Los cuidados médicos de Karter
Los investigadores genéticos actúan como sabuesos ya que nunca abandonan la búsqueda para identificar la afección del niño de Minnesota
Escrito por el personal de Mayo Clinic
El equipo de genómica funcional de Mayo Clinic persistió en la búsqueda para identificar la extraña afección de Karter Malcomson.
Karter Malcomson gorjea y gira la cabeza cuando oye su nombre en la voz tranquilizadora de su madre.
"Sabes que estamos hablando de ti, ¿verdad?", dice la madre de Karter, Kerrie. "Karter es un niño muy feliz. Está muy contento. Está muy interesado en todo, especialmente en la gente. Definitivamente es una persona sociable".
Su padre, Zane, le da la vuelta a Karter sobre su regazo y se sonríen.
"Kerrie siempre dice cuánto me ama Karter", dice Zane. "Lo noto cuando llego a casa del trabajo y él se acerca a mí y quiere que lo alce. Tenemos un gran vínculo".
Karter acaba de cumplir 2 años, pero tiene retraso en el crecimiento y las habilidades cognitivas. También tiene un orificio quirúrgico en la parte delantera del cuello hasta la tráquea para ayudarlo a respirar.
"Obviamente es muy pequeño, del tamaño de un niño de 6 u 8 meses, y no camina. Él no hace ninguna de esas cosas normales que hacen los niños de 2 años", dice Kerrie.
Preparación para la llegada de Karter
Kerrie y Zane sabían antes de que Karter naciera en Mayo Clinic en Rochester, Minnesota, que tendría problemas de salud. Karter había dejado de crecer en el útero y le estaban saliendo dedos adicionales, un signo de un trastorno genético. Pasó tres meses en la Newborn Intensive Care Unit (Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales).
A medida que Karter transitaba sus primeros meses de vida, los padres estaban preocupados.
"Antes del diagnóstico, lo peor era la incertidumbre, el hecho de no saber. Te preguntas: '¿Cómo puedo ayudar a mi hijo? No sé lo que estoy haciendo. Ni siquiera sé lo que tiene'", dice Kerrie.
Pero los síntomas de Karter no correspondían a ninguna categoría bien definida de enfermedades raras. Incluso en una institución que atiende a más de 1.3 millones de personas cada año con un amplio espectro de afecciones complejas, sus médicos se dieron cuenta de que había algo diferente en el trastorno genético poco común de Karter.
El Departamento de Genómica Clínica de Mayo Clinic consulta a médicos que tratan a pacientes como Karter. Su caso lo vio el genetista clínico Pavel N. Pichurin, M.D. El Dr. Pichurin y sus colegas intentan determinar el trastorno genético y proporcionar a los pacientes un diagnóstico a través de la revisión de publicaciones científicas y análisis.
Pero ¿qué sucede si, después de que se hayan completado todas las pruebas, los síntomas que presenta una persona no coinciden con los resultados, o los resultados no son concluyentes? ¿Qué sucede si no hay respuesta? ¿Qué pasa con casos como el de Karter?
Búsqueda genética de respuestas
Charu Kaiwar, M.D., Ph.D., teme que le pregunten en los eventos sociales: "¿A qué te dedicas?"
"No es una respuesta fácil. La respuesta sería tan larga como un ensayo", dice.
Esto se debe a que el Dr. Kaiwar, un investigador, es parte de un grupo que revisa los casos de personas que tienen trastornos extremadamente raros o no diagnosticados como el de Karter. El Dr. Kaiwar es uno de los miembros del equipo de genómica funcional del Center for Individualized Medicine (Centro de Medicina Individualizada) de Mayo Clinic. El grupo incluye un equipo de expertos en ciencias de laboratorio, recopilación de datos y genética que están trabajando juntos para encontrar respuestas basadas en la genómica a algunas de las preguntas más desconcertantes de los pacientes.
Esto a menudo significa examinar la literatura de miles de casos y la información sobre miles de variantes genéticas en el cuerpo de una persona que pueden o no ser significativas.
