Diagnóstico

Preguntas frecuentes sobre el linfoma

El Dr. Stephen Ansell, hematólogo, responde a las preguntas más frecuentes sobre el linfoma.

Muchas veces, no lo sabemos. Sabemos exactamente lo que sucede en las células. Podemos ver que atraviesan un cambio genético, lo que hace que crezcan más rápido de lo que deberían y que vivan más tiempo del previsto, acumulándose lentamente en el cuerpo a medida que pasa el tiempo. Pero no siempre sabemos cuál es la causa de ese cambio genético.

No es una enfermedad hereditaria, aunque los miembros de una misma familia pueden ser más susceptibles a padecerla. Sin embargo, creemos que hay algunos genes de susceptibilidad que pueden conllevar el riesgo de tener más probabilidades de tener un linfoma. Pero eso requiere que ocurra algo más, como una exposición a toxinas o virus, entre otros.

Es importante reconocer cuáles son los objetivos del tratamiento. Los linfomas de grado bajo tienen la ventaja de que pueden tardar mucho tiempo en causar algún síntoma y, por ende, en suponer un riesgo para la salud del paciente. Sin embargo, no contamos con un tratamiento curativo inmediato para el cáncer. Por eso, queremos sopesar los posibles riesgos y efectos secundarios que conlleva el tratamiento en comparación con los riesgos y efectos secundarios del cáncer. Si padeces un tipo de cáncer de grado muy bajo, que crece muy lentamente y que no causa síntomas, es posible que aplacemos el tratamiento y lo iniciemos únicamente cuando realmente sea necesario.

Asimismo, es importante saber que la quimioterapia puede incluir dos componentes: la quimioterapia, o medicamentos que atacan el cáncer, y la inmunoterapia, o tratamientos con anticuerpos que atacan las proteínas que están en el exterior de las células del cáncer o del linfoma. El objetivo de la quimioterapia es matar las células que crecen rápido, lo cual es bueno porque, muchas veces, las células linfomatosas se multiplican velozmente. Sin embargo, el problema es que las células sanas también pueden crecer muy rápido. Como ya mencioné, la inmunoterapia bloquea o ataca las proteínas que se encuentran fuera de las células. Pero algunas células linfomatosas tienen las mismas proteínas que ciertas células sanas. Por ende, debido a que dichas células pueden agotarse, uno de los posibles efectos secundarios del tratamiento es la supresión del sistema inmunitario.

Me encantaría que eso fuera cierto. Lamentablemente, no es exactamente correcto. No hay ningún tratamiento o programa de ejercicios que ataque o persiga las células linfomatosas de manera directa. Sin embargo, con una alimentación equilibrada saludable y equilibrada y un buen programa de ejercicios, generalmente, se pueden mejorar el bienestar general y la función del sistema inmunitario, lo que te permitirá tolerar la quimioterapia y luchar contra el cáncer de manera más eficaz. La buena noticia es que, según muchos estudios, un paciente sano y en buena forma tiene mejores resultados cuando recibe tratamiento para el linfoma. Eso es una gran motivación para que te mantengas saludable al llevar una buena alimentación y hacer ejercicio con regularidad.

Obtén la mayor cantidad de información posible. Reúnete con el médico, el enfermero especializado, el asociado médico y otros miembros del equipo para hacerles preguntas. El objetivo para el futuro es que obtengas los mejores resultados posibles. Por lo tanto, ese intercambio de información con tu equipo es fundamental para lograr los mejores resultados que podríamos esperar.

Los exámenes y procedimientos utilizados para diagnosticar el linfoma incluyen:

  • Exploración física. El médico examina si hay ganglios linfáticos inflamados, incluidos en el cuello, la axila y la ingle, y analiza si el bazo o el hígado también están inflamados.
  • Extirpación de un ganglio linfático para examinarlo. El médico puede recomendar un procedimiento de biopsia de ganglios linfáticos para extirpar todo o parte de un ganglio linfático para realizar pruebas de laboratorio. Las pruebas avanzadas pueden determinar si hay células de linfoma presentes y qué tipos de células están implicadas.
  • Análisis de sangre. Los análisis de sangre (para contar el número de células en una muestra de tu sangre) le pueden dar a tu médico pistas sobre tu diagnóstico.
  • Extracción de una muestra de médula ósea para su análisis. Un procedimiento de aspirado y biopsia de médula ósea consiste en insertar una aguja en el hueso de la cadera para extraer una muestra de médula ósea. La muestra se analiza para buscar células de linfoma.
  • Pruebas de imágenes. El médico puede recomendar exámenes imagenológicos para buscar signos de linfoma en otras áreas del cuerpo. Los exámenes pueden incluir tomografía computarizada, resonancia magnética y tomografía por emisión de positrones (PET, por sus siglas en inglés).

