Laree Perez

Generaciones de una familia que recibieron atención médica en Mayo Clinic

Escrito por el personal de Mayo Clinic

Nacida y criada en un rancho en Nuevo México, Laree Pérez creció al norte de la ciudad de Roswell, Nuevo México. Se esperaba que ella y sus primos trabajaran a diario temprano en la mañana y tarde en la noche con el ganado vacuno y ovino, y cuidaran de los cerdos, pollos y caballos. "Fue maravilloso y divertido. Nunca nos quejamos ni hicimos preguntas. Éramos niños que trabajaban", dice.

En 1939, el padre de Laree, Ramón Pérez Jr., se fracturó la pierna mientras trabajaba en el rancho. Sólo tenía ocho años. La pierna de Ramón requería otra cirugía que no estaba disponible en Albuquerque, Nuevo México. Los abuelos de Laree, que solo hablaban español, subieron al tren para un viaje de dos días a Mayo Clinic con Ramón como su intérprete. Su familia todavía cuenta la historia de cómo Mayo salvó la pierna de su padre.

"Irónicamente, la historia mostraría que alrededor de cada 10 años (1939, 1949, 1959) alguien en mi familia tenía una enfermedad que amenazaba su vida. Y en sus mentes, lo único que podían hacer era ir a Mayo Clinic. Así que eso es lo que hicieron", dice Laree.

Siguiendo los pasos de su familia, en 1989 Laree acudió a Mayo Clinic cuando estuvo enferma. Finalmente, se mudó a Arizona en 2010, solo para estar más cerca de Mayo Clinic.

"Trabajo duro y siento que si hay algo que pueda hacer para que la vida de otra persona sea un poco más fácil, un poco mejor, un poco más feliz, entonces lo haré", dice.

Laree cita a su colega exalumno de Baylor University (Universidad de Baylor), el autor Robert Fulghum, cuando piensa en su reunión con Kerri: "Puede que nunca tengas pruebas de tu importancia, pero eres más importante de lo que piensas. Cada persona que pasa por la vida sin saberlo deja algo atrás".

La familia Pérez confió en Mayo Clinic por generaciones. Mayo Clinic agradece su apoyo a nuestra misión para proporcionar salud y bienestar a todos.