Cordoma

El cordoma es un tipo poco frecuente de cáncer de huesos que se forma generalmente en los huesos de la columna vertebral o en el cráneo. Se forma con mayor frecuencia en el sitio donde se ubica el cráneo en la columna vertebral (la base del cráneo) o en la parte inferior de la columna vertebral (el sacro).

El cordoma comienza en las células que alguna vez formaron un conjunto de células en el embrión en desarrollo y luego se convierten en los discos de la columna vertebral. La mayoría de estas células desaparecen cuando naces o poco después. Pero, a veces, algunas de estas células permanecen y, raramente, pueden volverse cancerosas.

El cordoma se produce con mayor frecuencia en adultos de entre 40 y 60 años, aunque puede ocurrir a cualquier edad.

El cordoma suele crecer lentamente. Puede ser difícil de tratar porque generalmente se ubica muy cerca de la médula espinal y de otras estructuras importantes, como las arterias, los nervios o el cerebro.

Diagnóstico

Algunos de los procedimientos y las pruebas que se realizan para diagnosticar el cordoma son los siguientes:

  • Extracción de una muestra de células para realizar un análisis de laboratorio (biopsia). Una biopsia es un procedimiento en el que se extrae una muestra de células sospechosas para analizar en el laboratorio. En el laboratorio, los médicos capacitados especialmente, denominados patólogos, examinan las células bajo microscopios para determinar si hay células cancerosas.

    Para determinar cómo se debe realizar la biopsia, es necesario que el equipo de atención médica planifique todo con cuidado. Los médicos necesitan realizar la biopsia de una manera que no interfiera en una cirugía futura para extirpar el cáncer. Por esta razón, pídele al médico que te remita a un equipo de expertos con amplia experiencia en el tratamiento del cordoma.

  • Obtención de imágenes más detalladas. El médico puede indicarte que te hagas una prueba por imágenes para poder visualizar el cordoma y determinar si se extendió más allá de la columna vertebral o de la base del cráneo. Esta prueba puede ser una resonancia magnética o una tomografía computarizada.

Después de diagnosticar un cordoma, el médico elaborará un plan de tratamiento que se ajuste a tus necesidades. Para esto, consultará a especialistas en enfermedades del oído, la nariz y la garganta (otorrinolaringología), en el tratamiento del cáncer (oncología) y en radioterapia (oncología radioterápica) o en cirugía. El equipo de atención médica también puede contar con especialistas en endocrinología, oftalmología y rehabilitación, según sea necesario.

Tratamiento

El tratamiento del cordoma depende del tamaño y de la ubicación del cáncer, así como de si ha invadido nervios u otros tejidos. Entre las opciones se pueden incluir cirugía, radioterapia, radiocirugía y terapias dirigidas.

Tratamiento para el cordoma en la columna sacra

Si el cordoma afecta la parte inferior de la columna vertebral (el sacro), las opciones de tratamiento pueden incluir:

  • Cirugía. El objetivo de la cirugía de un cáncer en la columna sacra es extirpar el cáncer por completo y parte del tejido sano circundante. La cirugía puede ser difícil de realizar porque el cáncer está cerca de estructuras críticas, como nervios y vasos sanguíneos. Si no se puede extirpar todo el cáncer, los cirujanos pueden tratar de extraer la mayor cantidad posible.
  • Radioterapia. La radioterapia usa haces de alta energía, como rayos X o protones, para matar las células cancerosas. Durante la radioterapia, te recuestas sobre una camilla mientras una máquina se mueve alrededor de ti y dirige haces de radiación a puntos específicos del cuerpo.

    La radioterapia puede utilizarse antes de la cirugía para reducir el tamaño del cáncer y facilitar su extracción. También se puede usar después de la cirugía para eliminar cualquier célula cancerosa remanente. Si la cirugía no es una opción, se puede reemplazar por radioterapia.

    Los nuevos tipos de tratamiento con radiación, como la terapia de protones, les permiten a los médicos utilizar dosis más altas de radiación y, a la vez, proteger el tejido sano, lo que puede ser más eficaz para tratar un cordoma.

  • Radiocirugía. La radiocirugía estereotáctica utiliza múltiples haces de radiación para destruir las células cancerosas en una zona muy pequeña. Cada haz de radiación no es muy potente, pero el punto donde se encuentran todos los haces, en el cordoma, recibe una dosis elevada de radiación para destruir las células cancerosas. La radiocirugía puede usarse antes o después de la cirugía de cordoma. Si la cirugía no es una opción, se puede recomendar la radiocirugía en su lugar.
  • Terapia dirigida. La terapia dirigida utiliza medicamentos que se centran en anomalías específicas presentes en las células cancerosas. Al atacar estas anomalías, los tratamientos con medicamentos dirigidos pueden causar la muerte de las células cancerosas. La terapia dirigida se utiliza a veces para tratar el cordoma que se disemina a otras zonas del cuerpo.

Tratamiento del cordoma en la base del cráneo

Si el cordoma afecta el área donde la columna vertebral se une con el cráneo (base del cráneo), las opciones de tratamiento pueden incluir las siguientes:

  • Cirugía. El tratamiento suele comenzar con una operación para extirpar la mayor cantidad posible de cáncer sin dañar los tejidos sanos cercanos o causar nuevos problemas, como lesiones en el cerebro o la médula espinal. La extirpación completa podría no ser posible si el cáncer está cerca de estructuras importantes, como la arteria carótida.

    En algunas situaciones, los cirujanos pueden usar técnicas especiales, como la cirugía endoscópica para acceder al cáncer. La cirugía endoscópica de la base del cráneo es una técnica mínimamente invasiva que implica el uso de un tubo largo y delgado (endoscopio) que se inserta a través de la nariz para acceder al cáncer. Se pueden pasar herramientas especiales a través del tubo para eliminar el cáncer.

    En raras ocasiones, los cirujanos pueden recomendar una operación adicional para eliminar la mayor cantidad posible de cáncer o para estabilizar el área donde el cáncer estuvo alguna vez.

  • Radioterapia. La radioterapia usa haces de alta energía, como rayos X o protones, para matar las células cancerosas. A menudo se recomienda la radioterapia después de la cirugía para el cordoma de la base del cráneo para matar cualquier célula cancerosa que pueda quedar. Si la cirugía no es una opción, se puede reemplazar por radioterapia.

    Las técnicas de radioterapia que apuntan al tratamiento con mayor precisión permiten a los médicos utilizar dosis de radiación más altas, que pueden ser más eficaces para el cordoma. Esto incluye la terapia de protones y la radiocirugía estereotáctica.

  • Nuevos tratamientos. Los ensayos clínicos están estudiando nuevos tratamientos para el cordoma de la base del cráneo, incluidos nuevos tratamientos que apuntan a debilidades específicas en las células del cordoma. Si estás interesado en probar estos nuevos tratamientos, analiza las opciones con el médico.