Diagnóstico

El VIH puede diagnosticarse a través de análisis de sangre o saliva. Entre las pruebas disponibles se incluyen:

  • Pruebas de antígenos y anticuerpos. Estas pruebas suelen implicar la extracción de sangre de una vena. Los antígenos son sustancias del propio virus del VIH y suelen detectarse, o dar positivo, en la sangre a las pocas semanas de la exposición al VIH.

    El sistema inmunitario produce anticuerpos cuando se expone al VIH. Los anticuerpos pueden tardar semanas o meses en ser detectables. Las pruebas que buscan detectar tanto antígenos como anticuerpos pueden tardar de 2 a 6 semanas en dar positivo después de la exposición.

  • Análisis de anticuerpos. Estas pruebas buscan anticuerpos contra el VIH en la sangre o la saliva. La mayoría de las pruebas rápidas de VIH, incluidas las pruebas que se realiza la persona en casa, son pruebas de anticuerpos. Las pruebas de anticuerpos pueden tardar de 3 a 12 semanas en dar positivo después de la exposición.
  • Pruebas de ácido nucleico. Estas pruebas buscan el virus que realmente está presente en la sangre (carga viral). También consisten en la extracción de sangre de una vena. Si estuviste expuesto al VIH en las últimas semanas, es posible que el proveedor de atención médica te recomiende una prueba de ácido nucleico. La prueba de ácido nucleico será la primera prueba en dar positivo después de la exposición al VIH.

Habla con el proveedor de atención médica sobre cuál es la prueba de VIH adecuada para ti. Si alguna de estas pruebas es negativa, es posible que aún necesites una prueba de seguimiento semanas o meses después para confirmar los resultados.

Pruebas para determinar la etapa de la enfermedad y el tratamiento

Si te diagnosticaron VIH, es importante encontrar un especialista capacitado en el diagnóstico y tratamiento del VIH para que te ayude con lo siguiente:

  • Determinar si necesitas pruebas adicionales
  • Determinar qué terapia antirretroviral del VIH será mejor para ti
  • Supervisar tu progreso y trabajar contigo para controlar tu salud

Si recibes un diagnóstico de VIH o SIDA, hay varias pruebas que pueden ayudar a que el proveedor de atención médica determine la etapa de tu enfermedad y el mejor tratamiento, incluidas las siguientes:

  • Recuento de linfocitos T CD4. Los linfocitos T CD4 son glóbulos blancos que el VIH ataca y destruye específicamente. Aunque no tengas síntomas, la infección por VIH avanza hasta convertirse en SIDA cuando el recuento de linfocitos T CD4 desciende por debajo de 200.
  • Carga viral (ARN del VIH). Esta prueba mide la cantidad de virus en la sangre. Después de comenzar el tratamiento para el VIH, el objetivo es tener una carga viral indetectable. Esto reduce significativamente las posibilidades de infecciones oportunistas y otras complicaciones relacionadas con el VIH.
  • Resistencia a los medicamentos. Algunas cepas del VIH son resistentes a los medicamentos. Esta prueba ayuda a que el proveedor de atención médica determine si tu tipo específico de virus tiene resistencia y guía las decisiones de tratamiento.

Pruebas para el diagnóstico de complicaciones

El proveedor de atención médica también podría pedir análisis de laboratorio para detectar otras infecciones o complicaciones, como las siguientes:

  • Tuberculosis
  • Infección por el virus de la hepatitis B o la hepatitis C
  • Infecciones de trasmisión sexual
  • Daño en el hígado o en los riñones
  • Infección de las vías urinarias
  • Cáncer anal y de cuello uterino
  • Citomegalovirus
  • Toxoplasmosis

Tratamiento

Actualmente, no existe una cura para el VIH ni el SIDA. Una vez que tienes la infección, tu cuerpo no puede deshacerse de ella. Sin embargo, hay muchos medicamentos que pueden controlar el VIH y evitar complicaciones. Estos medicamentos se denominan terapia antirretroviral. Todas las personas a quienes se les diagnostica el VIH deben comenzar con la terapia antirretroviral, independientemente de la etapa de la infección o de las complicaciones.

