Diagnóstico

El médico puede determinar un diagnóstico de depresión a partir de lo siguiente:

  • Exploración física. Es probable que el médico te realice una exploración física y te haga preguntas sobre tu salud. En algunos casos, la depresión puede estar relacionada con un problema de salud físico no diagnosticado.
  • Análisis de laboratorio. Por ejemplo, el médico puede realizarte un análisis de sangre llamado «hemograma completo» o analizar la glándula tiroides para asegurarse de que funcione correctamente.
  • Evaluación psiquiátrica. El profesional de salud mental te realizará preguntas acerca de tus síntomas, tus pensamientos, tus sentimientos y tus patrones de conducta. Es posible que te pida que completes un cuestionario para ayudar a responder estas preguntas.
  • DSM-5. El profesional de salud mental puede utilizar los criterios que se describen en el Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM-5) (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales DSM-5), publicado por la American Psychiatric Association (Asociación Estadounidense de Psiquiatría).

Tipos de depresión

Los síntomas provocados por la depresión mayor pueden variar según la persona. Para determinar el tipo de depresión que tienes, el médico puede sumar uno o más especificadores. Un especificador supone que tienes depresión con características particulares, como:

  • Depresión ansiosa: depresión a la que se le suma la inquietud o la preocupación inusual por posibles eventos o pérdida de control
  • Características combinadas: depresión y manía en simultáneo, que comprende autoestima elevada, hablar demasiado y aumento de energía
  • Características melancólicas: depresión grave con falta de respuesta ante cuestiones que solían proporcionar placer y que está asociada a despertarse temprano en la mañana, a que el estado de ánimo empeore durante la mañana, a cambios importantes en el apetito y a sentimientos de culpa, agitación o pereza
  • Características atípicas: depresión que comprende la capacidad de alegrarse momentáneamente ante acontecimientos felices, mayor apetito, necesidad excesiva de dormir, sensibilidad al rechazo y sensación de pesadez en los brazos o en las piernas
  • Rasgos psicóticos: depresión acompañada de delirios o alucinaciones, lo que puede implicar limitaciones para cumplir con tus tareas u otras cuestiones negativas
  • Catatonía: depresión que comprende actividades motoras relacionadas con movimientos descontrolados y sin sentido, o con una postura fija y rígida
  • Comienzo en el periparto: depresión que se manifiesta durante el embarazo o en las semanas o los meses posteriores al parto (posparto)
  • Patrón estacional: depresión relacionada con los cambios de las estaciones y con una menor exposición a la luz solar

Otros trastornos que pueden causar síntomas de depresión

Hay muchos otros trastornos, como los indicados a continuación, cuyos síntomas comprenden la depresión. Es importante obtener un diagnóstico preciso para que puedas recibir el tratamiento adecuado.

  • Trastornos bipolares I y II. Estos trastornos del estado de ánimo comprenden cambios de humor caracterizados por altibajos emocionales (manía y depresión). En ocasiones es difícil distinguir entre el trastorno bipolar y la depresión.
  • Trastorno ciclotímico. El trastorno ciclotímico implica altibajos emocionales que son más leves que los que se manifiestan en el trastorno bipolar.
  • Trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo. En los niños, este trastorno del estado de ánimo comprende irritabilidad y enojo crónicos y graves con berrinches desmesurados y frecuentes. Por lo general, este trastorno se transforma en trastorno depresivo o de ansiedad durante la adolescencia o la adultez.
  • Trastorno depresivo persistente. Este trastorno, también conocido como «distimia», es una forma de depresión menos grave, pero más crónica. Si bien no suele ser incapacitante, el trastorno depresivo persistente puede impedir que te desenvuelvas normalmente en tu rutina diaria y afectar tu capacidad de tener una vida plena.
  • Trastorno disfórico premenstrual. Implica síntomas de depresión asociados a los cambios hormonales que comienzan una semana antes del inicio de tu período menstrual y que mejoran unos pocos días después, y que son mínimos o desaparecen después de que finaliza tu período.
  • Otros trastornos de depresión. Estos comprenden depresión causada por el consumo de drogas recreativas, por algunos medicamentos recetados o por otras afecciones.

