Diagnóstico
Es posible que un profesional de atención médica pueda diagnosticar la enfermedad por reflujo gastroesofágico a partir de los síntomas que tienes y de un examen físico.
Para confirmar el diagnóstico de esta enfermedad o para ver si hay complicaciones, el profesional podría recomendarte alguna de las siguientes pruebas:
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Endoscopia superior. En la endoscopia superior, se utiliza una cámara diminuta ubicada en el extremo de una sonda flexible para examinar visualmente el aparato digestivo superior. Con la cámara, se puede ver el interior del esófago y del estómago. Es posible que los resultados de la prueba no muestren cuándo hay reflujo, pero la endoscopia puede detectar si hay una inflamación del esófago u otras complicaciones.
También se puede realizar una endoscopia para tomar una muestra de tejido o biopsia que luego se analizará para ver si hay complicaciones, como el síndrome de Barrett. En algunos casos, si se observa un estrechamiento del esófago, este se puede estirar o dilatar durante el procedimiento a fin de aliviar la dificultad para tragar.
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Prueba ambulatoria con sonda para medir la presencia de ácido (pH). Se coloca un dispositivo en el esófago para identificar cuándo y durante cuánto tiempo regurgita allí el ácido estomacal. El dispositivo se conecta a una pequeña computadora que se coloca alrededor de la cintura o que se sujeta con una correa sobre el hombro.
El dispositivo podría ser un catéter delgado y flexible que se introduce por la nariz hasta el esófago. O bien podría ser un clip que se coloca en el esófago durante una endoscopia. El clip se elimina en las heces luego de, aproximadamente, dos días.
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Radiografía del aparato digestivo superior. Para estas radiografías, el paciente debe beber un líquido blanquecino que recubre la mucosa interna del tubo digestivo. Este recubrimiento le permite al profesional de atención médica ver la silueta del esófago y del estómago. Esto es particularmente útil para las personas que tienen dificultad para tragar.
A veces, se realiza una radiografía luego de tomar un comprimido de bario. Esto puede ayudar a diagnosticar un estrechamiento del esófago que interfiere con la deglución.
- Manometría esofágica. Esta prueba mide las contracciones musculares rítmicas del esófago al tragar. La manometría esofágica también mide la coordinación y la fuerza que ejercen los músculos del esófago. Normalmente se realiza en personas que tienen dificultad para tragar.
- Esofagoscopia transnasal. Esta prueba se realiza para buscar la presencia de algún daño en el esófago. Se introduce una sonda delgada y flexible con una cámara de video por la nariz y se la pasa por la garganta hasta el esófago. La cámara envía imágenes a una pantalla de video.
Tratamiento
Es probable que, como primera línea de tratamiento, un profesional de atención médica recomiende probar cambios en el estilo de vida y medicamentos que se venden sin receta médica. Si no sientes alivio en unas pocas semanas, podría recomendarte medicamentos que se venden con receta médica y otras pruebas.
Medicamentos que se venden sin receta médica
Estas son algunas opciones:
- Antiácidos que neutralizan el ácido estomacal. Los antiácidos que contienen carbonato de calcio, como Mylanta, Rolaids y Tums, pueden proporcionar un alivio rápido. Sin embargo, los antiácidos solos no curan un esófago inflamado y dañado por el ácido estomacal. El uso excesivo de algunos antiácidos puede causar efectos secundarios, como diarrea o, a veces, complicaciones renales.
- Medicamentos para reducir la producción de ácido. Estos medicamentos, que se conocen como bloqueadores de la histamina (H-2), incluyen la cimetidina (Tagamet HB), la famotidina (Pepcid AC) y la nizatidina (Axid AR). Los bloqueadores de la H-2 no actúan tan rápidamente como los antiácidos, pero proporcionan un alivio más prolongado y pueden disminuir la producción de ácido en el estómago durante un máximo de 12 horas. Las versiones más potentes de estos medicamentos se venden con receta médica.