La terapia antirretroviral suele ser una combinación de dos o más medicamentos de varias clases de fármacos diferentes. Este enfoque es el que más posibilidades tiene de reducir la cantidad de VIH en la sangre. Hay muchas opciones de terapia antirretroviral que combinan varios medicamentos para el VIH en un solo comprimido, que se toma una vez al día.

Cada clase de fármaco bloquea el virus de una manera diferente. El tratamiento consiste en combinaciones de fármacos de diferentes clases para:

  • Tener en cuenta la resistencia individual a los fármacos (genotipo viral)
  • Evitar la creación de nuevas cepas de VIH resistentes a los fármacos
  • Maximizar la supresión del virus en la sangre

Normalmente se utilizan dos fármacos de una clase, más un tercer fármaco de una segunda clase.

Las clases de fármacos contra el VIH incluyen:

  • Los inhibidores de la transcriptasa reversa no nucleosídicos bloquean una proteína que el VIH necesita para replicarse.

    Entre los ejemplos, se incluyen el efavirenz (Sustiva), la rilpivirina (Edurant) y la doravirina (Pifeltro).

  • Los inhibidores de la transcriptasa reversa nucleosídicos o nucleotídicos son versiones defectuosas de los componentes básicos que el VIH necesita para replicarse.

    Entre los ejemplos, se incluyen el abacavir (Ziagen), el tenofovir disoproxil fumarato (Viread), la emtricitabina (Emtriva), la lamivudina (Epivir) y la zidovudina (Retrovir).

    También se dispone de fármacos combinados, como emtricitabina/tenofovir disoproxil fumarato (Truvada) y emtricitabina/tenofovir alafenamida fumarato (Descovy).

  • Los inhibidores de la proteasa inactivan la proteasa del VIH, otra proteína que el VIH necesita para replicarse.

    Entre los ejemplos, se incluyen el atazanavir (Reyataz), el darunavir (Prezista) y el lopinavir/ritonavir (Kaletra).

  • Los inhibidores de la integrasa funcionan mediante la inhibición de una proteína que se llama integrasa que el VIH utiliza para insertar su material genético en los linfocitos T CD4.

    Entre los ejemplos, se incluyen el bictegravir sódico/emtricitabina/tenofovir alafenamida fumarato (Biktarvy), el raltegravir (Isentress), el dolutegravir (Tivicay) y el cabotegravir (Vocabria).

  • Los inhibidores de entrada o de fusión bloquean la entrada del VIH en los linfocitos T CD4.

    Algunos ejemplos son la enfuvirtida (Fuzeon) y el maraviroc (Selzentry).

Comenzar y mantener el tratamiento

A todas las personas con infección por VIH, independientemente del recuento de linfocitos T CD4 o de los síntomas, se les debe ofrecer medicamentos antivirales.

Mantener una terapia antirretroviral eficaz con una carga viral de VIH indetectable en sangre es la mejor manera de mantenerse sano.

Para que la terapia antirretroviral sea eficaz, es importante que tomes los medicamentos tal y como te los recetan, sin omitir ni saltarte ninguna dosis. Seguir con la terapia antirretroviral con una carga viral indetectable ayuda a lo siguiente:

  • Mantener tu sistema inmunitario fuerte
  • Reducir las posibilidades de contraer una infección
  • Reducir las posibilidades de desarrollar un VIH resistente al tratamiento
  • Reducir las posibilidades de trasmitir el VIH a otras personas

Seguir con la terapia contra el VIH puede ser un desafío. Es importante que hables con tu proveedor de atención médica sobre los posibles efectos secundarios, la dificultad para tomar los medicamentos y cualquier problema de salud mental o de abuso de sustancias que puedan dificultar mantener la terapia antirretroviral.

También es importante tener citas de seguimiento regulares con el proveedor de atención médica para controlar tu salud y la respuesta al tratamiento. Informa inmediatamente a tu proveedor de atención médica si tienes problemas con la terapia contra el VIH para que puedan trabajar juntos y encontrar formas de abordar esos desafíos.