Tratamiento

Los medicamentos y la psicoterapia son eficaces para la mayoría de las personas con depresión. Tu médico de cabecera o tu psiquiatra te pueden recetar medicamentos para aliviar los síntomas. Sin embargo, muchas personas que padecen depresión también se benefician con ver a un psiquiatra, a un psicólogo o a otro profesional de salud mental.

Si sufres depresión grave, es posible que necesites una estancia hospitalaria o participar en un programa de tratamiento para pacientes ambulatorios hasta que los síntomas mejoren.

A continuación, encontrarás más detalles sobre las opciones de tratamiento para la depresión.

Medicamentos

Se encuentran disponibles muchos tipos de antidepresivos, como los que se mencionan a continuación. Asegúrate de hablar con el médico o con el farmacéutico sobre los efectos secundarios más importantes.

  • Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina. Al principio, los médicos suelen recetar algún inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina. Estos medicamentos se consideran más seguros y suelen causar menos efectos secundarios molestos que otros tipos de antidepresivos. Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina incluyen el citalopram (Celexa), el escitalopram (Lexapro), la fluoxetina (Prozac), la paroxetina (Paxil, Pexeva), la sertralina (Zoloft) y la vilazodona (Viibryd).
  • Inhibidores de la recaptación de serotonina y norepinefrina. Algunos ejemplos de estos inhibidores incluyen la duloxetina (Cymbalta), la venlafaxina (Effexor XR), la desvenlafaxina (Pristiq, Khedezla) y el levomilnacipran (Fetzima).
  • Antidepresivos atípicos. Estos medicamentos no forman parte de ninguna otra categoría de antidepresivos. Entre ellos, se incluyen el bupropión (Wellbutrin XL, Wellbutrin SR, Aplenzin, Forfivo XL), la mirtazapina (Remeron), la nefazodona, la trazodona y la vortioxetina (Trintellix).
  • Antidepresivos tricíclicos. Estos medicamentos, como la imipramina (Tofranil), la nortriptilina (Pamelor), la amitriptilina, la doxepina, la trimipramina (Surmontil), la desipramina (Norpramin) y la protriptilina (Vivactil), pueden ser muy eficaces, pero suelen causar efectos secundarios más graves que los antidepresivos más nuevos. Por eso, no se suelen recetar, a menos que hayas probado primero un inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina y no hayas tenido mejoras.
  • Inhibidores de la monoaminooxidasa. Los inhibidores de la monoaminooxidasa, como la tranilcipromina (Parnate), la fenelzina (Nardil) y la isocarboxazida (Marplan), generalmente se recetan cuando otros medicamentos no funcionan, ya que pueden provocar efectos secundarios graves. El uso de inhibidores de la monoaminooxidasa requiere una dieta estricta debido a las interacciones peligrosas (o incluso mortales) con los alimentos, entre ellos algunos tipos de queso, encurtidos y vinos, y algunos medicamentos y suplementos a base de hierbas. La selegilina (Emsam), un inhibidor de la monoaminooxidasa más reciente que se pega en la piel como un parche, puede causar menos efectos secundarios que otros inhibidores de la monoaminooxidasa. Estos medicamentos no se pueden combinar con inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina.
  • Otros medicamentos. Se pueden sumar otros medicamentos a los antidepresivos para aumentar sus efectos. Es posible que el médico te recomiende que combines dos antidepresivos o que agregues otro medicamento, como un estabilizador del ánimo o un antipsicótico. También puede agregarse un medicamento estimulante o contra la ansiedad durante un período corto.

Cómo encontrar el medicamento adecuado

Si un familiar respondió bien a un antidepresivo, es posible que ese mismo pueda ayudarte. O bien, es posible que tengas que probar varios medicamentos o una combinación de estos hasta encontrar el que te sirva. Este proceso requiere paciencia, ya que algunos medicamentos necesitan varias semanas o más para que hagan efecto por completo y para que los efectos secundarios se alivien, a medida que el organismo se adapta.

