Gracias a que recibía la terapia con rayo de protones cerca de su hogar, Airick Amaya, de 4 años de edad, estuvo rodeado de sus familiares todos los días.
Airick Amaya fingió ser Batman mientras daba vueltas y patadas al aire. Pero, esta vez, fue recompensado con dulces. Era Halloween, y como cualquier otro niño de 4 años, tenía un objetivo: llenar su cubo de truco o trato hasta el tope.
Al día siguiente, todavía excitado por los dulces, Airick estaba saltando en el sofá cantando cuando se cayó y se golpeó la cabeza. “Pensé que había comido demasiados dulces”, dice su madre, Vanessa Bonillas. Pero, cuando empezó a vomitar durante lo que parecieron horas, Vanessa sospechó otra cosa.
Los padres de Airick lo llevaron al departamento de emergencias del Hospital de niños de Phoenix. “No dejaba de pensar que seguramente se había golpeado la cabeza muy fuerte para estar tan mal”, dice Vanessa. Airick fue admitido por una hemorragia en su cerebro.
Una resonancia magnética posterior confirmó un tumor del tamaño de una pelota de golf en el lado izquierdo del cerebro de Airick. La cirugía se programó de inmediato. Vanessa confiesa: “Dos semanas antes, tuve la sensación desgarradora de que algo andaba mal. Pensé en mi familia y en mí, pero no pude precisar exactamente qué pasaba. Nunca pensé que este sentimiento sería por mi hijo”.
Airick siempre ha sido un niño sano y alegre, sin problemas de visión ni otros síntomas. Sus días suelen estar llenos de citas de juego con su abuela y de ciclismo de tierra y en cuatro ruedas con su hermano mayor. “Es un niño increíble y especial que derrite los corazones con su sonrisa contagiosa”, dice Vanessa.
Los cirujanos del Hospital de niños de Phoenix pudieron extirpar el tumor visible. Se enviaron muestras del tumor para su evaluación, lo que reveló que Airick tenía un tumor poco frecuente en niños llamado glioblastoma multiforme. “El glioblastoma es la forma más agresiva de cáncer cerebral y uno de los tumores más difíciles de tratar”, dice Thomas B. Daniels, M.D., radiooncólogo de Airick en Mayo Clinic.
“Recibimos el mejor regalo de Navidad del mundo cuando la resonancia magnética de Airick reveló que el tumor había desaparecido”, dice Vanessa. Para no dañar la parte no afectada del cerebro y para irradiar las partes que se extienden más allá del tumor que no se pueden ver en una resonancia magnética, los médicos de Airick recomendaron la radioterapia de protones en Mayo Clinic.
Justo a tiempo
"Cada día, Airick me enseña algo, como tener más paciencia, creer, ser positiva y tener más esperanza, porque siempre hay luz al final del túnel", dice Vanessa.
Aunque dice que está en paz con la situación, admite que si tuviera que dejar a su familia para viajar con Airick a otro estado para la radioterapia de protones, ese no sería el caso.
"Estoy muy contenta de que el programa de Mayo Clinic se haya abierto justo a tiempo para el tratamiento de mi hijo", dice.
El Programa de Radioterapia de Protones se abrió en Rochester, Minnesota, en mayo de 2015 y en Phoenix en marzo de 2016. Uno de cada cinco pacientes es un niño. A diferencia de la radiación convencional, la radioterapia de protones utiliza la exploración con haces de lápiz para administrar radiación concentrada en el tumor y minimizar la exposición al tejido sano circundante.
Airick se despertó después de la sedación para su último tratamiento, besó a su perro de peluche y abrazó a su madre. Después de 30 tratamientos durante 42 días, Airick, su familia y su equipo de atención tocaron la campana de celebración con entusiasmo.
"El hecho de que Airick se golpeara la cabeza cuando cayó del sofá fue un milagro de Dios", explica Vanessa. "Si no se hubiera golpeado la cabeza, nunca hubiéramos sabido que tenía este tumor hasta que fuera demasiado tarde".
Cómo Crear Nuevos Recuerdos
Unos meses después del tratamiento, la familia celebró en Walt Disney World el Wish Trip (viaje de deseos) de la Fundación Make-A-Wish de América de Airick, donde conoció a su personaje favorito de Disney, Olaf, de Frozen. "Esta distracción nos dio el tiempo para ser una familia y disfrutar el momento. Todo lo demás podía esperar hasta que llegáramos a casa", dice Vanessa.
Durante el verano, pasaron tiempo en la playa, donde Airick pudo añadir conchas y rocas a su creciente colección.
"Las vacaciones del año pasado fueron muy, muy duras para nosotros", dice Vanessa. "Estamos deseando que Airick vuelva a su vida normal y que no se despierte todas las mañanas y pregunte: 'Mamá, ¿a qué hospital vamos hoy?' Preferiría escucha: '¿Qué dibujo animado puedo mirar o de qué me puedo disfrazar para Halloween este año?'"
Tu apoyo anima a los espíritus de los pacientes a brillar en el Proton Beam Therapy Program (Programa de Terapia de Rayos de Protones) de Mayo Clinic en Minnesota y Arizona.