Diagnóstico

El diagnóstico de un aspergiloma o de una aspergilosis invasiva puede ser difícil. El Aspergillus es común en todos los entornos, pero es difícil de distinguir de otros mohos en el microscopio. Los síntomas de la aspergilosis también son similares a los de otras afecciones pulmonares, como la tuberculosis.

Es probable que el médico utilice una o más de las siguientes pruebas para determinar la causa de tus síntomas:

  • Prueba de imagen Una radiografía de tórax o una tomografía computarizada (TC), un tipo de radiografía que produce imágenes más detalladas que las radiografías convencionales, por lo general puede revelar una masa fúngica (aspergiloma) y signos característicos de aspergilosis broncopulmonar invasiva y alérgica.
  • Examen de secreción respiratoria (esputo). En esta prueba, se coloca un tinte en la muestra de esputo y se examina para detectar la presencia de filamentos de aspergillus. Después, se coloca el espécimen en un cultivo que estimula el crecimiento del moho para ayudar a confirmar el diagnóstico.
  • Análisis de sangre y tejidos. Las pruebas cutáneas, así como los análisis de esputo y de sangre, pueden ser útiles para confirmar la aspergilosis broncopulmonar alérgica. Para el análisis de piel, se inyecta en la piel del antebrazo una pequeña cantidad del antígeno del aspergillus. Si la sangre tiene anticuerpos contra el moho, tendrás un bulto rojo y duro en el sitio de la inyección. Los análisis de sangre se hacen para detectar niveles altos de determinados anticuerpos, lo que indica una respuesta alérgica.
  • Biopsia. En algunos casos, es posible que sea necesario examinar una muestra de tejido de los pulmones o senos paranasales bajo el microscopio para confirmar el diagnóstico de aspergilosis invasiva.

Tratamiento

Los tratamientos de la aspergilosis varían según el tipo de enfermedad. Estos son algunos posibles tratamientos:

  • Observación. Los aspergilomas solos y simples generalmente no necesitan tratamiento, y los medicamentos no suelen ser eficaces para tratar estas masas fúngicas. En cambio, los aspergilomas que no provocan síntomas pueden ser controlados simplemente mediante radiografías de tórax. Si la afección avanza, entonces se pueden recomendar medicamentos antimicóticos.
  • Corticoesteroides orales. El objetivo para tratar la aspergilosis broncopulmonar alérgica es evitar que el asma existente o la fibrosis quística empeoren. La mejor manera de hacerlo es con corticoesteroides orales. Los medicamentos antimicóticos por sí mismos no son útiles para la aspergilosis broncopulmonar alérgica, pero se pueden combinar con corticoesteroides para reducir la dosis de esteroides y mejorar la función pulmonar.
  • Medicamentos antimicóticos. Estos medicamentos son parte del tratamiento estándar para la aspergilosis pulmonar invasiva. El tratamiento más eficaz es un nuevo medicamento antimicótico, el voriconazol (Vfend). La anfotericina B es otra opción.

    Todos los medicamentos antimicóticos pueden tener efectos secundarios graves, incluso daños en los riñones y el hígado. Las interacciones entre los medicamentos antimicóticos y otros medicamentos también son comunes.

  • Cirugía. Debido a que los medicamentos antimicóticos no penetran muy bien en un aspergiloma, la cirugía para extirpar la masa fúngica es el tratamiento de elección cuando un aspergiloma causa sangrado en los pulmones.
  • Embolización. Este procedimiento detiene el sangrado pulmonar causado por un aspergiloma. Un radiólogo inyecta un material a través de un catéter que ha sido guiado a una arteria que alimenta una cavidad pulmonar donde un aspergiloma está causando pérdida de sangre. El material inyectado se endurece y bloquea el suministro de sangre a la zona y detiene el sangrado. Este tratamiento funciona temporalmente, pero es probable que el sangrado vuelva a empezar.

Preparación para la consulta

Las personas que padecen aspergilosis generalmente tienen una afección subyacente, como asma o fibrosis quística, o tienen un sistema inmunitario debilitado debido a enfermedad o medicamentos inmunosupresores. Si tienes síntomas de aspergilosis y ya recibes tratamiento por una afección médica, llama al médico que te proporciona atención médica para esa afección. En algunos casos, cuando llames para programar una cita, el médico puede recomendarte atención médica urgente.

Si tienes el sistema inmunitario debilitado y presentas fiebre, falta de aliento o tos con sangre sin causa aparente, busca atención médica de inmediato.

Si tienes tiempo para prepararte antes de consultarle al médico, la siguiente información te ayudará a prepararte para la cita.

Lo que puedes hacer

  • Ten en cuenta cualquier restricción previa o posterior a la cita. Cuando programes la cita, pregunta si hay algo que debes hacer con anticipación.
  • Anota tu información médica más importante. Si vas a consultar a un médico nuevo, lleva un resumen de otras afecciones por las que recibiste tratamiento, y citas médicas y hospitalizaciones recientes.
  • Lleva todos los medicamentos, preferentemente en sus envases originales. Si el médico a quien consultas no tiene acceso a tus expedientes médicos o pruebas de imágenes previas, como radiografías o tomografía computarizadas, intenta conseguir copias para llevar.
  • Pídele a un familiar o a un amigo que te acompañe. La aspergilosis puede ser una urgencia médica. Lleva a alguna persona que pueda comprender y recordar toda la información que proporcione el médico y que pueda quedarse contigo si necesitas tratamiento inmediato.
  • Anota preguntas para hacerle al médico.

Prepara una lista de preguntas para que puedas aprovechar al máximo el tiempo con el médico. En el caso de aspergilosis, algunas preguntas básicas para hacerle al médico son las siguientes:

  • ¿Qué puede estar provocando los síntomas?
  • Además de la causa más probable, ¿cuáles serían otras causas posibles de mis síntomas?
  • ¿Qué pruebas necesito hacerme?
  • ¿Es necesario que me hospitalicen?
  • ¿Qué tratamiento me recomienda?
  • ¿Cuáles son los posibles efectos secundarios de los medicamentos que me está recomendando?
  • ¿Cómo controlará mi respuesta al tratamiento?
  • ¿Hay riesgos de que esta afección presente complicaciones a largo plazo?
  • Tengo otra afección de salud. ¿Cómo puedo controlar estas afecciones de manera conjunta?

No dudes en hacer otras preguntas.

Qué esperar de tu médico

Es probable que el médico te haga algunas preguntas, como las siguientes:

  • ¿Cuáles son tus síntomas?
  • ¿Has consultado a otros médicos por esto?
  • ¿Cuándo comenzaste a tener los síntomas?
  • ¿Cómo son de graves los síntomas? ¿Los síntomas parecen empeorar?
  • ¿Tuviste fiebre?
  • ¿Tienes dificultades para respirar?
  • ¿Toses con sangre?
  • ¿Qué más te preocupa?

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