Diagnóstico

Normalmente, una evaluación médica para verificar la dispareunia consiste en lo siguiente:

  • Una revisión detallada de los antecedentes médicos. El profesional de atención médica podría preguntarte cuándo comenzó el dolor, dónde te duele, cómo te sientes y si sucede con cada pareja y cada posición sexual. También podría preguntarte sobre tus antecedentes sexuales y quirúrgicos, y si has dado a luz.

    No dejes que la vergüenza te impida responder con la verdad. Estas preguntas van a dar indicios de la causa del dolor.

  • Un examen pélvico. En el examen pélvico, el profesional de atención médica puede buscar síntomas de irritación de la piel, infecciones o problemas anatómicos. También puede intentar localizar el dolor, para lo que aplicará una suave presión sobre los genitales y los músculos pélvicos.

    Es probable que un examen visual de la vagina también forme parte de la evaluación. Para ello, se utiliza un espéculo, que es un instrumento que permite separar las paredes vaginales. Algunas personas que tienen relaciones sexuales dolorosas también sienten dolor durante el examen pélvico. Puedes pedir que se detenga el examen si es demasiado doloroso.

  • Otras pruebas. Si el profesional de atención médica sospecha de algunas causas de las relaciones sexuales dolorosas, es posible que deba hacerte una ecografía pélvica.

Tratamiento

Las opciones de tratamiento varían según la causa del dolor.

Medicamentos

Si una infección o una enfermedad te ocasionan dolor, tratar la causa podría resolver tu problema. Cambiar los medicamentos que causan problemas de lubricación también puede eliminar los síntomas.

En el caso de muchas mujeres posmenopáusicas, la falta de lubricación que producen los niveles bajos de estrógeno ocasiona que las relaciones sexuales sean dolorosas. A menudo, los niveles bajos de estrógeno pueden tratarse con estrógeno tópico que se aplica directamente en la vagina.

La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos aprobó el medicamento ospemifeno (Osphena) para tratar la dispareunia de moderada a grave en mujeres que tienen problemas de lubricación vaginal. El ospemifeno actúa como el estrógeno en el revestimiento vaginal.

La desventaja es que este medicamento puede ocasionar sofocos. Además, al consumirlo se corre riesgo de sufrir accidentes cerebrovasculares, coágulos sanguíneos o cáncer de endometrio, que es el revestimiento del útero.

Otro medicamento para aliviar el dolor durante las relaciones sexuales es la prasterona (Intrarosa), que es una cápsula que se coloca dentro de la vagina diariamente.

Otros tratamientos

Las siguientes terapias en las que no se utilizan medicamentos también podrían ayudar con las relaciones sexuales dolorosas:

  • Terapia de insensibilización. Con esta terapia, aprenderás ejercicios de relajación vaginal que pueden aliviar el dolor.
  • Asesoramiento o terapia sexual. Si las relaciones sexuales fueron dolorosas durante algún tiempo, es posible que tengas una respuesta emocional negativa a la estimulación sexual, incluso después del tratamiento. Si tú y tu pareja evitaron tener intimidad debido a que las relaciones sexuales eran dolorosas, es posible que también necesites ayuda para mejorar la comunicación con tu pareja y restablecer la intimidad sexual. Hablar con un consejero o un terapeuta sexual puede ayudar a resolver estos problemas.

    La terapia cognitivo conductual también puede ayudar a cambiar los patrones de pensamiento y de comportamiento negativos.

Estilo de vida y remedios caseros

Para aliviar el dolor durante las relaciones sexuales, tú y tu pareja podrían intentar lo siguiente:

  • Cambiar de posición. Si sientes dolor punzante durante la penetración, prueba diferentes posiciones, como estar arriba. En esta posición, puedes regular la profundidad de la penetración de modo que te sientas cómoda.
  • Comunicarse. Habla sobre lo que se siente bien y lo que no. Si necesitas que tu pareja vaya despacio, díselo.
  • No apurarse. La estimulación previa más prolongada puede favorecer la lubricación natural. Puedes reducir el dolor si retrasas la penetración hasta sentirte completamente excitada.
  • Usar lubricantes. Un lubricante personal puede hacer que el sexo sea más cómodo. Prueba con marcas diferentes hasta que encuentres una que te guste.

Estrategias de afrontamiento y apoyo

Hasta que la penetración vaginal sea menos dolorosa, tu pareja y tú podrían encontrar otras formas de tener intimidad. Los masajes sensuales, besarse y la masturbación mutua son alternativas a tener relaciones sexuales que pueden resultar más cómodas, satisfactorias y divertidas que la rutina usual.

Preparación para la consulta

El primer paso para resolver las relaciones sexuales dolorosas es hablar con tu profesional de atención médica. El profesional de atención primaria podría diagnosticar y tratar tu problema, o remitirte a un especialista.

Qué puedes hacer

Si quieres estar listo para hablar con tu profesional de atención médica, prepara una lista de lo siguiente:

  • Tus problemas sexuales, incluido cuándo comenzaron y con qué frecuencia y en qué condiciones ocurren
  • Información médica importante, incluidas las afecciones por las que estés recibiendo tratamiento
  • Todos los medicamentos, las vitaminas u otros suplementos que tomes, incluidas las dosis
  • Preguntas para hacerle al profesional de atención médica

Algunas preguntas incluyen las siguientes:

  • ¿Cuál puede ser la causa de mi problema?
  • ¿Qué cambios puedo hacer en mi estilo de vida para mejorar esta situación?
  • ¿Qué tratamientos hay disponibles?
  • ¿Qué libros u otro material de lectura puede recomendarme? ¿Qué sitios web me recomienda?

Qué esperar del médico

Es probable que el profesional de atención médica te haga preguntas, como las siguientes:

  • ¿Cuánto hace que sientes dolor al tener relaciones sexuales?
  • ¿Dónde sientes el dolor?
  • ¿Sientes dolor todas las veces que tienes relaciones sexuales o solo en determinadas situaciones?
  • ¿Cómo es la relación con tu pareja?
  • ¿Puedes conversar sobre tus preocupaciones sexuales con tu pareja?
  • ¿Hay otras actividades no vinculadas con las relaciones sexuales que te causan dolor?
  • ¿Cuánta aflicción te causan tus preocupaciones sexuales?
  • ¿Tienes irritación, comezón o ardor en la vagina?
  • ¿Se te diagnosticó alguna vez una afección ginecológica o te sometiste a una cirugía ginecológica?