Hola. Soy la Dra. Amy Oxentenko. Hoy estoy aquí para hablar de un artículo que he publicado recientemente sobre la infección por Helicobacter pylori con dos de mis colegas, el Dr. Amrit Kamboj y el Dr. Thomas Cotter. Una de las razones por las que decidimos escribir este informe es que la infección por Helicobacter pylori es muy frecuente y, de hecho, es una de las infecciones más comunes en todo el mundo. Como gastroenterólogos y médicos de atención primaria, es algo que tratamos con regularidad en nuestros consultorios, porque es la causa más común de la enfermedad de úlcera péptica, aparte del tratamiento con antiinflamatorio no esteroide (AINE).

Sabemos que la infección por Helicobacter pylori puede causar solo la enfermedad de úlcera péptica, pero los síntomas de dispepsia en algunos pacientes, y en un pequeño porcentaje de pacientes, puede causar cáncer de estómago o linfoma gástrico. Podemos diagnosticar la infección por Helicobacter pylori a través de una variedad de métodos que incluyen estudios de heces, pruebas de aliento o estudios más invasivos, como una esofagogastroduodenoscopia, en la que podemos realizar biopsias o pruebas especiales en muestras de tejido de la mucosa del estómago.

La mayoría de los pacientes pueden recibir un diagnóstico de Helicobacter pylori a través de medios no invasivos, es decir, a través de una prueba de heces o una prueba de aliento en el consultorio. Las dos pruebas determinan la infección activa, y esto es muy importante, porque hay un análisis de sangre que se realiza para detectar la infección por Helicobacter pylori, pero no detecta la infección activa, sino que analiza si alguna vez has tenido la infección por Helicobacter pylori. Por lo tanto, no es un buen indicador de la enfermedad activa y, por esa razón, hemos dejado de utilizarlo en nuestra práctica clínica.

Cuando alguien recibe un diagnóstico de Helicobacter pylori, lo más importante hoy en día es determinar el mejor tratamiento para la infección por Helicobacter pylori, porque queremos hacer todo lo posible para alcanzar las mejores tasas de erradicación. Con el tiempo, nuestro éxito en la erradicación de la infección por Helicobacter pylori en cualquier paciente ha disminuido con el tiempo, y esto se debe a que la bacteria se ha vuelto más resistente a determinados antibióticos, en particular, la claritromicina, que era uno de los antibióticos clave que siempre hemos utilizado para tratar esta infección. El nivel creciente de resistencia significa que cada vez más pacientes tienen un tipo de Helicobacter pylori que no responde al tratamiento con claritromicina. Por eso, hay más casos de pacientes en los que no se ha erradicado después de haber hecho lo que pensamos que sería un tratamiento exitoso para ellos, y esto nos obliga a volver a administrar otro tratamiento con antibióticos.

Para determinar el tratamiento de un paciente, se tienen en cuenta algunos factores. En primer lugar, estudiamos las alergias del paciente para asegurarnos de que no es alérgico a la penicilina, porque la amoxicilina es uno de los antibióticos que se suelen utilizar en algunos de los tratamientos para la infección por Helicobacter pylori. Otra cosa que hay que considerar es si el paciente ha vivido en una zona donde hay una gran resistencia a la claritromicina, pero también si ha estado expuesto a antibióticos que contienen claritromicina, porque, en ese caso, es más probable que tenga una infección por Helicobacter pylori resistente que no responda a un tratamiento con claritromicina.

En los últimos años, se han establecido nuevas pautas que sugieren que algunos de los tratamientos cuádruples de eficacia comprobada, que incluyen inhibidores de la bomba de protones, metronidazol, tetraciclina y Pepto-Bismol, o tratamiento con bismuto, son probablemente los tratamientos más útiles en términos de una erradicación exitosa. Una vez que hemos tratado a un paciente, que a menudo puede ser durante 14 días para lograr las mejores tasas de erradicación posibles, queremos asegurarnos de que hemos erradicado la bacteria por completo. Para lograrlo, solemos hacer pruebas, como muy pronto, cuatro semanas después de la finalización del tratamiento, que pueden incluir una prueba de aliento o una prueba de heces en el consultorio, que determinarán si la infección por Helicobacter pylori sigue activa o no. Si se determina que está activa, se podría recomendar una repetición del tratamiento para evaluar la erradicación después de la finalización de ese tratamiento posterior.

Espero que haya sido de ayuda el informe y entender que la infección por Helicobacter pylori es una infección frecuente que suele causar la enfermedad de úlcera péptica, y, en pocas ocasiones, complicaciones malignas, como el linfoma y el cáncer de estómago. Por estas cosas, es importante que no solo tratemos esta afección de manera eficaz, sino que nos aseguremos de que la hemos tratado con éxito en todos los pacientes que reciben un tratamiento para Helicobacter pylori. Gracias.

June 11, 2022

Ver también

  1. Absceso dental
  2. Agammaglobulinemia ligada al cromosoma X
  3. Anafilaxia
  4. Anorgasmia en mujeres
  5. Ataxia
  6. Bronquitis
  7. Bursitis de la rodilla
  8. Cáncer de estómago
  9. Cáncer de páncreas
  10. Cáncer de vejiga
  11. Cáncer en la base de la boca
  12. Cistitis
  13. Deficiencia de MCAD
  14. Demencia frontotemporal
  15. Dermatitis seborreica infantil
  16. Deterioro cognitivo leve
  17. Diabetes insípida
  18. Dolores de cabeza crónicos diarios
  19. Dolores de cabeza del tipo trueno
  20. Dolores de cabeza por punción lumbar
  21. E. coli
  22. Enfermedad de Kawasaki
  23. Enfermedad de la válvula mitral
  24. Enfermedad de Still del adulto
  25. Enfermedad ósea de Paget
  26. Enteritis por radiación
  27. Estenosis uretral
  28. Fibrilación auricular
  29. Frenillo lingual corto (anquiloglosia)
  30. Golpe de calor
  31. Hidrocele
  32. Hipertrofia ventricular izquierda
  33. Infección por citomegalovirus
  34. Infección por shigela
  35. Infección renal
  36. Insuficiencia de cuello uterino
  37. Lesión en los músculos isquiotibiales
  38. Malformación arteriovenosa espinal
  39. Meduloblastoma
  40. Miocardiopatía
  41. Miopía
  42. Nefritis lúpica
  43. Neuralgia del trigémino
  44. Neurofibromatosis tipo 1
  45. Oclusión por cerumen
  46. Paraganglioma
  47. Pérdida de la audición
  48. Periostitis tibial
  49. Picazón anal
  50. Placenta adherida
  51. Pólipos en el colon
  52. Quiste de Bartolino
  53. Reflujo vesicoureteral
  54. Relaciones sexuales dolorosas (dispareunia)
  55. Reservoritis
  56. Seudogota
  57. Síndrome de Dressler
  58. Síndrome de Rett
  59. Síndrome de Tourette
  60. Síndrome del bebé sacudido
  61. Síndrome del túnel carpiano
  62. Síndrome pulmonar por hantavirus
  63. Síndrome triple X
  64. Sinusitis crónica
  65. Taquicardia
  66. Taquicardia auricular
  67. Tiña (cabeza o cuero cabelludo)
  68. Trastornos de articulación temporomandibular
  69. Trastornos del estado de ánimo
  70. Trichotillomania (hair-pulling disorder)
  71. Tronco arterial
  72. Tumor de Wilms
  73. Tumores de células germinales
  74. Tumores y quistes mandibulares
  75. Vasculitis
  76. Vejiga hiperactiva
  77. Vitiligo