No permitas que la idea de meditar correctamente aumente tu estrés. Si lo deseas, puedes asistir a centros especiales para meditación o a clases grupales dirigidas por instructores capacitados. Pero también puedes fácilmente practicar la meditación por tu cuenta. También hay muchas aplicaciones que puedes utilizar.
Además, puedes practicar la meditación de manera formal o informal, según tus preferencias. Algunas personas hacen de la meditación parte de su rutina diaria. Por ejemplo, pueden comenzar y terminar su día con una hora de meditación. Aunque, en realidad, lo único que necesitas son unos pocos minutos al día para meditar.
Respira profundamente. Es bueno para principiantes, ya que respirar es una función natural.
Dirige toda tu atención a la respiración. Siente y escucha tu respiración mientras inhalas y exhalas por la nariz. Respira profundamente y despacio. Cuando tu mente divague, vuelve de a poco a prestar atención a tu respiración.
Observa tu cuerpo. Cuando apliques esta técnica, dirige tu atención a cada parte de tu cuerpo. Toma conciencia de cómo se siente tu cuerpo. Puede sentir dolor, tensión, calidez o relajación.
Combina la técnica de observar tu cuerpo con ejercicios de respiración y piensa que inhalas y exhalas calor o relajación hacia las distintas partes de tu cuerpo y desde estas.
- Repite un mantra. Puedes crear tu propio mantra. Puede ser religioso o no. Algunos ejemplos de mantras religiosos incluyen la oración de Jesús en la tradición cristiana, el nombre sagrado de Dios en el judaísmo o el mantra om del hinduismo, budismo y otras religiones orientales.
Camina y medita. Meditar mientras caminas es una forma buena y saludable de relajarse. Puedes usar esta técnica en cualquier lugar por el que camines; por ejemplo, en un bosque, una acera de la ciudad o el centro comercial.
Cuando apliques este método, reduce la velocidad al caminar para concentrarte en cada movimiento de tus piernas o pies. No prestes atención al lugar al que vas. Presta atención a tus piernas y pies. Repite en tu mente verbos de acción, como levantar, mover y asentar, mientras levantas el pie, mueves la pierna hacia delante y asientas el pie en el suelo. Dirige tu atención a lo que ves, escuchas y hueles a tu alrededor.
Ora. La oración es el tipo de meditación que más se conoce y practica. Existen oraciones, ya sean orales o escritas, en la mayoría de las tradiciones religiosas.
Puedes orar con tus propias palabras o leer oraciones que otras personas han escrito. Para ver algunos ejemplos, visita la sección de autoayuda de tu librería más cercana. Habla con tu rabino, sacerdote, pastor u otro líder espiritual sobre posibles recursos.
Lee y reflexiona. Muchas personas afirman que se benefician al leer poemas o textos sagrados, y al tomarse un momento para reflexionar sobre sus significados.
Puedes escuchar música sacra, palabras o cualquier música que te relaje o inspire. Puedes escribir tus pensamientos en un diario y hablar sobre ellos con un amigo o un líder espiritual.
- Enfoca tu amor y bondad. En este tipo de meditación, piensa en los demás con sentimientos de amor, compasión y bondad. Esto puede ayudar a que te sientas más conectado con el resto de las personas.