Diagnóstico

Primero, el médico te hará preguntas sobre tu historia clínica y, luego, te realizará una exploración física en la que, entre otras cosas, te escuchará los pulmones con un estetoscopio para detectar cualquier sonido anormal de burbujeo o crepitación que sugiera la presencia de neumonía.

Si existe una sospecha de neumonía, el médico puede recomendarte los siguientes exámenes:

  • Análisis de sangre. Los análisis de sangre se usan para confirmar una infección e intentar identificar el tipo de organismo que está causando la infección. Sin embargo, la identificación precisa no siempre es posible.
  • Radiografía torácica. Esta ayuda al médico a diagnosticar la neumonía y a determinar la extensión y la ubicación de la infección. No obstante, tu médico no puede saber por medio de una radiografía qué tipo de germen está causando la neumonía.
  • Pulsioximetría. En esta prueba, se mide el nivel de oxígeno de la sangre. La neumonía puede hacer que los pulmones no sean capaces de pasar una suficiente cantidad de oxígeno al torrente sanguíneo.
  • Prueba de esputo. Se toma una muestra de líquido de los pulmones (esputo) que se obtiene haciendo toser profundamente al paciente; luego, se analiza la muestra para ayudar a identificar la causa de la infección.

Es posible que el médico solicite otros exámenes si tienes más de 65 años, estás en el hospital o tienes síntomas graves u otras enfermedades. Estos pueden incluir los siguientes:

  • TC. Si la neumonía no mejora en el tiempo esperado, es posible que el médico te recomiende hacerte una TC de tórax para obtener imágenes más detalladas de los pulmones.
  • Cultivo de líquido pleural. Con una aguja que se inserta entre las costillas, se toma una muestra de líquido de la zona pleural y se la analiza para determinar el tipo de la infección.

Tratamiento

El tratamiento para la neumonía implica la cura de la infección y la prevención de complicaciones. Las personas que presentan neumonía adquirida en la comunidad normalmente pueden recibir tratamiento en sus hogares con medicamentos. A pesar de que la mayoría de los síntomas se alivian en unos pocos días o semanas, la sensación de cansancio puede perdurar durante un mes o más.

Los tratamientos específicos dependen del tipo y la gravedad de la neumonía, tu edad y tu estado de salud general. Las opciones incluyen las siguientes:

  • Antibióticos. Estos medicamentos se usan para el tratamiento de la neumonía bacteriana. Puede llevar un tiempo identificar el tipo de bacterias que causan la neumonía y elegir el mejor antibiótico para tratarla. Si los síntomas no mejoran, el médico puede recomendarte un antibiótico diferente.
  • Medicamentos para la tos. Estos medicamentos pueden usarse para calmar la tos a fin de que puedas descansar. Debido a que el toser ayuda a aflojar y mover los fluidos de los pulmones, es bueno no eliminar la tos completamente. Además, debes saber que en muy pocos estudios se ha examinado si los medicamentos para la tos de venta libre disminuyen la tos causada por la neumonía. Si quieres probar un supresor de la tos, usa la dosis más baja que te ayude a descansar.
  • Antifebriles/analgésicos. Posiblemente tomes estos según lo necesites para aliviar la fiebre y el malestar. Estos incluyen medicamentos como la aspirina, el ibuprofeno (Advil, Motrin IB, otros) y el paracetamol (Tylenol, otros).

Hospitalización

Quizás tengan que internarte si:

  • Eres mayor de 65 años
  • Te confundes con la hora, la gente, o los lugares
  • La función de tus riñones se ha reducido
  • Tu presión sistólica está por debajo de 90 milímetros de mercurio (mm Hg) o tu presión diastólica es de 60 mm Hg o menor
  • Tu respiración es rápida (30 inhalaciones o más por minuto)
  • Necesitas asistencia para respirar
  • Tu temperatura es más baja de lo normal
  • Tu frecuencia cardíaca está por debajo de 50 o por encima de 100

Quizás te internen en la unidad de cuidado intensivo si necesitas un respirador artificial o si tus síntomas son graves.

