Descripción general

Un menisco desgarrado es una de las lesiones de rodilla más comunes. Cualquier actividad que haga que tuerzas o gires la rodilla con fuerza, especialmente al poner todo tu peso sobre ella, puede dar como resultado un menisco desgarrado.

Cada rodilla tiene dos piezas de cartílago en forma de C que actúan como un cojín entre el hueso de la espinilla y el hueso del muslo. Un menisco desgarrado causa dolor, hinchazón y rigidez. También puedes sentir un bloqueo en el movimiento de la rodilla y tener problemas para extenderla completamente.

El tratamiento conservador, como el reposo, la aplicación de hielo y los medicamentos, a veces es suficiente para aliviar el dolor de un menisco desgarrado, y da tiempo a la lesión para que sane por sí sola. En otros casos, sin embargo, un menisco desgarrado requiere cirugía.

Síntomas

Si te desgarraste el menisco, podrían pasar 24 horas o más hasta que aparezca el dolor y la hinchazón, especialmente si el desgarro es pequeño. Es posible que manifiestes los siguientes signos y síntomas en la rodilla:

  • Una sensación de chasquido
  • Hinchazón o rigidez
  • Dolor, especialmente al torcer o girar la rodilla
  • Dificultad para enderezar la rodilla completamente
  • Sensación de que la rodilla está trabada al tratar de moverla
  • Sensación de que la rodilla se afloja

Cuándo consultar al médico

Ponte en contacto con tu médico si tienes la rodilla dolorida o hinchada, o si no puedes moverla de la manera habitual.

Causas

Una rotura del menisco puede ser el resultado de cualquier actividad que haga que te tuerzas o gires la rodilla con fuerza, como pivotes agresivos o paradas y giros repentinos. Incluso arrodillarse, ponerse en cuclillas o levantar algo pesado a veces puede provocar una rotura del menisco.

En los adultos mayores, los cambios degenerativos de la rodilla pueden contribuir a la rotura del menisco con poco o ningún traumatismo.

Factores de riesgo

Realizar actividades que impliquen torcer y pivotar de manera agresiva la rodilla te pone en riesgo de tener una rotura del menisco. El riesgo es particularmente alto para los atletas, en especial para aquellos que participan en deportes de contacto, como el fútbol, o en actividades que implican pivotar, como el tenis o el baloncesto.

El desgaste natural de las rodillas a medida que envejeces aumenta el riesgo de una rotura del menisco. También la obesidad.

Complicaciones

Un menisco desgarrado puede provocar la sensación de que tu rodilla está cediendo, incapacidad para mover la rodilla como lo haces normalmente o dolor persistente en la rodilla. Podrías ser más propenso a tener artrosis en la rodilla lesionada.

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