- Medicamentos que bloquean la producción de ácido y curan el esófago. Estos medicamentos, que se conocen como inhibidores de la bomba de protones, bloquean la producción de ácido de manera más potente que los bloqueadores de la H-2, y le dan tiempo al tejido del esófago dañado para curarse. Los inhibidores de la bomba de protones que se venden sin receta médica incluyen el lansoprazol (Prevacid), el omeprazol (Prilosec, que se vende sin receta médica) y el esomeprazol (Nexium).
Si empiezas a tomar un medicamento que se vende sin receta médica para la enfermedad por reflujo gastroesofágico, asegúrate de informarle a tu proveedor de atención médica.
Medicamentos de venta con receta médica
Los tratamientos en concentraciones de venta con receta médica para tratar la enfermedad por reflujo gastroesofágico, incluyen los siguientes:
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Inhibidores de la bomba de protones en concentraciones de venta con receta médica. Estos incluyen esomeprazol (Nexium), lansoprazol (Prevacid), omeprazol (Prilosec), pantoprazol (Protonix), rabeprazol (Aciphex) y dexlansoprazol (Dexilant).
Aunque generalmente estos medicamentos se toleran bien, pueden causar diarrea, dolor de cabeza, náuseas y, en ocasiones poco frecuentes, niveles bajos de magnesio o de vitamina B12.
- Bloqueadores de H-2 en concentraciones de venta con receta médica. Estos incluyen la famotidina y la nizatidina en concentraciones para la venta con receta médica. Por lo general, los efectos secundarios de estos medicamentos son leves y bien tolerados.
Cirugía y otros procedimientos
En general, la enfermedad por reflujo gastroesofágico se puede controlar con medicamentos, pero si estos no funcionan o si deseas evitar su consumo a largo plazo, el profesional de atención médica podría recomendarte lo siguiente:
- Fundoplicatura. El cirujano envuelve la parte superior del estómago alrededor del esfínter esofágico inferior para tensar el músculo y prevenir el reflujo. La fundoplicatura se suele hacer mediante un procedimiento laparoscópico de invasión mínima. La envoltura de la parte superior del estómago puede ser parcial o completa, lo que se conoce como funduplicatura de Nissen. El procedimiento parcial más común es la fundoplicatura de Toupet. El cirujano recomendará el tipo de intervención que sea mejor para ti.
- Dispositivo LINX. Se envuelve alrededor de la unión del estómago y el esófago un anillo de minúsculas cuentas magnéticas. La atracción magnética entre las cuentas es lo suficientemente fuerte como para mantener la unión cerrada e impedir el reflujo de ácido, pero lo suficientemente débil como para permitir el paso de los alimentos. El dispositivo LINX puede implantarse mediante una cirugía de invasión mínima. Las cuentas magnéticas no afectan a los controles de seguridad de los aeropuertos ni en las resonancias magnéticas.
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Fundoplicatura transoral sin incisión. Este nuevo procedimiento consiste en apretar el esfínter esofágico inferior para crear una envoltura parcial alrededor de la parte inferior del esófago con sujetadores de polipropileno. El proceso se lleva a cabo a través de la boca con un endoscopio y no requiere una incisión quirúrgica. Entre sus ventajas, se incluyen un tiempo rápido de recuperación y una tolerancia alta.
Si tienes una hernia de hiato grande, la fundoplicatura transoral sin incisión por sí sola no es una opción. Sin embargo, es una posibilidad si se combina con un procedimiento de reparación laparoscópica de la hernia de hiato.
Debido a que la obesidad puede considerarse un factor de riesgo para la enfermedad por reflujo gastroesofágico, es posible que el profesional de atención médica recomiende una cirugía para bajar de peso como una de las opciones de tratamiento. Pregúntale al equipo de atención médica si eres un buen candidato para este tipo de cirugía.
Estilo de vida y remedios caseros
Hacer cambios en el estilo de vida puede ayudar a reducir la frecuencia del reflujo ácido. Intenta hacer lo siguiente:
- Mantén un peso saludable. El exceso de peso hace presión en el abdomen, empuja el estómago hacia arriba y hace que el reflujo suba al esófago.
