Diagnóstico

Para diagnosticar el sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado (SIBO, por sus siglas en inglés), es posible que se te hagan pruebas para comprobar si hay un sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado, una mala absorción de grasas u otros problemas que puedan estar causando tus síntomas o contribuyendo a ellos. Las pruebas comunes incluyen:

  • Prueba de aliento. Este tipo de prueba no invasiva mide la cantidad de hidrógeno o metano que se exhala después de beber una mezcla de glucosa y agua. Un rápido aumento del hidrógeno o del metano exhalado puede indicar un crecimiento excesivo de las bacterias en el intestino delgado. Aunque está ampliamente disponible, la prueba de aliento es menos específica que otros tipos de pruebas para diagnosticar el sobrecrecimiento bacteriano.
  • Aspirado del intestino delgado y cultivo de líquidos. Esta es actualmente la prueba estándar principal para el sobrecrecimiento bacteriano. Para obtener la muestra del líquido, los médicos pasan un tubo largo y flexible (endoscopio) por la garganta y a través del tubo digestivo superior hasta llegar al intestino delgado. Se extrae una muestra del líquido intestinal y después se la analiza en un laboratorio para ver si existe crecimiento de bacterias.

Además de estos exámenes, el médico puede recomendarte un análisis de sangre para buscar la deficiencia de vitaminas o una evaluación de las heces para comprobar la malabsorción de grasa. En algunos casos, el médico puede recomendar pruebas de imagen, como radiografías, tomografía computarizada o resonancia magnética para buscar anomalías estructurales del intestino.

Tratamiento

Siempre que sea posible, los médicos tratan el crecimiento excesivo de bacterias en el intestino delgado tratando el problema subyacente, por ejemplo, reparando quirúrgicamente un asa posoperatoria, una constricción o una fístula. Pero el asa no siempre puede revertirse. En ese caso, el tratamiento se centra en corregir las deficiencias nutricionales y eliminar el crecimiento excesivo de bacterias.

Terapia con antibióticos

En la mayoría de las personas, la manera inicial de tratar el sobrecrecimiento bacteriano es con antibióticos. Los médicos pueden comenzar este tratamiento si tus síntomas y tus antecedentes médicos sugieren enfáticamente que esta es la causa, incluso cuando los resultados de las pruebas no son concluyentes o si no se realizó ninguna prueba. Se pueden realizar pruebas si el tratamiento con antibióticos no es eficaz.

Un tratamiento corto con antibióticos a menudo reduce significativamente el número de bacterias anormales. Pero las bacterias pueden reaparecer cuando se suspende la administración del antibiótico, por lo que es posible que el tratamiento deba ser a largo plazo. Algunas personas con un aza en el intestino delgado pueden pasar largos períodos sin necesitar antibióticos, mientras que otras pueden necesitarlos regularmente.

Los médicos también pueden alternar entre diferentes antibióticos para ayudar a prevenir la resistencia bacteriana. Los antibióticos eliminan la mayoría de las bacterias intestinales, tanto normales como anormales. Como resultado, los antibióticos pueden causar algunos de los problemas que están tratando de solucionar, incluida la diarrea. El alternar entre diferentes fármacos puede ayudar a evitar este problema.

Apoyo nutricional.

La corrección de las deficiencias nutricionales es una parte crucial del tratamiento del crecimiento excesivo de bacterias en el intestino delgado, particularmente en personas con pérdida de peso severa. La malnutrición se puede tratar, pero el daño que causa no siempre se puede revertir.

Estos tratamientos pueden mejorar las deficiencias vitamínicas, reducir el dolor intestinal y ayudar con el aumento de peso:

  • Suplementos nutricionales. Las personas con crecimiento excesivo de bacterias en el intestino delgado pueden necesitar inyecciones intramusculares de vitamina B-12, así como vitaminas orales, y suplementos de calcio y hierro.
  • Dieta sin lactosa. El daño al intestino delgado puede hacer que pierdas la capacidad de digerir el azúcar en la leche (lactosa). En ese caso, es importante evitar la mayoría de los productos que contienen lactosa, o usar preparaciones de lactasa que ayudan a digerir el azúcar de la leche.