Los rasgos hereditarios influyen en cómo te afectan los antidepresivos. En algunos casos, donde están disponibles, los resultados de las pruebas genéticas (realizadas mediante un análisis de sangre o un hisopado bucal) pueden ofrecer indicios sobre el modo en que tu cuerpo podría responder a un antidepresivo específico. Sin embargo, hay otras variables, además de la genética, que pueden afectar tu respuesta al medicamento.

Riesgos de suspender la toma de medicamentos abruptamente

No suspendas la toma de un antidepresivo sin hablarlo antes con el médico. Los antidepresivos no se consideran adictivos, pero, a veces, pueden causar dependencia física (que no es lo mismo que la adicción).

Suspender el tratamiento de forma abrupta o saltearse varias dosis puede provocar síntomas parecidos a los de la abstinencia, y dejar de tomar los medicamentos de manera repentina puede empeorar la depresión. Trabaja con el médico para disminuir la dosis de forma gradual y segura.

Los antidepresivos y el embarazo

Si estás embarazada o en período de lactancia, es posible que algunos antidepresivos representen un mayor riesgo para la salud del feto o del bebé lactante. Habla con el médico si estás embarazada o si piensas tener un bebé.

Antidepresivos y un mayor riesgo de cometer suicidio

La mayoría de antidepresivos suelen ser seguros, pero la Administración de Alimentos y Medicamentos (Food and Drug Administration) exige que todos los antidepresivos tengan una advertencia que aparece en recuadro negro, que es la advertencia más estricta para los medicamentos recetados. En algunos casos, los niños, los adolescentes y los adultos jóvenes menores de 25 años pueden tener más pensamientos o comportamientos suicidas al tomar antidepresivos, en especial, durante las primeras semanas después de comenzar a tomarlos o cuando se modifica la dosis.

Se debe controlar atentamente a cualquier persona que toma un antidepresivo para detectar si la depresión empeora o si presenta algún comportamiento inusual, particularmente, cuando comienza a tomar un medicamento nuevo o cuando le modifican la dosis. Si tú o alguien que conoces tienen pensamientos suicidas mientras toman un antidepresivo, comunícate con un médico de inmediato o busca ayuda de emergencia.

Recuerda que es más probable que los antidepresivos reduzcan el riesgo de cometer suicidio a largo plazo, ya que mejoran el estado de ánimo.

Psicoterapia

«Psicoterapia» es un término general que se usa para aludir al tratamiento de la depresión mediante la conversación con un profesional de salud mental acerca de la enfermedad y de los problemas relacionados. La psicoterapia también se conoce como «terapia de conversación» o «terapia psicológica».

Hay diferentes tipos de psicoterapias que pueden ser efectivas para tratar la depresión, como la terapia cognitiva conductual o la terapia interpersonal. El profesional de salud mental también podría recomendarte otros tipos de terapia. La psicoterapia te puede ayudar con lo siguiente:

  • Adaptarte a una crisis o a otras dificultades actuales
  • Identificar creencias o comportamientos negativos, y reemplazarlos por otros positivos y saludables
  • Explorar tus relaciones y tus experiencias personales, y desarrollar interacciones positivas con los demás
  • Encontrar mejores modos de enfrentar y de resolver problemas
  • Identificar problemas que contribuyen a causar tu depresión y cambiar los comportamientos que la empeoran
  • Recuperar el sentimiento de satisfacción y de control de tu vida, así como aliviar los síntomas de la depresión, como la desesperanza y el enojo
  • Aprender a fijar metas realistas para tu vida
  • Desarrollar la capacidad de tolerar y de aceptar la angustia mediante comportamientos más saludables

Alterna los formatos de terapia

Los formatos de las terapias para la depresión como una alternativa a las sesiones presenciales en el consultorio están disponibles y pueden ser una opción efectiva para algunas personas. La terapia se puede proporcionar, por ejemplo, como un programa de computadora, mediante sesiones en línea, o con videos o cuadernos de ejercicios. Un terapeuta puede guiar los programas o pueden ser independientes de manera parcial o total.