Efectos secundarios del tratamiento

Los efectos secundarios del tratamiento pueden incluir:

  • Náuseas, vómitos o diarrea
  • Cardiopatía
  • Daños en el riñón y el hígado
  • Disminución de la masa ósea o debilitamiento óseo
  • Niveles anormales de colesterol
  • Mayor nivel de glucosa sanguínea
  • Problemas cognitivos y emocionales, así como problemas de sueño

Tratamiento para enfermedades relacionadas con la edad

Es posible que algunos problemas de salud que son una parte natural del envejecimiento sean más difíciles de tratar si tienes el VIH. Es posible que algunos medicamentos que son comunes para las afecciones cardíacas, óseas o metabólicas relacionadas con la edad, por ejemplo, no interactúen bien con los medicamentos contra el VIH. Es importante que hables con el proveedor de atención médica sobre tus otras afecciones médicas y los medicamentos que estés tomando.

Si otro proveedor de atención médica ha empezado a administrarte medicamentos, es importante que le informes acerca de tu tratamiento para el VIH. Esto permitirá que el proveedor de atención médica se asegure de que no haya interacciones entre los medicamentos.

Respuesta al tratamiento

Tu proveedor de atención médica controlará tu carga viral y tus conteos de linfocitos T CD4 para determinar tu respuesta al tratamiento contra el VIH. Estos se revisarán inicialmente a las 4 y 6 semanas, y luego cada 3 o 6 meses.

El tratamiento debería reducir tu carga viral para que sea indetectable en la sangre. Esto no significa que el VIH ya no está presente. Aunque no se encuentre en la sangre, el VIH sigue estando presente en otros lugares del cuerpo, como en los ganglios linfáticos y los órganos internos.

Estudios clínicos

Explora los estudios de Mayo Clinic que ensayan nuevos tratamientos, intervenciones y pruebas para prevenir, detectar, tratar o controlar esta afección.

Estilo de vida y remedios caseros

Además de recibir tratamiento médico, es esencial participar activamente en tu propio cuidado. Las siguientes recomendaciones pueden ayudarte a permanecer saludable durante más tiempo:

  • Come alimentos saludables. Asegúrate de obtener suficientes nutrientes. Las frutas y verduras frescas, los cereales integrales y las proteínas magras ayudan a mantenerte fuerte, te dan más energía y fortalecen tu sistema inmunitario.
  • Evita la carne y los huevos crudos y demás productos sin cocinar. Las enfermedades causadas por los alimentos pueden ser especialmente graves en personas que tienen el VIH. Cocina la carne hasta que esté bien hecha. Evita los productos lácteos no pasteurizados, los huevos crudos, así como los pescados y los mariscos crudos, como las ostras, el sushi o el sashimi.
  • Ponte las vacunas correctas. Las vacunas pueden prevenir infecciones comunes, como la neumonía y la influenza. Tu proveedor de atención médica también puede recomendarte otras vacunas, incluidas la del virus del papiloma humano (VPH), la hepatitis A y la hepatitis B. Las vacunas inactivadas son generalmente seguras, pero la mayoría de las vacunas con virus vivos atenuados no lo son, debido al sistema inmunitario debilitado.
  • Ten cuidado con los animales de compañía. Algunos animales pueden tener parásitos que pueden causar infecciones en personas infectadas por el VIH. Las heces de los gatos pueden provocar toxoplasmosis, los reptiles pueden tener salmonela, y los pájaros pueden trasportar el cryptococcus o histoplasmosis. Lávate bien las manos después de tocar mascotas o de limpiar su caja sanitaria.

Medicina alternativa

Las personas infectadas con el VIH a veces prueban suplementos alimentarios que dicen estimular el sistema inmunitario o contrarrestar los efectos secundarios de los medicamentos contra el VIH. Sin embargo, no hay pruebas científicas de que ningún suplemento nutricional mejore la inmunidad, y muchos pueden interferir en la acción de otros medicamentos que estés tomando. Consulta siempre con el proveedor de atención médica antes de tomar cualquier suplemento o de seguir una terapia alternativa para asegurarte de que no haya interacciones entre los medicamentos.