    Algunas personas afectadas pueden tolerar el yogur porque las bacterias utilizadas en el proceso de cultivo descomponen la lactosa de manera natural.

Preparación para la consulta

Si tienes signos y síntomas que son comunes al sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado, pide una cita con el médico. Después de una evaluación inicial, puedes ser remitido a un médico que se especialice en el tratamiento de trastornos digestivos (gastroenterólogo).

La siguiente información te ayudará a prepararte para la cita y saber qué esperar del médico.

  • Anota tus síntomas, incluso cuándo comenzaron y cómo pueden haber cambiado o empeorado con el tiempo.
  • Trae tu expediente médico, especialmente si has tenido una cirugía en el estómago o intestinos, tienes alguna afección intestinal conocida o has recibido radiación en el abdomen o la pelvis.
  • Haz una lista de todos tus medicamentos, vitaminas o suplementos.
  • Anota tu información médica clave, incluidas otras afecciones con las que has sido diagnosticado. Asegúrate de informar a tu médico sobre cualquier cirugía abdominal que hayas tenido.
  • Anota información personal importante, incluso cualquier cambio o situación estresante reciente en tu vida. Estos factores pueden estar relacionados con los signos y síntomas digestivos.
  • Si es posible, pídele a un familiar o a un amigo que te acompañe. Puede ser difícil recordar toda la información que se proporciona durante una cita. La persona que te acompañe podría recordar algún detalle que tú hayas pasado por alto u olvidado.
  • Escribe preguntas para hacerle al médico. Preparar una lista de preguntas con anticipación puede ayudarte a aprovechar al máximo el tiempo de la cita con el médico.

No dudes en hacer preguntas. Estas son algunas preguntas básicas que puedes hacerle al médico:

  • ¿Cuál es la causa más probable de mi afección?
  • ¿Qué enfoque de tratamiento me recomienda?
  • ¿Existen efectos secundarios asociados con los medicamentos que receta?
  • Tengo otras afecciones. ¿Cómo puedo tratarlas?
  • ¿Deberé seguir tomando medicamentos a largo plazo?
  • ¿Con qué frecuencia me verá para controlar mi progreso?
  • ¿Debo tomar suplementos nutricionales?
  • ¿Tengo deficiencias vitamínicas?
  • ¿Hay algún cambio en el estilo de vida o en la alimentación que podría hacer para ayudar a reducir o controlar mis síntomas?

Qué esperar del médico

Es probable que el médico te haga varias preguntas. Estar preparado para responderlas puede darte tiempo para repasar los puntos en los que deseas enfocarte más. Es posible que te pregunte lo siguiente:

  • ¿Alguna vez te has sometido a una cirugía abdominal?
  • ¿Cuáles son los síntomas?
  • ¿Cuándo notaste por primera vez estos síntomas?
  • ¿Los síntomas aparecen y desaparecen o permanecen de la misma manera?
  • ¿El dolor es como un calambre?
  • ¿El dolor se irradia a otras partes del abdomen o la espalda?
  • ¿Has perdido peso sin intentarlo?
  • ¿Has notado cambios en las heces?
  • ¿Los signos y síntomas han incluido vómitos?
  • ¿Los signos y síntomas han incluido fiebre?
  • ¿Alguien cercano a ti ha tenido signos o síntomas similares recientemente?
  • ¿Cuál es tu dieta diaria habitual?
  • ¿Alguna vez te han diagnosticado una alergia alimentaria o intolerancia a la lactosa?
  • ¿Se te ha diagnosticado alguna otra afección médica?
  • ¿Qué medicamentos tomas, incluidos los recetados o de venta libre, vitaminas, hierbas y suplementos?
  • ¿Tienes antecedentes familiares de trastornos intestinales o cáncer de colon?
  • ¿Alguna vez has recibido radioterapia en el abdomen o la pelvis?
  • ¿Has tenido alguna vez cálculos renales?
  • ¿Alguna vez has tenido problemas con el páncreas?
  • ¿Tienes la enfermedad de Crohn?

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