Cuando cuidas a un bebé recién nacido, es posible que olvides cuidarte. Sin embargo, es importante que también lo hagas. Descubre cómo cuidarte mientras te recuperas del parto.
Escrito por el personal de Mayo Clinic
El embarazo cambia el cuerpo de más maneras de las que imaginas, y eso no termina con el parto. Esto es lo que debes esperar física y emocionalmente después de un parto vaginal.
Es posible que hayas sufrido un desgarro durante el parto vaginal. También es posible que tu profesional de atención médica haya hecho una episiotomía o corte en la abertura vaginal para facilitar el parto. La herida puede doler unas semanas. Los desgarros grandes pueden tardar más en cicatrizar. Para aliviar el dolor, puedes hacer lo siguiente:
- Siéntate sobre una almohada o una almohadilla redonda.
- Enfría la zona con una compresa de hielo. O bien coloca una almohadilla fría de avellano de bruja (hamamelis) entre una toalla sanitaria y la zona entre la abertura vaginal y el ano. Esa zona se denomina perineo.
- Utiliza una botella de plástico blando para rociarte agua tibia en el perineo mientras orinas.
- Siéntate en un baño de agua tibia lo suficientemente profundo para cubrir tus glúteos y cadera durante cinco minutos. Utiliza agua fría si sientes que es mejor.
- Toma medicamentos para aliviar el dolor, que puedes comprar sin receta médica. De ser necesario, pide a tu profesional de atención médica algún espray o crema anestésicos.
- Habla con tu profesional de atención médica acerca del uso de un ablandador de heces. O bien pregúntale sobre un laxante. Esos medicamentos pueden ayudar a prevenir problemas con la deposición o estreñimiento.
Informa a tu profesional de atención médica si tienes dolor intenso, si es prolongado o si empeora. Podría ser un signo de infección.
Después del parto, se expulsa por la vagina una mezcla de sangre, mucosidad y tejido del útero. A esto se lo conoce como loquios. Los loquios cambian de color y disminuyen de 4 a 6 semanas después del nacimiento. Al principio son de color rojo brillante, pero luego se tornan de color rojo oscuro. Después, generalmente el color cambia a amarillo o blanco. Luego, los loquios se vuelven menos frecuentes y más acuosos hasta que desaparecen.
Comunícate con tu profesional de atención médica si la sangre que eliminas por la vagina empapa una toalla sanitaria por hora durante dos horas seguidas, en especial si también presentas fiebre, dolor o sensibilidad en la pelvis.
Durante unos días después del parto, posiblemente sientas contracciones, a veces llamadas entuertos. Estas contracciones suelen sentirse igual que los calambres menstruales. Impiden que haya mucho sangrado porque ejercen presión sobre los vasos sanguíneos del útero. Los entuertos son comunes durante la lactancia. Esto se debe a que la lactancia causa la liberación de la hormona oxitocina.
Para aliviar el dolor, tu profesional de atención médica podría sugerir un analgésico que puedes comprar sin receta médica. Puede ser acetaminofén (Tylenol u otros) o ibuprofeno (Advil, Motrin IB u otros).
El embarazo, el trabajo de parto y el parto vaginal pueden estirar o lastimar los músculos del suelo pélvico. Estos músculos sostienen el útero, la vejiga y el recto. Por ello, podrías tener fuga de orina cuando estornudas, te ríes o toses. Por lo general, la fuga mejora en el plazo de una semana, aunque podría durar más. La fuga de orina se denomina incontinencia.
Hasta que la fuga no pare, utiliza toallas sanitarias. Trabaja los músculos del suelo pélvico con los ejercicios de Kegel para tonificarlos y ayudar a controlar la vejiga.
Para hacer los ejercicios de Kegel, imagina que te sientas sobre una canica. Luego, oprime los músculos de la pelvis como si quisieras levantar la canica. Trata de hacer esto durante tres segundos seguidos; luego descansa a la cuenta de tres. Intenta hacer el ejercicio de 10 a 15 veces seguidas, al menos 3 veces al día. Para asegurarte de hacer los ejercicios de Kegel de forma correcta, podrías consultar con un fisioterapeuta especializado en ejercicios para el suelo pélvico.
Si notas dolor durante las deposiciones y sientes hinchazón cerca del ano, es posible que tengas hemorroides, que son venas hinchadas en el ano o en la parte inferior del recto. Para aliviar el dolor causado por las hemorroides, puedes hacer lo siguiente:
- Aplica una crema antihemorroidal o coloca en el ano supositorio con hidrocortisona. Puedes comprar cualquiera de estos sin receta médica.
- Limpia la zona con almohadillas de avellano de bruja (hamamelis) o un medicamento adormecedor.
- Sumerge la zona anal en agua tibia durante 10 a 15 minutos 2 o 3 veces al día.
Podrías tener miedo de defecar porque no quieres que empeore el dolor de las hemorroides o de la herida de la episiotomía. Toma medidas para que las heces sean blandas y periódicas. Come alimentos con mucha fibra, como frutas, verduras y cereales integrales. Bebe mucha agua. De ser necesario, pregúntale a tu profesional de atención médica sobre los ablandadores de heces.