"Es extremadamente complicado", dice el Dr. Kaiwar. "Pero hay muchísimo potencial aquí para el futuro".
Esa búsqueda de una respuesta por parte del personal y de los pacientes, que típicamente han sido vistos por diferentes especialistas en otras organizaciones de atención de la salud, puede convertirse en una tarea que consume mucho.
"Normalmente somos el último recurso. Podríamos pasar horas o meses investigando un caso", dice el investigador Filippo Pinto e Vairo, Ph.D. "Si no hacemos esto, es casi imposible que el médico o el asesor genético puedan dedicarle el tiempo necesario.
"Eso es lo que nos motiva. Somos un equipo que trabaja en conjunto con diferentes orígenes. Sabemos que podemos compartir experiencias, aprender unos de otros y proporcionarles algo a los pacientes".
El equipo, que puede revisar hasta 50 casos al mismo tiempo, resuelve aproximadamente el 30% de ellos. Y el porcentaje está aumentando.
"Muchos de los pacientes con un trastorno genético desconocido pasan años intentando controlar sus problemas de salud al mismo tiempo que tratan de determinar qué es realmente la enfermedad que padecen", dice Margot A. Cousin, Ph.D., becaria de investigación en ciencias de la salud. "Concluir la búsqueda de la respuesta proporciona un gran consuelo. Estos pacientes y sus familias finalmente son capaces de dejar de preguntarse cuál es la causa de su enfermedad y concentrarse en aquello que ahora sí podrían ser capaces de predecir".
El cuidado de Karter
Zane, Karter y Kerrie esperaron los resultados de los análisis de Karter mientras el equipo de genómica funcional llevaba a cabo la investigación. El equipo trabajó para verificar las variantes del gen C2CD3 que causaban la enfermedad de Karter, la cual los médicos finalmente diagnosticaron como síndrome oral-facial-digital tipo 14.
Nicole J. Boczek, Ph.D., fue una de las líderes del cuidado de Karter tras bastidores para el equipo de genómica funcional. Ella nunca conoció al alegre niño, pero pasó meses trabajando en su caso.
"Los resultados que arrojaron las pruebas de Karter mostraban dos variantes interesantes, ambas dentro del mismo gen: C2CD3", dice la Dra. Boczek, una genetista molecular. "Solo se había publicado un artículo sobre este gen relacionado con la enfermedad. Y coincidía bastante con los síntomas de Karter. Pero tuvimos que llevar estos hallazgos al siguiente nivel y probar que estas variantes, cuya importancia era incierta, estaban relacionadas con los síntomas de Karter".
Para hacer esto, la Dra. Boczek y el equipo hicieron pruebas de laboratorio adicionales para mostrar que estas variantes genéticas estaban afectando el desarrollo de proteínas e impulsando la enfermedad de Karter. A través del trabajo del equipo, lograron centrarse en un diagnóstico: el síndrome orofaciodigital.
Hay al menos 13 tipos de síndrome orofaciodigital, según la U.S. National Library of Medicine (Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU.). El caso de Karter no encajaba en ninguna de las otras 13 categorías y fue diagnosticado como tipo 14.
"En la bibliografía, se informaron solo nueve casos de personas con esta condición proveniente de este gen", dice la Dra. Boczek. "Como hemos trabajado en el caso de Karter, ahora estamos haciendo un aporte a la bibliografía con cuatro casos más. Es realmente raro, pero es inspirador".
El viaje por delante
Kerrie dice que encontrar una respuesta a la afección de Karter le ha traído paz, mientras que Zane dice que cree que la información les ayudará en el futuro.
"Hay mucho potencial. Sus médicos solo pueden adivinar lo que él podrá hacer, y continúa sorprendiéndonos todos los días", dice Zane. "Eso nos da esperanzas para el futuro".
Los problemas de respiración, sueño y visión de Karter son manejados por un plan de tratamiento integral. También trabaja con un fisioterapeuta semanalmente. Kerrie elogia el cuidado compasivo que Karter y su familia han recibido a cada paso en el camino.
"Realmente he llegado a amar el equipo de atención que tiene ahora", dice Kerrie. "No tengo que preocuparme".
