Momentos en los que se permite cometer errores

Los centros de simulación de Mayo Clinic recrean situaciones en las que se imita la realidad para preparar a las personas responsables del cuidado de los pacientes para cualquier circunstancia

Escrito por el personal de Mayo Clinic

Los estudiantes y el personal de Mayo Clinic aprenden técnicas para salvar vidas mediante la capacitación con simulaciones.

Un código azul es tan grave como el que se presenta en un hospital. Un paciente entra en paro cardíaco o respiratorio y necesita atención inmediata para salvar su vida.

El equipo de médicos, enfermeros y otros miembros del personal debe tomar decisiones en fracciones de segundos mientras se apuran por realizar reanimación cardiopulmonar (RCP), colocan sondas intravenosas y conectan monitores.

Más allá de lo que vemos en televisión, el código azul no es muy común; en la mayoría de los hospitales se presenta en promedio uno por mes. Sin embargo, cuando solo el 15 % de los pacientes sobrevive a un código azul por paro cardíaco en todo el país, la práctica puede hacer la diferencia entre la vida y la muerte.

“Puedes leer todo el día sobre la teoría, pero hasta que no haces en el momento, realmente no lo aprendes”, dice el residente de medicina interna William C. Palmer, M. D., quien supo que sus habilidades eran aceptables una noche horrible en el hospital de Mayo Clinic en Florida.

Él y su equipo atendieron cuatro códigos azul por paro cardíaco en tres pacientes. Realizaron aproximadamente 15.000 compresiones en el pecho, 3 intubaciones de las vías respiratorias y 14 electrochoques.

El equipo salvó la vida de todos los pacientes. Dice que todo fue gracias a la capacitación mediante simulaciones.

“Los cursos de simulación de códigos han hecho que al enfrentarnos a un código seamos significativamente más eficientes y organizados”, dice el Dr. Palmer.

Es seguro equivocarse

En la actualidad, la capacitación mediante simulaciones es una experiencia increíblemente realista.

Los centros de simulación de Mayo Clinic están llenos de habitaciones que son réplicas exactas de los espacios clínicos: quirófanos, unidades de cuidados intensivos, departamentos de emergencia e incluso habitaciones de pacientes.

Algunos "pacientes" son maniquíes de tecnología avanzada que hablan, sudan, sangran, cambian el tamaño de la pupila y muestran síntomas médicos que pueden aparecer en diversas enfermedades, desde problemas cardíacos hasta deshidratación. Otros pacientes son actores entrenados que trabajan junto con el personal para representar escenarios de manera exacta. La tecnología de última generación simula cirugías robóticas, colonoscopias, cirugías laparoscópicas complejas, ecografías, fluoroscopías y otras técnicas de diagnóstico por imágenes.

El ambiente similar a la vida real permite que el personal practique una y otra vez, y cometa errores en un ambiente seguro. Sin hablar jamás con un paciente, pueden adquirir experiencia en los escenarios más complejos, como cuatro alertas de código azul en una sola noche.

"En nuestro centro de simulación, podemos recrear todos los tipos de escenarios o situaciones exactas que te puedas imaginar", dice David D. Thiel, M. D., director médico del nuevo Centro de Simulación J. Wayne y Delores Barr Weaver en Florida. El centro se puede conectar con los otros dos centros de capacitación mediante simulación de Mayo en Minnesota y Arizona, con el fin de dirigir de manera eficiente simulacros que afecten a los tres lugares.

Sin embargo, a pesar de que las simulaciones médicas son capaces de ayudar a que los cirujanos, los enfermeros y el personal de limpieza tengan un mejor y más rápido desempeño, no se cuenta con subvenciones o recursos de financiación del sector. Mayo Clinic se asocia con generosos benefactores para incluir la simulación en su educación médica.

"La simulación ofrece un entorno en el que podemos exigirnos con casos complejos y practicar para reducir el riesgo para el paciente", dice el Dr. Palmer.