Unos días después de dar a luz, es posible que tengas las mamas llenas, firmes e inflamadas. Eso se debe a que el tejido de las mamas se llena de leche, sangre y otros líquidos. Esta afección se conoce como congestión mamaria. Amamanta a tu bebé con frecuencia con ambas mamas para ayudar a evitar que se llenen.
Si sufres de congestión en las mamas, tu bebé podría tener problemas para prenderse al pezón y succionar la leche. A fin de ayudar a que tu bebé se prenda al pezón, puedes con tu mano o un extractor sacar un poco de leche materna antes de amamantarle. Este proceso se denomina extracción de leche.
Para aliviar el dolor, coloca paños tibios sobre las mamas o toma una ducha tibia antes de amamantar al bebé o de extraer la leche. Esto puede facilitar el flujo de la leche. Coloca paños fríos sobre las mamas entre uno y otro amamantamiento. También podrías usar analgésicos que se compran sin receta médica.
Si no estás amamantando, usa un brasier que sostenga las mamas, como un sujetador deportivo. No utilices un extractor de leche ni intentes extraerla. Esto hace que las mamas produzcan más leche. Coloca compresas de hielo sobre las mamas para aliviar el malestar. También podrías usar analgésicos de venta sin receta médica.
Durante el embarazo, los niveles más elevados de hormonas hacen que el pelo crezca más rápido de lo que se cae. Como resultado, tienes más pelo en la cabeza. Sin embargo, pierdes más pelo del que te crece por hasta cinco meses después del parto. Esta caída del pelo se detiene con el tiempo.
Las estrías de la piel no desaparecen después del parto, pero con el tiempo, sí. El oscurecimiento de la piel durante el embarazo, como las manchas oscuras en la cara, también desaparecerán lentamente.
Dar a luz puede generar muchos sentimientos. Algunas personas se sienten tristes o nerviosas por un tiempo después de dar a luz, lo cual se suele denominar tristeza posparto. Los síntomas incluyen cambios en el estado de ánimo, crisis de llanto, ansiedad y dificultad para dormir. Estos sentimientos suelen desaparecer en dos semanas. Mientras tanto, cuídate. Comparte tus sentimientos y pide ayuda a tu pareja, amigos o seres queridos.
Si después de dar a luz presentas cambios importantes en el estado de ánimo, no tienes apetito, sientes cansancio y falta alegría en tu vida, podrías tener depresión posparto. Comunícate con tu profesional de atención médica si crees que podrías tener depresión. Asegúrate de buscar ayuda en los siguientes casos:
- Tus síntomas no desaparecen por sí solos.
- Tienes dificultad para cuidar a tu bebé.
- Te cuesta hacer tus actividades cotidianas.
- Piensas en hacerte daño o hacérselo al bebé.
Muchas veces, los medicamentos y el asesoramiento pueden aliviar los síntomas de la depresión posparto.
Es común que parezca que la persona sigue embarazada después de dar a luz. La mayoría de las personas pierden aproximadamente 13 libras (6 kilogramos) en el parto. Esta pérdida incluye el peso del bebé, la placenta y el líquido amniótico.
En los días posteriores al parto, perderás más peso a causa de los líquidos restantes. Posteriormente, con una alimentación saludable y actividad física periódica, podrás volver al peso que tenías antes del embarazo.
El American College of Obstetricians and Gynecologists (Colegio Estadounidense de Obstetricia y Ginecología) afirma que los cuidados posparto deben ser un proceso continuo, en lugar de una sola consulta después del parto. Consulta por teléfono o en persona con tu profesional de atención médica dentro de las primeras 2 o 3 semanas después de dar a luz para hablar sobre cualquier problema que tengas desde el parto.
En 6 a 12 semanas después del parto, consulta con tu profesional de atención médica para que te haga un examen completo posparto. Durante la consulta, tu profesional de atención médica te hará un examen físico y revisará el abdomen, la vagina, el cuello del útero y el útero para ver si están recuperándose.
En esta consulta, puedes hablar acerca de los siguientes temas:
- Tu estado de ánimo y bienestar emocional
- Si duermes bien
- Otros síntomas que podrías tener, como cansancio
- Métodos anticonceptivos e intervalo entre embarazos
- Cuidados y alimentación del bebé
- Cuándo puedes volver a tener relaciones sexuales
- Qué puedes hacer si tienes dolor cuando mantienes relaciones sexuales, o si no quieres tenerlas
- Cómo te adaptas a la vida con tu bebé
Este control es una oportunidad que tú y tu profesional de atención médica tienen para asegurarse de que estés bien. También es un buen momento para hacer las preguntas que tengas sobre la vida después del parto.
Show References
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March 16, 2024Original article: https://www.mayoclinic.org/es/healthy-lifestyle/labor-and-delivery/in-depth/postpartum-care/art-20047233