Adopta una actitud asertiva: reduce el estrés y comunícate mejor

La asertividad te puede ayudar a controlar el estrés y la ira, y a mejorar tu capacidad de enfrentar desafíos o situaciones. Reconoce la conducta y la comunicación asertivas, y aprende a ponerlas en práctica.

Escrito por el personal de Mayo Clinic

Ser asertivo es una habilidad de comunicación fundamental. La asertividad te permite expresarte de forma eficaz y defender tu punto de vista. También puede ayudarte a hacer esto a la vez que respetas los derechos y creencias de los demás.

Ser asertivo también te puede ayudar a aumentar tu autoestima y a ganarte el respeto de los demás. Esto puede ayudar en el manejo del estrés. Puede ayudarte especialmente a reducir el estrés si tiendes a asumir demasiadas responsabilidades porque te es difícil decir que no.

Algunas personas parecen ser naturalmente asertivas. Pero si no eres asertivo, puedes aprender a serlo.

Por qué la comunicación asertiva funciona

Debido a que la asertividad se basa en el respeto mutuo, es un tipo de comunicación diplomática y eficaz. Al ser asertivo demuestras que te respetas a ti mismo, ya que estás dispuesto a defender tus intereses y a expresar lo que piensas y sientes. También demuestras que eres consciente de los derechos de los demás y estás dispuesto a resolver los conflictos.

Desde luego, no solo es importante lo que digas (el mensaje), sino también la manera en que lo digas. La comunicación asertiva es directa y respetuosa. Con ella, tendrás más probabilidades de que tu mensaje se transmita con éxito. Si te comunicas de un modo muy pasivo o muy agresivo, es posible que tu mensaje no llegue porque los demás estarán más concentrados en reaccionar a tu forma de comunicarlo.

El comportamiento asertivo en comparación con el comportamiento pasivo

Si tu estilo es pasivo o no asertivo, puedes parecer tímido o demasiado tolerante. Es posible que suelas decir cosas como "Me adaptaré a lo que el grupo decida". Tiendes a evitar el conflicto. ¿Por qué es eso un problema? Porque el mensaje que estás enviando es que tus pensamientos y sentimientos no son tan importantes como los de otras personas. En esencia, cuando eres demasiado pasivo, dejas que los demás ignoren tus deseos y necesidades.

Piensa en este ejemplo: dices que sí cuando un colega te pide que te hagas cargo de un proyecto, aunque ya estás ocupado. Este trabajo adicional significa que tendrás que hacer horas extras y perderte el partido de fútbol de tu hija. Tu intención puede ser mantener la paz. Pero decir siempre que sí puede envenenar tus relaciones. Y peor aún, puede causarte un conflicto interno porque tus necesidades y las de tu familia siempre están en segundo plano.

El conflicto interno que puede generar este comportamiento pasivo puede llevar a lo siguiente:

  • Estrés
  • Resentimiento
  • Ira creciente
  • Sentimientos de victimización
  • Deseo de venganza
  • Dudas o cuestionamiento de tu propia capacidad de juicio

Comportamiento asertivo o comportamiento agresivo

Ahora piensa en el otro estilo. Si tienes un estilo agresivo, te pueden ver como una persona intimidante que ignora las necesidades, los sentimientos y la opinión de los demás. Puedes parecer engreído o superior. Las personas muy agresivas abochornan, amedrentan y atemorizan a los demás, e incluso pueden intimidar físicamente.

Quizá pienses que el ser agresivo te permite obtener lo que deseas. Sin embargo, esto tiene su costo. La agresión menoscaba la confianza y el respeto mutuo. Los demás pueden resentirse y tratar de evitarte o ponerse en tu contra.

Comportamiento asertivo o comportamiento pasivo-agresivo

Ahora piensa en el comportamiento pasivo-agresivo. Si te comunicas de manera pasivo-agresiva, podrías decir que sí cuando quieras decir que no. Podrías ser sarcástico o quejarte de los demás a sus espaldas. En lugar de confrontar un tema directamente, podrías mostrar tu ira y tus sentimientos a través de tus acciones o una actitud negativa. Puede que hayas desarrollado un estilo pasivo-agresivo porque te sientes incómodo siendo directo con tus necesidades y sentimientos.

¿Cuáles son los inconvenientes de un estilo de comunicación pasivo-agresivo? Con el tiempo, el comportamiento pasivo-agresivo daña las relaciones y menoscaba el respeto mutuo. Esto hará que te sea difícil lograr tus objetivos y satisfacer tus necesidades.

Los beneficios de ser asertivo

Ser asertivo se considera generalmente un estilo de comunicación más saludable. La asertividad ofrece muchos beneficios. Ayuda a evitar que la gente se aproveche de ti. También puede ayudarte a que no seas intimidante frente a los demás.

