parecer forzado y aburrido, pero hacer un esfuerzo adicional para tener intimidad puede ayudar a que vuelvas a tener deseo sexual.
  • Enciende tu vida sexual. Prueba distintas posiciones sexuales o tener relaciones sexuales en diferentes lugares o momentos del día. Pídele a tu pareja que prolongue el juego previo. Si tú y tu pareja están abiertos a nuevas ideas, los juguetes y las fantasías sexuales pueden ayudarlos a reavivar el deseo sexual.
  • Prueba usar lubricantes y humectantes vaginales. Si tienes síndrome genitourinario de la menopausia, estos productos pueden aliviar ciertos síntomas, como la sequedad vaginal. Si se usan regularmente, podrían funcionar tan bien como la terapia con estrógenos.
  • Sé consciente de tus hábitos. Fumar, consumir drogas ilegales y beber demasiado alcohol puede disminuir tu deseo sexual. Abandonar estos hábitos puede ayudar a mejorar no solo tu deseo sexual, sino también tu salud en general.

Medicina alternativa

A algunas personas puede resultarles difícil hablar sobre el bajo deseo sexual con un profesional de atención médica. Por este motivo, algunas personas deciden probar suplementos a base de hierbas que pueden comprar sin una receta médica. Sin embargo, estos productos no están regulados y, con frecuencia, no han sido estudiados en profundidad. Los suplementos a base de hierbas pueden tener efectos secundarios o modificar la manera en que actúan otros medicamentos. Habla siempre con un profesional de atención médica antes de tomarlos.

Avlimil es una mezcla de suplementos a base de hierbas. Este producto tiene efectos similares a los del estrógeno en el organismo y si bien puede aumentar el deseo sexual, también puede impulsar la aparición de ciertos tipos de cáncer de mama.

Otro producto es Zestra, un aceite para masajes a base de plantas. Se aplica en el clítoris, en los labios vulvares y en la vagina. En un estudio pequeño, se demostró que Zestra aumentaba más la excitación y el placer que el aceite placebo. Sin embargo, algunos participantes del estudio reportaron ardor leve en la zona genital.

Estrategias de afrontamiento y apoyo

El bajo deseo sexual puede ser un problema para ti y tu pareja. Es natural sentirse triste o frustrado si no puedes ser tan sensual y romántico como quisieras o solías ser.

Al mismo tiempo, el bajo deseo sexual puede hacer que tu pareja sienta rechazo, lo que puede derivar en conflictos y peleas. Además, este tipo de estrés en la relación puede disminuir incluso más el deseo de tener relaciones sexuales.

Quizás ayude recordar que es normal tener cambios en el deseo sexual; son parte de cada relación y cada etapa de la vida. Intenta no centrar toda tu atención en las relaciones sexuales. En cambio, dedica tiempo a cuidar tu relación y a ti mismo.

Haz una larga caminata. Duerme un poco más. Despídete de tu pareja con un beso antes de irte. Organiza una cita en tu restaurante favorito. Sentirte bien contigo mismo y con tu pareja puede ser el mejor juego previo.

Preparación para la consulta

Por lo general, los profesionales de atención médica y los ginecólogos preguntan sobre las relaciones sexuales y sobre la intimidad como parte de una visita médica de rutina. Aprovecha esta oportunidad para hablar sobre tus preocupaciones sexuales.

Si el profesional de atención médica no menciona el tema, puedes hacerlo tú. Quizás te avergüence hablar sobre relaciones sexuales con el profesional de atención médica. Sin embargo, está muy bien que hables de eso. De hecho, tu satisfacción sexual es una parte esencial de tu salud y bienestar general.

Qué puedes hacer

Para prepararte para esta conversación con el profesional de atención médica, te recomendamos lo siguiente:

  • Anota cualquier problema sexual que tengas. Incluye cuándo y con qué frecuencia tienes estos problemas.
  • Haz una lista de tu información médica más importante. Incluye otras afecciones por las que te estén tratando. También anota los nombres de todos los medicamentos, las vitaminas o los suplementos que tomas.
  • Piensa preguntas para hacerle al profesional de atención médica y anótalas. Trae un anotador y un bolígrafo o un dispositivo en el que puedas escribir. De esa manera, puedes escribir información cuando el profesional de atención médica responda tus preguntas.

Estas son algunas preguntas básicas que puedes hacerle al profesional de atención médica:

  • ¿Cuál puede ser la causa de mi problema?
  • ¿Volverá mi nivel de deseo a ser, en algún momento, como era antes?
  • ¿Qué cambios puedo hacer en mi estilo de vida para mejorar esta situación?
  • ¿Qué tratamientos hay?
  • ¿Qué libros u otro material de lectura puede recomendarme?

Preguntas que el médico te puede hacer

El profesional de atención médica te hará preguntas sobre tus síntomas y revisará tus niveles hormonales. Las preguntas del profesional de atención médica pueden ser las siguientes:

  • ¿Ha cambiado tu interés en las relaciones sexuales? ¿Tienes problemas para excitarte?
  • ¿Tienes sequedad vaginal, problemas para tener un orgasmo o dolor durante las relaciones sexuales?
  • ¿Cuánta aflicción te causan tus preocupaciones sexuales?
  • ¿Cuánto tiempo hace que sientes falta de deseo u otros síntomas?
  • ¿Tienes períodos menstruales todavía?
  • ¿Has recibido alguna vez tratamiento contra el cáncer?
  • ¿Te han hecho alguna cirugía en los genitales o en el sistema reproductor?