Tal vez se deba internar a los niños si:

  • Son menores de 2 meses
  • Están letárgicos o tienen mucho sueño
  • Tienen problemas para respirar
  • Tienen bajos niveles de oxígeno en la sangre
  • Parecen estar deshidratados

Estilo de vida y remedios caseros

Estos consejos pueden ayudarte a recuperarte más rápido y disminuir el riesgo de presentar complicaciones:

  • Descansa mucho. No vuelvas a la escuela ni el trabajo hasta que tu temperatura regrese a la normalidad, y dejes de tener tos con mucosidad. Aunque comiences a sentirte mejor, ten cuidado de no esforzarte demasiado. Debido a que la neumonía puede recurrir, es mejor que no regreses rápidamente a tu rutina hasta que te sientas completamente recuperado. Pregúntale al médico si no estás seguro.
  • Mantente hidratado. Bebe mucho líquido, especialmente agua, para ayudar a aflojar la mucosidad de los pulmones.
  • Toma los medicamentos según lo recetado. Toma los medicamentos que el médico te recetó en su totalidad. Si suspendes los medicamentos demasiado pronto, es posible que los pulmones sigan albergando bacterias que pueden multiplicarse y hacer que la neumonía recurra.

Preparación para la consulta

Posiblemente comiences por visitar a tu médico de cabecera o un médico de atención de urgencia, o quizás te deriven a un médico que se especialice en enfermedades infecciosas o en enfermedades pulmonares (neumólogo).

A continuación te ofrecemos información para que te prepares para la consulta y sepas qué espera.

Qué puedes hacer

  • Registra cualquier síntoma, incluso tu temperatura.
  • Anota la información médica clave, incluso las hospitalizaciones recientes y cualquier afección médica que tengas.
  • Anota tu información personal clave, lo que incluye la exposición a cualquier sustancia química o toxina, o cualquier viaje que hayas realizado recientemente.
  • Haz una lista de todos los medicamentos, vitaminas y suplementos que tomes, sobre todo algún antibiótico que hayas tomado por una infección previa, ya que este puede producir una resistencia a los medicamentos para la neumonía.
  • Si es posible, lleva a un familiar o amigo para que te ayude a recordar toda la información que te den y las preguntas que desees hacer.
  • Anota las preguntas para hacerle al médico.

Algunas preguntas básicas para hacer al médico pueden ser las siguientes:

  • ¿Qué puede estar causando mis síntomas?
  • ¿Qué tipo de pruebas necesito hacerme?
  • ¿Qué tratamiento me recomiendas?
  • ¿Será necesario hospitalizarme?
  • Tengo otras enfermedades. ¿Cómo las afectará mi neumonía?
  • ¿Debo respetar alguna restricción?

No dudes en hacer otras preguntas.

Qué debes esperar del médico

Prepárate para responder las preguntas que puede hacerte el médico:

  • ¿Cuándo comenzaste a tener síntomas?
  • ¿Tuviste neumonía antes? Si es así, ¿en qué pulmón?
  • ¿Los síntomas han sido continuos u ocasionales? ¿Qué tan graves son?
  • ¿Qué cosas, si las hubiera, parecen mejorar o empeorar tus síntomas?
  • ¿Viajaste o estuviste expuesto a sustancias químicas o tóxicas?
  • ¿Estuviste expuesto a personas enfermas en la casa, la escuela o el trabajo?
  • ¿Fumas? ¿Alguna vez fumaste?
  • ¿Cuánto alcohol bebes en una semana?
  • ¿Te vacunaste contra la gripe o la neumonía?

Qué puedes hacer mientras tanto

Para evitar que tu afección empeore, realiza lo siguiente:

  • No fumes ni estés cerca del humo
  • Bebe mucho líquido y descansa mucho