Comportarte de forma asertiva puede ayudarte con lo siguiente:

  • Ganar confianza en uno mismo y autoestima
  • Adquirir un sentido de empoderamiento
  • Comprender y reconocer tus sentimientos
  • Obtener el respeto de los demás
  • Mejorar la comunicación
  • Crear situaciones en las que todos salgan ganando
  • Mejorar tus habilidades para tomar decisiones
  • Desarrollar relaciones sinceras
  • Obtener más satisfacción laboral

Aprender a ser más asertivo también puede ayudarte a expresar eficazmente tus sentimientos cuando te comunicas con los demás sobre problemas.

Aprender a tener una actitud asertiva

La gente desarrolla diferentes estilos de comunicación basados en sus experiencias de vida. Tu estilo puede estar tan arraigado que ni siquiera eres consciente de cuál es. La gente tiende a mantener el mismo estilo de comunicación a lo largo del tiempo. Pero si quieres cambiar tu estilo de comunicación, puedes aprender a comunicarte de forma más saludable y eficaz.

Estos son algunos consejos para ayudarte a ser más asertivo:

  • Evalúa tu estilo. ¿Expresas tus opiniones o te quedas callado? ¿Aceptas más trabajo aunque tengas la agenda completa? ¿Juzgas o culpas a los demás con facilidad? ¿La gente parece tener miedo de hablar contigo? Conoce tu estilo antes de empezar a hacer cambios.
  • Usa frases en primera persona. El uso de frases en primera persona les permite a los demás saber lo que piensas o sientes sin que parezcas acusatorio. Por ejemplo, di "No estoy de acuerdo" en lugar de "Estás equivocado". Si tienes que pedir algo, di "Me gustaría que me ayudaras con esto" en lugar de "Tienes que hacer esto". Haz que tus pedidos sean simples, específicos y claros.
  • Practica decir que no. Si te cuesta decir que no a un pedido, intenta decir: "No, no puedo hacerlo ahora". Recuerda que con decir no es suficiente, y que no necesitas explicar el motivo. No dudes. Sé directo. Si necesitas dar una explicación, que sea breve.
  • Practica lo que quieres decir. Si te cuesta decir lo que quieres o piensas, practica con situaciones generales que te suelen ocurrir. Di lo que quieras decir en voz alta. También te puede ayudar escribirlo primero, para que puedas practicar a partir de un guion. Considera la posibilidad de practicar un juego de roles con un amigo o colega y pedir una opinión clara.
  • Usa el lenguaje corporal. La comunicación no es solo verbal. Actúa con confianza aunque no la tengas. Mantén una postura erguida, pero inclínate un poco hacia adelante. Haz contacto visual constantemente. Mantén una expresión facial neutral o positiva. No cruces los brazos ni las piernas. Mira de frente a la persona. Practica el lenguaje corporal asertivo frente a un espejo o con un amigo o colega. Además de lo que dices, el lenguaje corporal y las expresiones faciales también son importantes.
  • Mantén las emociones bajo control. El conflicto es difícil para la mayoría de las personas. Tal vez te enfades o te frustres, o tal vez tengas ganas de llorar. Aunque estos sentimientos son usuales, pueden interferir en la resolución de conflictos. Si estás muy exaltado frente a una situación, espera un poco si es posible. Luego, esfuérzate por mantener la calma. Respira lentamente. Tu voz tiene que ser homogénea y firme.
  • Comienza de a poco. Al principio, practica tus nuevas habilidades en situaciones de bajo riesgo. Por ejemplo, prueba tu asertividad con tu pareja o un amigo antes de abordar una situación difícil en el trabajo. Evalúate después y modifica tu enfoque según sea necesario.

Cuándo necesitas ayuda con la asertividad

Recuerda, la asertividad se aprende con tiempo y práctica. Si no te expresas desde hace muchos años, la asertividad probablemente no suceda de la noche a la mañana. O bien, si la ira te vuelve muy agresivo, puede que necesites aprender algunas técnicas de control de la ira.

Si a pesar de esforzarte al máximo no estás logrando ser más asertivo, considera un entrenamiento formal de asertividad. Además, si ciertos problemas como la ira, el estrés, la ansiedad o el miedo se interponen en tu camino, considera la posibilidad de hablar con un profesional de la salud mental. La recompensa valdrá la pena. Al ser más asertivo, podrás comenzar a expresar tus verdaderos sentimientos y necesidades con mayor facilidad. Incluso es posible que obtengas más resultados de los que esperas.

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Jan. 20, 2024 See more In-depth