Con los avances en terapia con células madre es posible que Ralph Johnsen recupere el funcionamiento del riñón.
Ralph Johnsen se estaba quedando sin opciones.
En 2006, los médicos locales diagnosticaron a este hombre originario de Dakota del Sur, en ese entonces de 72 años, estenosis de la arteria renal en el riñón izquierdo. Esta enfermedad provoca el estrechamiento de las arterias que transportan la sangre al riñón, lo que impide que la sangre rica en oxígeno llegue al órgano. Esto puede derivar en presión arterial alta y daño renal.
Durante todos estos años, a Ralph le colocaron tres estents para dilatar la arteria afectada y restablecer el flujo sanguíneo. Sin embargo, la arteria se había vuelto a estrechar y el riñón estaba dejando de funcionar. La colocación de un cuarto estent no era una opción viable. El único tratamiento alternativo aprobado requería el trasplante de una vena de la pierna de Ralph al riñón.
"Me parecía una buena idea, hasta que me dijeron que la tasa de mortalidad era del 10 %", dice él.
Luego, el médico Stephen C. Textor de Mayo Clinic le ofreció a Ralph otra posibilidad. El Dr. Textor se encontraba realizando un ensayo clínico para comprobar si las propias células madre de una persona podían reparar las arterias y los tejidos dañados por la estenosis de la arteria renal. Las células que estaba usando eran, por un lado, capaces de crear vasos sanguíneos (angiogénicos) y, por otro, antiinflamatorias.
"Entonces, las células ayudan a reparar los vasos", explica el Dr. Textor. "Y generan una respuesta antiinflamatoria que ayuda a recuperar la función".
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La doctora en medicina de Mayo, Lilach O. Lerman, ya había realizado un gran número de estudios en animales en el laboratorio renovascular. En estos estudios se concluyó que estas células eran seguras y capaces de permitir la regeneración del tejido renal dañado, pero dar el salto y aplicar este procedimiento en seres humanos siempre es un poco riesgoso. El Dr. Textor afirma que el 90 % de los tratamientos que funcionan en los animales no funcionan en las personas.
Stephen C. Textor, M. D.
“Los ensayos clínicos son necesarios porque muchas cosas que funcionan bien en los animales no son eficaces o son demasiado tóxicas en los seres humanos”, explicó el Dr. Textor. “Es un gran paso aplicar estas técnicas en seres humanos”.
Si Ralph estaba interesado, él podía ser el primer paciente en probar las células.
“Le dije que si funcionaba en las ratas, tenía que funcionar conmigo”, bromea Ralph. En mayo de 2013, Ralph se inscribió en el ensayo y se embarcó en un viaje para saber si esto efectivamente iba a ser así.
Para crear las células madre, los investigadores hicieron una pequeña incisión en el abdomen de Ralph para recolectar un poco de grasa abdominal. (“Les dije que me retirasen más grasa, pero no quisieron”). Luego, los investigadores separaron las células madre del tejido y aumentaron su capacidad de promover la función renal. Durante las siguientes seis semanas, los investigadores hicieron crecer las células madre en la cantidad necesaria para el tratamiento y las inyectaron en el riñón de Ralph.
Debido a que las células se extraen del propio cuerpo de Ralph, no existen problemas de rechazo.
Si el tratamiento restablece con éxito el flujo sanguíneo a los riñones, podría tener implicancias en otros tipos de problemas renales, además de enfermedades pulmonares, cardíacas y hepáticas, donde los vasos sanguíneos estrechos desempeñan un papel fundamental.
Los primeros estudios en los voluntarios humanos se realizaron con el apoyo del Centro para Bioterapia Regenerativa de Mayo. Los resultados dieron cuenta de una excelente seguridad y tolerancia de la infusión de células madre, y proporcionaron suficientes datos de prueba de concepto para que los Institutos Nacionales de Salud brindaran financiamiento para un estudio de cinco años en 2014.
“Es un gran compromiso y demanda mucha paciencia por parte de los participantes”, explicó el Dr. Textor. Sin embargo, la recompensa podría ser enorme.
“Pensemos en las posibilidades que tendríamos si esto funciona”, comentó Ralph. “Evitaría que las personas tengan que pasar por el calvario de la diálisis. Y pensemos en el dinero que ahorrarían Medicare y otras empresas de seguros. El país necesita más personas como el Dr. Textor. Estoy tan agradecido con él y su equipo por realizar esta investigación y permitirme ser el primero en participar”.
“El Sr. Johnsen es un pionero”, afirmó el Dr. Textor. “Es un explorador”.
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