La desesperación puede hacer que pienses en el suicidio. Aprende cómo mantenerte seguro, superar una crisis y encontrar tratamiento.

Escrito por el personal de Mayo Clinic

Cuando parece que ya no vale la pena vivir, es posible que parezca que la única forma de encontrar alivio sea a través del suicidio. Cuando te sientes de esta manera, quizás sea difícil creer que tienes otras opciones.

Dedica un momento a tomar distancia y separa tus emociones de tus actos. Cuando te sientes deprimido y crees que no hay esperanza, es mucho más difícil tomar decisiones lógicas. Pero los problemas que generan los sentimientos suicidas pueden tratarse.

Quizás no sea fácil, y es posible que no te sientas mejor de la noche a la mañana. Sin embargo, con el tiempo, la sensación de desesperación, y los pensamientos suicidas, se disiparán.

Si crees que puedes hacerte daño o intentar suicidarte, busca ayuda de inmediato de alguna de las siguientes maneras:

  • Llama a un especialista en salud mental.
  • Llama a la línea directa para prevención del suicidio.
    • En los EE. UU., llama o envía un mensaje de texto al 988 para comunicarte con la 988 Suicide and Crisis Lifeline (Línea Directa 988 de Prevención del Suicidio y Crisis), disponible las 24 horas del día, todos los días. O bien, usa el chat de ayuda en línea Lifeline Chat. Los servicios son gratuitos y confidenciales.
    • Los veteranos de guerra y miembros del servicio militar de los Estados Unidos que tengan una crisis pueden llamar al 988 y luego presionar “1” para comunicarse con la Línea de crisis para veteranos. A su vez, pueden enviar un mensaje de texto al 838255. o utilizar el chat en línea.
    • La Línea Directa de Prevención del Suicidio y Crisis de los Estados Unidos tiene una línea telefónica en español: 1-888-628-9454 (llamada gratuita).
  • Llama al 911 o al número de emergencia local.
  • Solicita ayuda a tu médico o a otro profesional de atención médica.
  • Comunícate con un amigo íntimo o un ser querido.
  • Comunícate con un pastor, un líder espiritual u otra persona de tu comunidad religiosa.

No intentes controlar los pensamientos ni el comportamiento suicida sin ayuda. Necesitas ayuda y apoyo profesional para superar los problemas relacionados con la idea de quitarte la vida.

El médico o profesional de la salud mental puede ayudarte a aprender distintas formas de afrontar la situación y resolver los problemas. Considera la posibilidad de hablar sobre estas estrategias de afrontamiento con personas que te conozcan bien, como familiares o amigos cercanos.

Es posible que te insten a hacer cosas que no tengas ganas de hacer, como hablar con amigos cuando preferirías quedarte en tu habitación todo el día. Te resultará más fácil hacer estas cosas a medida que se conviertan en hábitos.

Elabora un plan de acción o un plan de seguridad por escrito con tu profesional de salud mental. Puedes consultar este plan cuando pienses en suicidarte o tengas una crisis. Un plan de seguridad incluye los disparadores de pensamientos suicidas y cómo puedes lidiar con ellos. Aprende a detectar las señales de advertencia con anticipación, para que puedas poner en práctica tu plan.

Tu plan consta de una lista de actividades y medidas con las que te comprometiste para conservar tu seguridad al tener pensamientos suicidas, como por ejemplo:

  • Comunicarte con tu médico, terapeuta o centro para crisis para que te ayuden a sobreponerte a los pensamientos sobre quitarte la vida.
  • Llamar a un familiar o un amigo comprensivo que pueda ayudarte a superar los pensamientos suicidas.
  • Intentar hacer actividades saludables y agradables cuando empieces a tener pensamientos negativos.
  • Revisar los motivos por los que tu vida es valiosa y por los que vale la pena vivir.

Aunque pase la crisis inmediata, consulta con un médico o un profesional de salud mental. Esto te ayudará a recibir el tratamiento correcto para los pensamientos suicidas y la depresión, de manera que no siempre estés en crisis.

Como parte del plan, toma estas medidas:

  • Sigue tu plan de tratamiento. Comprométete a tomar los medicamentos según las instrucciones y a asistir a todas las citas médicas y sesiones de tratamiento.
  • Mantén a mano una lista de nombres de contacto y números. Incluye a médicos, terapeutas y centros para crisis que puedan ayudarte a enfrentar los pensamientos sobre quitarte la vida, y a amigos y seres queridos que hayan aceptado ser parte de tu plan de seguridad.
  • Elimina posibles medios para quitarte la vida. Esto puede incluir deshacerte de armas, cuchillas de afeitar u otros objetos en tu hogar que podrías usar para lastimarte o quitarte la vida. Si es posible, dale tus medicamentos a alguien que te los pueda guardar y que te ayude a tomarlos según las indicaciones.
  • Programa actividades diarias. Las actividades que te aportan calma y te confortan pueden marcar una diferencia, tales como escuchar música, mirar una película divertida o visitar un parque. También puedes probar algo diferente. Dado que la actividad física y el ejercicio pueden reducir los síntomas de depresión, piensa en caminar, trotar, nadar, hacer jardinería o intentar una actividad nueva.
  • Pasa tiempo con otras personas. Crea una red de apoyo acercándote a amigos, familiares y personas que se preocupan por ti y están a tu lado cuando las necesitas. Intenta ser sociable, aunque no estés de ánimo. Esto te ayudará a no aislarte.
  • Únete a un grupo de apoyo. Unirte a un grupo de apoyo puede ayudarte a superar los pensamientos suicidas y a entender que hay muchas opciones en tu vida aparte del suicidio.
  • Evita el alcohol y las drogas. En lugar de atenuar los sentimientos dolorosos, el alcohol y las drogas pueden aumentar los pensamientos suicidas y las posibilidades de que te lastimes. También pueden hacer que seas más impulsivo y que sea más probable que actúes sobre los pensamientos de lastimarte.
  • Evita sitios web riesgosos en Internet. Mantente alejado de salas de chat, redes sociales o sitios web que puedan estimular el suicidio como manera de resolver tus problemas.
  • Anota tus pensamientos y sentimientos. Considera anotar las cosas de tu vida que valoras y aprecias, independientemente de lo pequeñas que puedan parecerte.

La desesperación que sientes al considerar el suicidio puede ser el efecto secundario de una situación muy difícil o de una enfermedad que puede tratarse. Esta emoción puede ser tan abrumadora que nubla tu juicio y te lleva a creer que quitarte la vida es la mejor opción, o la única. Sin embargo, con ayuda, puedes cambiar la forma de pensar en tu situación:

  • Ten en cuenta que los sentimientos suicidas son temporales. Con el tratamiento adecuado, puedes aprender formas para sentirte mejor con la vida nuevamente. Pedir apoyo a otras personas puede ayudarte a ver que tienes otras opciones y puede darte esperanzas con respecto al futuro.
  • Crea una lista de tus motivos para vivir. La lista puede incluir vivir por tu mascota, tus hijos, un familiar favorito o tu mejor amigo, o por algo que disfrutes hacer en el trabajo o en casa. No importa lo que incluyas en la lista, pero encontrar un sentido de propósito en tu vida puede hacer la diferencia.

Con el tratamiento adecuado y el uso de estrategias de afrontamiento eficaces puedes aprender a controlar o erradicar los pensamientos suicidas y crear una vida más satisfactoria.

Aug. 10, 2023