Mayo Clinic ha ocupado un lugar especial en nuestros corazones desde el 8 de enero de 1996.

Nuestro viaje comenzó en 1995, cuando mi esposo Denny fue diagnosticado en Mayo con insuficiencia renal terminal como consecuencia de la diabetes. Me incentivaron a ser donante cuando Denny necesitaba un trasplante renal.

Los médicos me extirparon el riñón y se lo dieron a Denny. Inmediatamente, mi esposo se sintió como una persona nueva. Denny recibió 17 años más de vida gracias a esta cirugía y al equipo de atención médica que se aseguró de que estuviera bien. De hecho, él y yo pudimos hacer muchos viajes fuera del país después del trasplante.

Denny se especializó en geografía en la universidad y cumplió sus sueños de visitar muchos lugares del mundo gracias a esta cirugía que le salvó la vida.

Denny murió en 2013. Mi deseo es que nuestra donación a la investigación de Mayo Clinic para la diabetes pueda ayudar a marcar una diferencia en la calidad de vida de otras personas.

• — Ione Barron
• Mankato, Minnesota
• Miembro de El legado de Mayo

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