“Cuando vine a Saint Marys, fue como llegar a casa”, opina Big Jim.
El vuelo de 2005 parecía igual que cualquier otro para Crossingham Jr. Corrían los últimos días de octubre, las condiciones climáticas eran buenas, estaba despejado y su pequeño avión avanzaba perfectamente mientras lo piloteaba desde Casper, Wyoming, hasta su granja en Kaycee, Wyoming. Su hijo, James Crossingham III, iba a su lado en el asiento del acompañante. Pero no sabían que Big Jim, como la familia llama al padre, tenía una afección cardíaca no diagnosticada. Se presentó por primera vez cuando estaba aterrizando su avión.
Durante el incidente cardíaco, Big Jim detuvo el avión a 30 pies (9 metros) sobre la pista de aterrizaje de césped. El avión se estrelló contra el suelo y el cinturón de seguridad de su asiento se desprendió, por lo que Big Jim se golpeó la cabeza contra el panel de instrumentos. Su hijo se fracturó el hombro, y Big Jim sufrió múltiples lesiones en la cabeza.
Un equipo de rescate de emergencia estabilizó a Big Jim en el lugar y lo llevó en helicóptero hasta un hospital cercano. Su pronóstico no era muy alentador. Menos del 10% de las personas que sufren este tipo de lesiones sobrevive. Además estaba el problema de la afección cardíaca. Big Jim y su esposa, Helen, sabían que debían ir a Mayo Clinic para reparar el gran daño que sufrió en el rostro y las fosas nasales. Pero primero, necesitaba una cirugía cardíaca con circulación extracorpórea.
Una vez estable, Big Jim fue trasladado al Mayo Clinic Hospital - Rochester, Saint Marys Campus, por ambulancia aérea y fue ingresado en el Emergency Department (Departamento de Emergencias). Estuvo allí dos meses.
Un hogar lejos del hogar
El ambiente en el campus de Saint Marys le recordó a Big Jim su ciudad natal, Mount Airy, N.C. Muchos afirman que Mount Airy fue la inspiración para Mayberry, la ciudad de ficción de la comedia de 1960 "The Andy Griffith Show". Mount Airy fue la ciudad natal en la vida real de Andy Griffith, con quien Big Jim fue a la escuela.
"Los miembros del personal hacían bromas entre ellos, se llamaban por su nombre", recuerda. "Se notaba que se sentían cómodos unos con otros. Eso te da confianza".
Big Jim nació en Mount Airy en 1929, tres años después de que su padre, James H. Crossingham, trasladara su negocio textil familiar a la ciudad. El negocio fue iniciado hace 37 años por el abuelo de Big Jim en Germantown, Pensilvania. La compañía con el tiempo se convirtió en Spencer's Inc., que fabricaba principalmente pijamas enterizos hasta que cambió su enfoque y comenzó a fabricar ropa para bebés y niños, para adaptarse a la época del "baby boom" después de la Segunda Guerra Mundial.
El padre de Big Jim llevó adelante la pequeña compañía de la ciudad de acuerdo con los valores y la profunda fe de su familia. Le enseñó a Big Jim la importancia de la responsabilidad comunitaria y la lealtad hacia los trabajadores al ser uno de los primeros en el área en ofrecer beneficios para los empleados. Los empleados recompensaron a la compañía con un gran crecimiento, y esta llegó a abarcar 10 acres (4 hectáreas) en el centro de la ciudad y empleaba a más de 2000 personas.
Cuando cumplió 25 años, Big Jim aplicó los valores empresariales que había heredado para fundar Ararat Rock Products Co. en 1955. Big Jim, que ha dicho, "tenemos un manual de políticas, se llama la Biblia", nombró a la compañía en honor al río Ararat que está cerca, cuyo nombre tiene una fuerte conexión bíblica. Muchos creen que el Monte Ararat fue donde Noé atracó el arca después del Gran Diluvio en el libro del Génesis.
Big Jim y Helen convirtieron la compañía en una de las productoras independientes de grava más grandes de Carolina del Norte. Big Jim también fue el director ejecutivo de Spencer's Inc., hasta su cierre en 2007.
Tenaz determinación
Cuando Big Jim llegó a Saint Marys Campus, dice que su rostro era "pulpa" y estaba separado de su cráneo, que estaba fracturado. Además de eso, los médicos tenían que lidiar con su afección cardíaca. Descubrieron un pequeño orificio en su intestino, provocado por el accidente.