- Deja de fumar. Fumar disminuye la capacidad del esfínter esofágico inferior para funcionar correctamente.
- Eleva la cabecera de la cama. Si habitualmente tienes acidez estomacal mientras intentas dormir, coloca bloques de madera o de cemento debajo de las patas de la cama para elevar la cabecera de 6 a 9 pulgadas (de 15 a 23 cm). Si no es posible elevar la cabecera de la cama, puedes colocar una cuña entre el colchón y la base del somier para levantar el cuerpo de la cintura hacia arriba. No es eficaz elevar la cabeza con almohadas adicionales.
- Comienza sobre el lado izquierdo. Cuando te acuestes, comienza recostándote sobre el lado izquierdo para reducir la probabilidad de tener reflujo.
- No te acuestes después de comer. Espera al menos tres horas después de comer para acostarte o ir a dormir.
- Come lentamente y mastica con cuidado. Pon el tenedor en el plato después de cada bocado y vuelve a levantarlo cuando hayas masticado y tragado ese bocado.
- No consumas alimentos ni bebidas que causan reflujo. Los desencadenantes comunes incluyen alcohol, chocolate, cafeína, alimentos grasos y yerbabuena.
- No uses ropa ajustada. Las prendas apretadas alrededor de la cintura ejercen presión en el abdomen y en el esfínter esofágico inferior.
Medicina alternativa
Algunas terapias complementarias y alternativas, como el jengibre, la manzanilla y el ulmus rubra, pueden recomendarse para tratar la enfermedad por reflujo gastroesofágico. Sin embargo, no se ha demostrado que puedan tratar la enfermedad por reflujo gastroesofágico o revertir el daño en el esófago. Habla con el profesional de atención médica si piensas usar terapias alternativas para tratar la enfermedad por reflujo gastroesofágico.
Preparación para la consulta
Es posible que te remitan a un gastroenterólogo, que es un médico que se especializa en el aparato digestivo.
Qué puedes hacer
- Ten en cuenta las restricciones previas a la cita médica, como restringir tu dieta.
- Anota los síntomas, incluidos aquellos que no parezcan estar relacionados con el motivo por el que programaste la cita médica.
- Toma nota de cualquier factor desencadenante de los síntomas, como, por ejemplo, ciertos alimentos.
- Haz una lista de todos tus medicamentos, vitaminas y suplementos.
- Anota información médica clave, como otras afecciones que tengas.
- Anota información personal importante, como cambios o situaciones estresantes recientes en tu vida.
- Escribe preguntas para hacerle al médico.
- Pídele a un familiar o amigo que te acompañe para ayudarte a recordar la información que recibes.
Preguntas para hacerle a tu médico
- ¿Cuál es la causa más probable de mis síntomas?
- ¿Qué pruebas deben hacerme? ¿Existe alguna preparación especial para estas?
- ¿Es probable que mi afección sea temporal o crónica?
- ¿Qué tratamientos hay disponibles?
- ¿Debo respetar alguna restricción?
- Tengo otros problemas de salud. ¿Cómo puedo controlar estas afecciones de manera conjunta?
Además de las preguntas que hayas preparado, no dudes en preguntar cada vez que no entiendas algo durante la cita médica.
Qué esperar del médico
Seguramente te realizarán algunas preguntas. Estar listo para responderlas puede dejar tiempo para revisar los puntos que quieras tratar detalladamente. Es posible que te pregunten lo siguiente:
- ¿Cuándo comenzaste a tener los síntomas? ¿Cuál es su gravedad?
- ¿Han sido los síntomas continuos u ocasionales?
- ¿Existe algo que parezca mejorar o empeorar los síntomas?
- ¿Te despiertan los síntomas por la noche?
- ¿Empeoran tus síntomas después de las comidas o cuando te recuestas?
- ¿Regresa a veces la comida o el material ácido hasta el fondo de la garganta?
- ¿Tienes problemas para tragar la comida o tuviste que cambiar tu alimentación para no tener dificultades al tragar?
- ¿Has bajado o subido de peso?