Antes de que elijas una de estas opciones, analiza estos formatos con el terapeuta para determinar si pueden ser útiles para ti. Además, pregúntale al terapeuta si te puede recomendar alguna fuente o programa de confianza. Es posible que tu seguro no cubra algunas opciones, y que no todos los desarrolladores y terapeutas en línea tengan las capacitaciones y acreditaciones correctas.

Los teléfonos inteligentes y las tabletas que ofrecen aplicaciones móviles de salud, como apoyo y educación general sobre la depresión, no sustituyen la consulta con el médico o el terapeuta.

Tratamiento hospitalario y residencial

En algunos casos, la depresión es tan grave que se necesita una estancia hospitalaria. Esto puede ser necesario si no te puedes cuidar solo adecuadamente o si estás en peligro inminente de lastimarte a ti mismo o a alguien más. El tratamiento psiquiátrico en un hospital te puede ayudar a mantenerte tranquilo y seguro hasta que mejore tu estado de ánimo.

La hospitalización parcial o los programas de tratamiento de día también pueden ayudar a algunas personas. Estos programas brindan el apoyo ambulatorio y la terapia necesarios para mantener los síntomas controlados.

Otras opciones de tratamiento

Para algunas personas, se pueden recomendar otros procedimientos conocidos como «terapias de estimulación cerebral»:

  • Terapia electroconvulsiva. En la terapia electroconvulsiva, se pasan corrientes eléctricas a través del cerebro para impactar en la función y el efecto de los neurotransmisores del cerebro para mitigar la depresión. La terapia electroconvulsiva se suele usar en los pacientes que no mejoran con los medicamentos, que no pueden tomar antidepresivos por razones de salud o que corren alto riesgo de suicidio.
  • Estimulación magnética transcraneal. La estimulación magnética transcraneal puede ser una opción para quienes no responden a los antidepresivos. Durante una estimulación magnética transcraneal, un dispositivo colocado en el cuero cabelludo transmite pulsos magnéticos breves para estimular las neuronas cerebrales involucradas en la regulación del estado de ánimo y en la depresión.

Estilo de vida y remedios caseros

Generalmente, la depresión no es un trastorno que puedas tratar por ti mismo. Sin embargo, además del tratamiento profesional, estas medidas de cuidado personal pueden ayudar:

  • Cumple con tu plan de tratamiento. No saltees las sesiones o consultas de psicoterapia. Incluso si te sientes bien, no saltees los medicamentos. Si dejas de tomarlos, los síntomas de la depresión pueden volver a aparecer, y también puedes tener síntomas parecidos a los de la abstinencia. Acepta que llevará tiempo sentirte mejor.
  • Infórmate acerca de la depresión. Aprender sobre la afección que padeces puede darte las herramientas necesarias y motivarte para continuar con tu plan de tratamiento. Alienta a tu familia a que se informe acerca de la depresión para ayudarles a entenderte y apoyarte.
  • Presta atención a las señales de advertencia. Trabaja con tu médico o terapeuta para aprender a identificar lo que desencadena tus síntomas de depresión. Elabora un plan para saber qué hacer en el caso de que los síntomas empeoren. Consulta con tu médico o con tu terapeuta si notas cambios en los síntomas o en cómo te sientes. Pídeles a familiares o amigos que estén atentos a los signos de advertencia.
  • Evita el alcohol y las drogas recreativas. Puede parecer que el alcohol o las drogas alivian los síntomas de la depresión, pero, a la larga, generalmente los empeoran y hacen que la depresión sea más difícil de tratar. Si necesitas ayuda con el consumo de drogas o DE alcohol, habla con el médico o el terapeuta.
  • Cuídate. Come de manera saludable, haz actividad física y duerme mucho. Considera caminar, trotar, nadar, hacer jardinería o realizar otra actividad que disfrutes. Dormir bien es importante para el bienestar tanto físico como mental. Si tienes dificultades para dormir, habla con el médico acerca de lo que puedes hacer.

Medicina alternativa

La medicina alternativa consiste en el uso de un enfoque no convencional en lugar de la medicina convencional. La medicina complementaria es un enfoque no convencional que se usa junto con la medicina tradicional; en ocasiones, se la denomina «medicina integrativa».

