Infórmate acerca de por qué los antidepresivos advierten sobre los pensamientos suicidas en niños y adolescentes, qué debes hacer antes de que tu hijo comience a tomar antidepresivos y cuáles son los signos de advertencia de un posible problema.

Escrito por el personal de Mayo Clinic

Los medicamentos antidepresivos suelen ser una forma eficaz de tratar la depresión y la ansiedad en niños y adolescentes. Sin embargo, el uso de antidepresivos en niños y adolescentes debe ser controlado cuidadosamente, ya que rara vez puede haber efectos secundarios graves.

Los antidepresivos tienen un recuadro negro de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos que advierte sobre un riesgo de aumento del pensamiento y la conducta suicidas en algunas personas menores de 25 años.

Aunque a primera vista estas advertencias de suicidios puedan ser preocupantes, es importante conocer los hechos. Descubre qué significan las advertencias y pregunta acerca de todas las opciones de tratamiento. Así podrás tomar una decisión informada acerca de la salud de tu hijo y comparar los beneficios y los riesgos de las opciones de tratamiento con el médico que lo atiende.

La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) informó que un análisis extensivo de los ensayos clínicos demostró que, en una pequeña cantidad de niños y adolescentes, los antidepresivos pueden causar pensamientos o comportamientos suicidas, o empeorarlos. El análisis demostró que algunos niños y adolescentes que tomaban antidepresivos tuvieron un pequeño aumento en los pensamientos suicidas, en comparación con los que tomaban una pastilla de azúcar (placebo).

Ninguno de los niños de estos estudios se quitó la vida. Aun así, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) consideró que los hallazgos eran lo suficientemente preocupantes como para publicar una advertencia de salud pública y comenzó a pedir a los fabricantes que incluyeran en las etiquetas de antidepresivos fuertes advertencias acerca de su relación con pensamientos y comportamientos suicidas en niños, adolescentes y adultos jóvenes menores de 25 años.

Sin embargo, no todos los investigadores de salud mental consideran que estas advertencias son necesarias. Las nuevas investigaciones indican que los beneficios de los antidepresivos superan al riesgo de suicidio. Además, algunas investigaciones indican que las tasas de suicidio entre los niños disminuyen cuando toman antidepresivos.

Aunque la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) solamente analizó nueve antidepresivos, determinó que las advertencias deben estar presentes en todos los antidepresivos recetados. Esta advertencia de recuadro negro es la advertencia de seguridad más seria que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) emite acerca de un medicamento recetado. La advertencia se imprime en negrita en un recuadro negro en la parte superior del prospecto de los antidepresivos.

A causa del riesgo de suicidio que existe en personas con depresión, es difícil establecer una relación clara de causa y efecto entre el consumo de antidepresivos y el suicidio. Puede haber varios motivos potenciales que aumenten el riesgo. En el caso de algunos niños, los antidepresivos también pueden desencadenar ansiedad, agitación, hostilidad, inquietud o comportamiento impulsivo. Estos efectos pueden indicar que la depresión está empeorando o que el niño comienza a tener pensamientos suicidas.

La advertencia sobre una posible relación entre los antidepresivos y los pensamientos suicidas no significa que los antidepresivos no deban usarse en los niños. Además, la advertencia no tiene como objetivo asustar a la gente para que no tome antidepresivos. Sin embargo, la advertencia debe tenerse en cuenta para sopesar cuidadosamente los pros y contras del uso de antidepresivos en niños y adolescentes contra el riesgo real de suicidio como resultado de una depresión no tratada.

Para muchos niños y adolescentes, los antidepresivos son una manera eficaz para tratar la depresión, la ansiedad, el trastorno obsesivo compulsivo u otras afecciones de la salud mental. Si estas afecciones no se tratan de forma eficaz, es posible que tu hijo no pueda llevar una vida plena y satisfactoria ni realizar actividades cotidianas.

Es importante que se le haga una evaluación exhaustiva a tu hijo antes de que comience a tomar antidepresivos. Una evaluación de salud mental por parte de un psiquiatra (o un pediatra o médico de familia que tenga experiencia en el tratamiento de los trastornos del estado de ánimo en niños y adolescentes) debe incluir lo siguiente:

  • Una revisión detallada de los posibles factores de riesgo que tu hijo pueda presentar y que puedan aumentar los riesgos de que se provoque autolesiones.
  • Una evaluación sobre si es posible que tu hijo padezca otra enfermedad mental, como un trastorno por déficit de atención e hiperactividad, abuso de sustancias, trastorno bipolar, o un trastorno de ansiedad o de alimentación
  • Una evaluación de los antecedentes familiares de enfermedades mentales o suicidio.

Habla con tu médico sobre las opciones de tratamiento, los objetivos y los resultados esperados de cualquier tratamiento recomendado.

La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) aprobó el uso de determinados antidepresivos en niños y adolescentes para diferentes diagnósticos. Los antidepresivos incluyen un prospecto que aconseja a los padres y cuidadores acerca de los riesgos y las precauciones. Lee cuidadosamente el prospecto y las indicaciones que contenga el envase del medicamento, y habla con el médico prescriptor y el farmacéutico acerca de cualquier pregunta que tengas.