Según tu situación, quizás se puedan realizar otras pruebas y procedimientos.

Existen muchos tipos de linfoma y saber exactamente qué tipo de linfoma tienes es clave para desarrollar un plan de tratamiento eficaz. La investigación muestra que hacer analizar una muestra de biopsia por un patólogo experto mejora las posibilidades de un diagnóstico preciso. Piensa en la posibilidad de obtener una segunda opinión de un especialista que pueda confirmar tu diagnóstico.

Tratamiento

Los tratamientos para el linfoma que son adecuados para ti dependen del tipo y la etapa de tu enfermedad, de tu estado general de salud y de tus preferencias. El objetivo del tratamiento es destruir tantas células cancerosas como sea posible y llevar la enfermedad a la remisión.

Los tratamientos para el linfoma incluyen lo siguiente:

  • Vigilancia activa. Algunos tipos de linfoma crecen muy lentamente. Tú y tu médico pueden optar por esperar para tratar tu linfoma cuando este cause signos y síntomas que interfieran en tus actividades diarias. Hasta entonces, puedes someterte a pruebas periódicas para monitorear tu afección.
  • Quimioterapia. La quimioterapia utiliza medicamentos para destruir las células de rápida proliferación, como las células cancerosas. Los medicamentos generalmente se administran a través de una vena, pero también se pueden tomar en forma de píldora, dependiendo de los medicamentos específicos que recibas.
  • Terapia de radiación. La terapia de radiación utiliza haces de energía de alta potencia, como rayos X y protones, para destruir las células cancerosas.
  • Trasplante de médula ósea. Un trasplante de médula ósea, también conocido como trasplante de células madre, implica el uso de altas dosis de quimioterapia y radiación para suprimir la médula ósea. Luego, las células madre sanas de la médula ósea de tu cuerpo o de un donante se infunden en tu sangre donde viajan a tus huesos y reconstruyen tu médula ósea.
  • Otros tratamientos. Otros medicamentos utilizados para tratar el linfoma incluyen medicamentos con diana específica que se enfocan en anormalidades específicas en las células cancerosas. Los medicamentos de inmunoterapia utilizan el sistema inmunitario para destruir las células cancerosas. Un tratamiento especializado llamado terapia con linfocitos T con receptor quimérico para el antígeno (CAR, por sus siglas en inglés) toma las células T que combaten los gérmenes de tu cuerpo, las diseña para combatir el cáncer y las infunde de nuevo en tu cuerpo.

Estudios clínicos

Explora los estudios de Mayo Clinic que ensayan nuevos tratamientos, intervenciones y pruebas para prevenir, detectar, tratar o controlar esta afección.

Medicina alternativa

No se han encontrado suplementos para tratar el linfoma. Pero la medicina integrativa puede ayudarte a lidiar con el estrés de un diagnóstico de cáncer y los efectos secundarios del tratamiento del cáncer.

Habla con tu médico acerca de tus opciones, tales como:

  • Actividad física
  • Terapia artística
  • Meditación
  • Musicoterapia
  • Ejercicios de relajación
  • Acupuntura
  • Masajes

Estrategias de afrontamiento y apoyo

Un diagnóstico de linfoma puede ser abrumador. Con el tiempo encontrarás maneras de lidiar con el estrés y la incertidumbre del cáncer. Hasta ese momento, los siguientes consejos quizás puedan ayudarte:

  • Infórmate sobre el linfoma. Si deseas saber más sobre tu linfoma, pregúntale a tu médico por los detalles de tu cáncer: el tipo, la etapa y tu pronóstico. Pide buenas fuentes de información actualizada sobre tus opciones de tratamiento. Conocer más acerca de tu cáncer y tus opciones puede ayudarte a sentirte más seguro al tomar decisiones de tratamiento.
  • Mantén a tus amigos y familiares cerca. Tus amigos y familiares pueden darte apoyo emocional y proporcionar el apoyo práctico que también necesitarás, como ayudar a cuidar de tu casa si estás en el hospital.
  • Busca a alguien con quien hablar. Busca a una persona que sepa escuchar, con quien puedas hablar sobre tus esperanzas y temores. Puede ser un amigo o un miembro de la familia. También podrían resultar útiles el interés y comprensión de un terapeuta, asistente social médico, miembro de la iglesia o grupo de apoyo para personas con cáncer.