Equipos coordinados de personas responsables del cuidado equilibraron todos los procedimientos y las cirugías, incluidas las extensas reparaciones faciales para las que se necesitaron 16 placas de acero, 96 tornillos y 2 piezas de hueso obtenidas de su cráneo.
"Eso es lo que hacemos como cirujanos traumatólogos y de cuidados intensivos. Tratamos las enfermedades agudas que ponen en peligro la vida y coordinamos la atención reconstructiva", explica el cirujano Michael P. Bannon, M.D. "Es lo que Mayo puede hacer. Nuestra gran cantidad de recursos, nuestro compañerismo y nuestro profesionalismo hacen que sea muy fácil trabajar con equipos de esa manera".
Durante la dura recuperación, Big Jim estaba determinado a salir del hospital y retomar su vida. Su esposa Helen, de 53 años, y dos de sus hijas, Honey y Ann, estuvieron a su lado en todo momento. Ann recuerda que "si los médicos le decían a papá que caminara 2 veces alrededor de la unidad, él caminaba 10 veces".
Al poco tiempo, la familia debió afrontar otro golpe devastador. Durante la recuperación de Big Jim, Helen también debió ser internada en Saint Marys Campus, donde falleció como causa de complicaciones de enfermedades anteriores. Tanto Honey como Ann recuerdan lo comprensivo que fue el personal.
Durante ese tiempo, la familia dice que conoció la esencia de Mayo Clinic, cómo todos trabajan en equipo para ayudar a que el paciente se cure. Big Jim llegó a conocer a los 37 miembros del personal de enfermería y a los otros miembros del personal de su unidad, y vio su empatía con los pacientes. Fue testigo de las tranquilas transiciones entre los turnos y los departamentos. Vio la dedicación y el profesionalismo de las personas responsables del cuidado y,al mismo tiempo, los escuchaba reír y bromear entre ellos y con los pacientes. Como un hombre que pasó toda su vida dirigiendo empresas, entendía que este sistema era algo especial.
"Cuando llegué a Saint Marys, fue como llegar a casa", comenta. "Está bien organizado y es eficaz. Las personas se olvidan de la burocracia para hacer su trabajo. Hay respeto, pero un sentido de comunidad".
Él y su familia también sintieron una fuerte presencia espiritual en Saint Marys Campus. Su familia pasó mucho tiempo en el hospital ayudando a su padre a recuperarse. Fueron sus defensores y coordinadores de la atención.
"Te sientes contenido", dice Ann. "Eso no tiene precio para los pacientes y sus familias".
Honey recuerda, "Caminabas por el corredor y escuchabas cómo tocaban música en uno de los dos pianos que están disponibles para los pacientes o huéspedes. Las personas se quedaban a escuchar. Es muy emotivo. Rompe las barreras y anima a las personas a acercarse unas a otras, al tiempo que conoces a personas de todo el mundo".
Cuando Big Jim recibió el alta, quedó conmovido por la dedicación del personal. "Todos vinieron a despedirse", dice. "Algunos incluso vinieron en su día libre".
Hacer la obra de Dios
Big Jim dice que Dios lo salvó para que él pudiese ayudar a otros. Ha delegado las operaciones diarias de la compañía de piedras a su nieto, James Crossingham IV, pero Big Jim todavía trabaja para la compañía, "entregando piedras y comunicando la Palabra de Dios", con su perro y compañero inseparable, Hutch.
También se ha comprometido a garantizar que otras personas "puedan obtener la ayuda que necesitan de Mayo, el mejor lugar del mundo para proporcionarla". Dio un regalo de liderazgo a Mayo Clinic para mejorar aún más la atención de emergencia. Mientras que Saint Marys Campus renueva y amplía su Departamento de Emergencias, la donación ayuda a incorporar herramientas para mejorar la coordinación de la atención y proporcionar datos, para que los científicos puedan mejorar continuamente los métodos de prestación de los servicios. La importante donación de Big Jim al proyecto permite que los pacientes en el futuro reciban la mejor atención, tal como lo hicieron él y su familia.
"Por la gracia de nuestro Señor y Salvador, Jesucristo, y con el extraordinario talento médico y la reverencia por la vida humana de la familia de Mayo Clinic, Helen y yo hemos sido maravillosamente bendecidos", dice. "Nuestro profundo agradecimiento compartido me obliga a ayudar para que Mayo Clinic siga brindando una atención médica compasiva y ejemplar a otras personas".