Antidepresivos aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) para niños y adolescentes
Medicamento* Edad (años) Diagnóstico
*Muchos de estos medicamentos también están disponibles en forma genérica. La dosis inicial y la dosis máxima recomendadas varían según la edad.
Clomipramina (Anafranil) más de 10 años Trastorno obsesivo compulsivo (TOC)
Duloxetina (Cymbalta, Drizalma Sprinkle) más de 7 años Trastorno de ansiedad generalizada
Escitalopram (Lexapro) más de 12 años Trastorno depresivo mayor
Fluoxetina (Prozac) más de 8 años Trastorno depresivo mayor
más de 7 años Trastorno obsesivo compulsivo
Fluvoxamina más de 8 años Trastorno obsesivo compulsivo
Lurasidona (Latuda) más de 10 años Depresión bipolar
Olanzapina y fluoxetina, medicamento combinado (Symbyax) más de 10 años Depresión bipolar
Sertralina (Zoloft) más de 6 años Trastorno obsesivo compulsivo

Los antidepresivos también se pueden utilizar para otras afecciones. La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) aprobó el antidepresivo imipramina para tratar la micción involuntaria diurna o nocturna (enuresis infantil) en niños de 6 años en adelante.

Los médicos pueden usar su criterio médico para recetar otros antidepresivos para niños para lo que se denomina aplicación alterna. Esta es una práctica común en el caso de muchos tipos de medicamentos para niños y adultos.

La FDA aconseja que los médicos receten la menor cantidad posible de pastillas para ayudar a reducir el riesgo de sobredosis deliberada o accidental. Una de las medidas que las familias pueden tomar para reducir el riesgo de suicidio es bloquear el acceso a todas las pastillas en el hogar. Es importante el control cuidadoso de los padres, los cuidadores y los profesionales de atención médica sobre los niños o adolescentes que toman antidepresivos para tratar la depresión u otra afección.

El riesgo más alto de pensamiento o comportamiento suicida ocurre en los siguientes momentos:

  • En los primeros meses del tratamiento con antidepresivos.
  • Cuando se reducen o aumentan las dosis.

Los padres y los cuidadores deben observar de cerca al niño todos los días en este periodo de transición y estar atentos a cambios preocupantes durante el tiempo completo de tratamiento con antidepresivos.

La FDA también recomienda que tu hijo reciba un control minucioso por parte de un profesional de atención médica durante los primeros meses de tratamiento y un control continuo durante todo el tratamiento. La frecuencia con la cual el niño visitará a los médicos o a los profesionales del cuidado de la salud dependerá de sus necesidades. Asegúrate de seguir el régimen recomendado de citas médicas del niño.

A veces, los signos y los síntomas de pensamientos suicidas o de autolesiones son difíciles de ver y el niño no siempre los revelará abiertamente. A continuación, se mencionan algunos signos que indican que la afección del niño puede estar empeorando o de que el niño corre el riesgo de autolesionarse:

  • Charlas sobre el suicidio o sobre morir
  • Intentos de suicidio
  • Autolesiones
  • Agitación o inquietud
  • Ansiedad o ataques de pánico nuevos o que empeoran
  • Irritabilidad
  • Aumento de la tristeza o empeoramiento de los síntomas de depresión
  • Impulsividad
  • Aumento extremo de la conversación, la energía o la actividad
  • Agresividad, violencia u hostilidad
  • Dificultad para dormir o empeoramiento del insomnio
  • Pasar más tiempo solo

Si observas cualquiera de estos signos, si empeoran o si tú, tu hijo, un profesor u otro cuidador tienen dudas, ponte en contacto de inmediato con el profesional de atención médica que atiende a tu hijo.

Asegúrate de que tu hijo no interrumpa el tratamiento antidepresivo sin la guía del médico que lo recetó. La suspensión repentina de un antidepresivo puede causar síntomas similares a los de la gripe, un aumento de la ansiedad y otros efectos secundarios conocidos como síndrome de interrupción. Dejar los antidepresivos de forma demasiado repentina también puede dar lugar a la reaparición de los síntomas de depresión.

La mayoría de los niños que toman antidepresivos para la depresión presentarán una mejoría. Sin embargo, la combinación de los medicamentos con terapia de conversación (psicoterapia) puede ser aún más eficaz. Muchos tipos de psicoterapia pueden ser útiles, pero la cognitivo conductual y la interpersonal han sido estudiadas científicamente y han demostrado ser eficaces para tratar la depresión.

  • Terapia cognitivo conductual. En la terapia cognitivo conductual, un profesional de la salud mental puede ayudar a tu hijo a mejorar la capacidad de afrontar una situación difícil, la comunicación y la capacidad para resolver problemas. Tu hijo también puede aprender a tomar conciencia de las ideas y conductas dañinas, a reemplazarlas con enfoques positivos y a manejar las emociones.
  • Terapia interpersonal. Con un enfoque en las relaciones, esta terapia puede ayudar a los adolescentes a adaptarse a los cambios que ocurren en las relaciones actuales y a desarrollar relaciones nuevas.

La terapia de conversación por sí sola puede ser beneficiosa para niños y adolescentes con síntomas leves.

May 18, 2022