    Pídele al médico que te brinde información acerca de los grupos de apoyo de tu zona. También puedes comunicarte con una organización de cáncer como el Instituto Nacional del Cáncer y la Leukemia and Lymphoma Society (Sociedad de Leucemia y Linfoma).

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Preparación para la consulta

Pide una cita con tu médico de atención primaria si tienes algún signo o síntoma que te preocupe. Si tu médico sospecha que tienes linfoma, puede remitirte a un médico que se especialice en enfermedades que afectan las células sanguíneas (hematólogo).

Como las citas pueden ser breves y suele haber mucho para hablar, es aconsejable ir bien preparado. La siguiente información te ayudará a prepararte y a saber qué esperar del médico.

Qué puedes hacer

  • Ten en cuenta cualquier restricción previa a la consulta. Cuando programes la consulta, asegúrate de preguntar si hay algo que debas hacer con anticipación, como restringir tu dieta.
  • Anota cualquier síntoma que tengas, incluso los que parezcan no tener relación con el motivo por el cual programaste la consulta.
  • Anota tu información personal más importante, incluso lo que te genere mayor estrés o cualquier cambio reciente en tu vida.
  • Haz una lista de todos los medicamentos, las vitaminas y los suplementos que estés tomando.
  • Considera pedirle a un familiar o a un amigo de confianza que te acompañe. En ocasiones, puede ser difícil recordar toda la información que se proporciona durante una consulta. La persona que te acompañe puede recordar algún detalle que hayas pasado por alto u olvidado.
  • Anota las preguntas que desees hacerle al médico.

Tu tiempo con el médico es limitado; por eso, preparar una lista de preguntas te ayudará a aprovechar ese tiempo al máximo. Ordena las preguntas de la más importante a la menos importante, por si se acaba el tiempo. Para el linfoma, algunas preguntas básicas para hacerle al médico son las siguientes:

  • ¿Tengo un linfoma?
  • ¿Qué tipo de linfoma tengo?
  • ¿En qué etapa está el linfoma?
  • ¿El linfoma es agresivo o crece lentamente?
  • ¿Necesitaré hacerme más pruebas?
  • ¿Necesitaré tratamiento?
  • ¿Cuáles son mis opciones de tratamiento?
  • ¿Cuáles son los posibles efectos secundarios de cada tratamiento?
  • ¿Cómo afectará el tratamiento a mi vida diaria? ¿Puedo continuar trabajando?
  • ¿Cuánto durará el tratamiento?
  • ¿Consideras que hay un tratamiento que sea el más adecuado para mí?
  • Si tuvieras un amigo o un ser querido en mi situación, ¿qué consejo le darías?
  • ¿Debería consultar a un especialista en linfomas? ¿Cuánto costará? ¿Lo cubrirá mi seguro?
  • ¿Tienes folletos u otro material impreso que me pueda llevar? ¿Qué sitios web me recomiendas?

Además de las preguntas que has preparado para el médico, no dudes en hacer otras.

Qué esperar del médico

Es probable que el médico te haga una serie de preguntas. Estar listo para responderlas puede darte tiempo para tratar otros temas que quieras abordar. El médico puede preguntarte lo siguiente:

  • ¿Cuándo comenzaste a tener los síntomas?
  • ¿Los síntomas han sido continuos u ocasionales?
  • ¿Cuán intensos son los síntomas?
  • ¿Existe algo que, al parecer, esté mejorando los síntomas?
  • ¿Existe algo que, al parecer, esté empeorando los síntomas?
  • ¿Tienes algún familiar que haya padecido cáncer, incluido el linfoma?
  • ¿Tú o alguien de tu familia han padecido un trastorno que afecte el sistema inmunitario?
  • ¿Tú o tu familia han estado expuesto a toxinas?

Linfoma - atención en Mayo Clinic

Dec. 14, 2022

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