Suplementos que pueden resultar útiles

Hay pocas pruebas sobre la eficacia y los beneficios de los suplementos para el virus de la inmunodeficiencia humana. Algunos ejemplos con investigaciones limitadas son:

  • Acetil-L-carnitina. Los investigadores han utilizado la acetil-L-carnitina para tratar el dolor, el entumecimiento o la debilidad de los nervios (neuropatía) en personas con diabetes. También puede aliviar la neuropatía relacionada con el VIH si se carece de la sustancia.
  • Proteína de suero de leche y ciertos aminoácidos. Las primeras pruebas sugieren que la proteína de suero de leche, un derivado del queso, puede ayudar a algunas personas con VIH a aumentar de peso. Los aminoácidos L-glutamina, L-arginina e hidroximetilbutirato también pueden ayudar con el aumento de peso.
  • Probióticos. Existen algunas pruebas de que el probiótico Saccharomyces boulardii puede ayudar con la diarrea relacionada con el VIH, pero solo debe usarse según las indicaciones del proveedor de atención médica. También se está estudiando el calostro bovino para tratar la diarrea. Sin embargo, se necesita más investigación.
  • Vitaminas y minerales. Las vitaminas A, D, E, C y B, así como los minerales zinc, hierro y selenio, pueden ser útiles si tienes bajos niveles de estos. Habla con el proveedor de atención médica primero, ya que demasiada cantidad de algunas vitaminas y minerales puede ser dañina.

Suplementos que pueden resultar peligrosos

  • Hierba de San Juan. Un remedio común para la depresión, la hierba de San Juan puede reducir la eficacia de varios tipos de medicamentos contra el VIH a más de la mitad.
  • Suplementos a base de ajo. Aunque el ajo en sí mismo puede ayudar a fortalecer el sistema inmunitario, los suplementos de ajo pueden interactuar con algunos medicamentos contra el VIH y reducir su capacidad de trabajo. Comer de manera ocasional ajo con las comidas parece no ser un riesgo.
  • Extracto de arroz de levadura roja. Algunas personas lo usan para reducir el colesterol, pero lo evitan si toman un inhibidor de la proteasa o una estatina.

Prácticas de mente-cuerpo

Se ha demostrado que prácticas como el yoga, la meditación y los masajes reducen el estrés, generan relajación y mejoran la calidad de vida. Aunque necesitan más estudio, estas prácticas pueden ser útiles si tienes VIH o SIDA.

Estrategias de afrontamiento y apoyo

Recibir un diagnóstico de una enfermedad que pone en riesgo la vida es devastador. Las consecuencias emocionales, sociales y financieras del VIH o SIDA pueden hacer que sea especialmente difícil enfrentar esta enfermedad, no solo para ti sino también para tus seres queridos.

Sin embargo, actualmente hay muchos servicios y recursos disponibles para las personas con VIH. La mayoría de las clínicas para el VIH o SIDA cuentan con trabajadores sociales, consejeros o personal de enfermería que pueden ayudarte directamente o ponerte en contacto con personas que te puedan ayudar.

Los servicios que suelen proporcionar son los siguientes:

  • Planificar el traslado hacia y desde las citas médicas con el proveedor de atención médica
  • Ayudar con la vivienda y el cuidado de los niños
  • Ayudar con el empleo y las cuestiones jurídicas
  • Brindar apoyo durante las emergencias financieras

Es importante tener un sistema de apoyo. Muchas personas con VIH o SIDA descubren que hablar con alguien que entiende su enfermedad es reconfortante.

Preparación para la consulta

Si piensas que podrías tener infección por el VIH, es probable que comiences por consultar con el proveedor de atención médica de cabecera. Es posible que te remita a un especialista en enfermedades infecciosas, que además se especializa en el tratamiento del VIH o SIDA.

Qué puedes hacer

Antes de la cita, considera responder a estas preguntas y lleva las respuestas a la cita:

  • ¿Cómo crees que te expusiste al VIH?
  • ¿Qué síntomas tienes?
  • ¿Tienes factores de riesgo, como haber mantenido relaciones sexuales sin protección o haberte inyectado drogas ilícitas?
  • ¿Qué medicamentos o suplementos tomas?

Qué esperar del médico

El proveedor de atención médica te hará preguntas sobre tu salud y tu estilo de vida, y te hará un examen físico completo en busca de lo siguiente:

  • Ganglios linfáticos inflamados
  • Lesiones en la piel o la boca
  • Problemas con el sistema nervioso
  • Sonidos anormales en los pulmones
  • Órganos hinchados en el abdomen

Qué puedes hacer mientras tanto

Si crees que puedes tener una infección por VIH, toma medidas para protegerte a ti mismo y a los demás antes de tu cita. No tengas relaciones sexuales sin protección. Si te inyectas drogas ilícitas, usa siempre una aguja nueva y limpia. No compartas las agujas con otros.

July 29, 2022
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