Asegúrate de comprender los riesgos, así como también los posibles beneficios de recibir terapia alternativa o complementaria. No reemplaces el tratamiento médico convencional o la psicoterapia con medicinas alternativas. Cuando se trata de depresión, los tratamientos alternativos no sustituyen la atención médica.

Suplementos

Algunos ejemplos de suplementos que a veces se utilizan para la depresión son:

  • Hierba de san Juan. Si bien este suplemento a base de hierbas no está aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos (Food and Drug Administration) para tratar la depresión en los Estados Unidos, puede ser de utilidad para la depresión leve o moderada. Si decides utilizarlo, ten cuidado, dado que la hierba de San Juan puede interferir en varios medicamentos, entre ellos, los medicamentos para el corazón, los anticoagulantes, las píldoras anticonceptivas, la quimioterapia, los medicamentos para el VIH o sida y los que se usan para evitar el rechazo de órganos después de un trasplante. Además, evita tomar la hierba de san Juan mientras tomas antidepresivos porque la combinación produce efectos secundarios graves.
  • SAMe. Este suplemento dietario es la forma sintética de una sustancia química que se encuentra naturalmente en el organismo. Su nombre es la forma breve de referirse a la S-adenosilmetionina. La SAMe no está aprobada por la FDA para tratar la depresión en los Estados Unidos. Podría ser de ayuda, pero se necesita más investigación para comprobarlo. La SAMe podría ocasionar manía en personas con trastorno bipolar.
  • Ácidos grasos omega 3. Estas grasas saludables se encuentran en los pescados de agua fría, las semillas de lino, el aceite de lino, las nueces y otros alimentos. Se están estudiando los suplementos de omega-3 como posible tratamiento para la depresión. Si bien, por lo general, se consideran seguros, las dosis altas de suplementos de omega-3 podrían interactuar con otros medicamentos. Se necesitan más investigaciones para determinar si comer alimentos con ácidos grasos omega 3 puede ayudar a aliviar la depresión.

La Administración de Alimentos y Medicamentos no supervisa los productos nutricionales y dietéticos de la misma manera que los medicamentos. No siempre sabrás con certeza qué es lo que compras y si es seguro. Además, dado que algunos suplementos a base de hierbas y suplementos dietéticos pueden interferir en la acción de los medicamentos recetados o provocar interacciones peligrosas, habla con el médico o el farmacéutico antes de tomar cualquier suplemento.

Conexiones cuerpo-mente

Los profesionales de medicina integrativa creen que la mente y el cuerpo deben estar en armonía para que te mantengas saludable. Algunos ejemplos de técnicas psicosomáticas que pueden resultar útiles para la depresión son:

  • Acupuntura
  • Técnicas de relajación como yoga o taichí
  • Meditación
  • Imágenes guiadas
  • Masoterapia
  • Musicoterapia o terapia de arte
  • Espiritualidad
  • Ejercicio aeróbico

Por lo general, depender únicamente de estas terapias no es suficiente para tratar la depresión. Pueden resultar útiles cuando se utilizan junto con medicamentos y psicoterapia.

Estrategias de afrontamiento y apoyo

Habla con tu médico o terapeuta sobre cómo mejorar tu capacidad de enfrentar desafíos o situaciones, e intenta seguir estos consejos:

  • Simplifica tu vida. Cuando sea posible, restringe tus obligaciones y fíjate metas razonables. Permítete hacer menos cosas cuando te sientas deprimido.
  • Escribe un diario. Escribir un diario, como parte de tu tratamiento, puede mejorar tu estado de ánimo al permitirte expresar dolor, enojo, miedo u otras emociones.
  • Lee libros y páginas web de autoayuda que sean reconocidos. Tu médico o terapeuta puede recomendarte libros o sitios web para leer.
  • Busca grupos de ayuda. Muchas organizaciones, como la National Alliance on Mental Illness (Alianza Nacional sobre Enfermedades Mentales, NAMI) y la Depression and Bipolar Support Alliance (Alianza de Apoyo a Personas con Depresión y Trastorno Bipolar), ofrecen educación, grupos de apoyo, asesoramiento psicológico y otros recursos para ayudar con la depresión. Los programas de asistencia a empleados y los grupos religiosos también pueden ofrecer ayuda para problemas relacionados con la salud mental.
  • No te aísles. Intenta participar en actividades sociales y reunirte con familiares o amigos periódicamente. Los grupos de apoyo para personas con depresión pueden ayudarte a ponerte en contacto con personas que enfrentan desafíos similares y compartir experiencias.
  • Aprende maneras de relajarte y controlar el estrés. Por ejemplo, mediante meditación, relajación muscular progresiva, yoga y taichí.
  • Estructura tu tiempo. Planifica tu día. Quizás descubras que te resulta útil hacer una lista de las tareas diarias, usar notas adhesivas como recordatorios o un planificador para mantenerte organizado.
  • No tomes decisiones importantes cuando estés deprimido. Evita la toma de decisiones cuando estás deprimido, pues quizás no pienses con claridad.

Preparación para la consulta

Puedes consultar con tu médico de atención primaria, o el médico puede derivarte a un profesional de salud mental. La siguiente información te ayudará a prepararte para la consulta.

Qué puedes hacer

Antes de la consulta, haz una lista con lo siguiente:

  • Cualquier síntoma que hayas tenido, incluso los que parezcan no tener relación con el motivo de tu consulta
  • Tu información personal más importante, incluso lo que te genere mayor estrés o cualquier cambio reciente en tu vida
  • Todos los medicamentos, las vitaminas u otros suplementos que estés tomando, y sus dosis
  • Preguntas para hacerle al médico o al profesional de salud mental

Si es posible, lleva a un familiar o amigo para que te ayude a recordar toda la información proporcionada durante la consulta.

Estas son algunas preguntas básicas para hacerle al médico:

  • ¿La depresión es la causa más probable de mis síntomas?
  • ¿Cuáles son otras causas posibles de mis síntomas?
  • ¿Qué tipos de pruebas tendré que hacerme?
  • ¿Cuál es el tratamiento que probablemente tenga mejor resultado para mí?
  • ¿Cuáles son las alternativas al enfoque principal que sugieres?
  • Tengo otros problemas de salud. ¿Cuál es la mejor manera de controlarlos en forma conjunta?
  • ¿Debo respetar alguna restricción?
  • ¿Debería consultar a un psiquiatra o a otro profesional de salud mental?
  • ¿Cuáles son los principales efectos secundarios de los medicamentos que me estás recomendando?
  • ¿Existe alguna alternativa genérica al medicamento que me recetas?
  • ¿Hay folletos u otro material impreso que pueda consultar? ¿Qué sitios web me recomiendas?

No dudes en hacer otras preguntas durante la consulta.

Qué esperar del médico

Probablemente el médico te hará una serie de preguntas. Prepárate para responderlas, de manera que ahorres tiempo y puedas dedicarlo a repasar los puntos en los que quieras concentrarte. El médico puede preguntarte lo siguiente:

  • ¿Cuándo fue la primera vez que tú o tus seres queridos notaron los síntomas de depresión?
  • ¿Desde cuándo te sientes deprimido? ¿Te sientes triste habitualmente, o tu estado de ánimo fluctúa?
  • ¿Tu estado de ánimo cambia de triste a intensamente feliz (eufórico) y lleno de energía?
  • ¿Alguna vez tienes pensamientos suicidas cuando te sientes triste?
  • ¿Los síntomas interfieren en tu vida diaria o tus relaciones?
  • ¿Tienes algún familiar consanguíneo que tenga depresión u otro trastorno del estado de ánimo?
  • ¿Qué otras enfermedades físicas o mentales tienes?
  • ¿Tomas bebidas alcohólicas o consumes drogas recreativas?
  • ¿Cuánto duermes en la noche? ¿Cambia con el tiempo?
  • ¿Existe algo que, al parecer, esté mejorando los síntomas?
  • ¿Existe algo que, al parecer, esté empeorando los síntomas?