Y Karter, que escucha atentamente y aplaude intermitentemente un juguete musical en su sala de estar, ha demostrado la capacidad de superar cualquier expectativa preconcebida.
Kerrie y Zane esperan que algún día Karter pueda cumplir con objetivos como gatear, cambiar de posición y tal vez caminar. Pero por ahora, están felices de que él sea feliz.
"Karter es un niño feliz, no alguien con problemas de salud", dice Kerrie. "Es muy agradable. Es el mejor amigo de todos".
El Center for Individualized Medicine (Centro para la Medicina Personalizada) de Mayo Clinic utiliza lo último en ciencia genómica para garantizar la mejor atención médica personalizada del paciente.
Una receta para entender la función genética
La genética sigue estando a la vanguardia de la investigación, el diagnóstico y el tratamiento de los pacientes. Pero, ¿cómo influyen los genes y las variantes genéticas de cada persona en su cuidado?
Considera el ejemplo que Nicole J. Boczek, Ph.D., usa cuando habla del papel de la genética:
"Hay billones de células en el cuerpo de una persona, y todas ellas tienen una copia de un 'libro de recetas' (tu ADN). Ese libro de recetas ayuda a que cada célula elabore todas las recetas diferentes para ayudarnos a vivir nuestras vidas todos los días, haciendo que cada célula funcione, ayudando a nuestros corazones a latir, haciendo que nuestro aparato digestivo funcione correctamente, y así sucesivamente.
"Hay errores tipográficos en los libros de recetas de cada persona. Muchas veces, estos errores tipográficos son pequeños, tal vez una palabra se escribe mal, pero no cambia el contenido. Tu cuerpo igualmente puede leer y entender la receta y todo está bien. Pero si hay un error tipográfico en un punto clave, como cambiar la temperatura de cocción de 350 grados Fahrenheit a 550 grados Fahrenheit, esto puede cambiar completamente el producto final y puede causar un problema significativo.
Así que nuestra meta es tratar de encontrar todos los errores tipográficos en cada receta (o gen) y ver cuáles son realmente importantes y hacer cambios significativos en la receta para establecer si va a haber un problema".
El comienzo de un equipo
A finales de la década de 1990, antes de completar su doctorado, Eric W. Klee, Ph.D., se interesó en un campo emergente de la ciencia.
El Dr. Klee, que viene de una familia de médicos, todavía no estaba seguro de intentar obtener un doctorado cuando su mentor Franklyn G. Prendergast, M.D., Ph.D., le dijo que el futuro de la medicina estaría en un campo de estudio en desarrollo.
"Me gustan las computadoras. Me gusta la tecnología, pero también me gusta la medicina", dice el Dr. Klee. "Y el Dr. Prendergast dijo: 'Hay un campo de la ciencia llamado bioinformática. En realidad, todavía no existe y no existirá hasta dentro de unos años, pero cuando lo haga, será importante durante décadas'".
El Dr. Klee hizo un acto de fe, asumiendo que los números lo favorecerían y se graduó con un doctorado en informática de la salud/bioinformática. Se unió a Mayo Clinic en 2005 como uno de los primeros empleados contratados con un título en el campo emergente que utiliza grandes cantidades de datos de salud en pruebas individualizadas y planes de tratamiento para pacientes.
En 2012, Mayo Clinic creó el Programa de Bioinformática bajo la dirección del Centro de Medicina Individualizada. El centro también lanzó la Conferencia de Medicina Individualizada con el fin de proporcionar un espacio de colaboración destinado a mejorar la incorporación de la información genómica a la atención al paciente.
En la conferencia, el Dr. Klee buscó al entonces director del centro, Gianrico Farrugia, M.D., y al administrador asociado Scott A. Beck para proponerles la idea de formar un equipo que pudiera profundizar en la ciencia funcional de los cambios genéticos para el beneficio de los pacientes con trastornos genéticos no diagnosticados. Los benefactores ayudaron a que el concepto obtuviera financiación inicial, y el equipo de genómica funcional floreció.